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Taller: El desliz no es inconsciente @sladogna

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Esta es la sesión del 16/11/1976 del seminario, El fracaso del Un-desliz es el amor. A la manera de Jacques Lacan, seminario oral de 1976/1977  . Procederemos a leer en voz alta junto con otros, compartiendo la ignorancia que las formulaciones de Lacan producen ¿Para qué este ejercicio? Al leer en voz alta trataremos de localizar cuales son las propuestas de diversas formas de análisis implicadas por que el desliz no es inconsciente. El taller se realizará el 23/07/2016, a las 17 horas de Argentina/ 15 horas de México, vía un salón Internet, la participación en los gastos es de 8 U$A - su equivalente en la moneda nacional de cada participante. Interesados escribir a : sladogna@gmail.com  

El fracaso del Un-desliz es el amor[1]
(a la manera del Seminario de Jacques Lacan)[2]





Para descargar el archivo completo dar clíck AQUÍ para entrar a la página donde se aloja el archivo original, ahí dar clíck en la opción SHARE y después dar click en DOWNLOAD.

Extracción de piedra o castración nenúfar de la lujuria

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Jacques Lacan en la versión del Estadio del espejo... de 1949, publicada en los Escritos 1, lee las pinturas del Bosco:  "Este cuerpo fragmentado, término que he hecho también aceptar en nuestro sistema de referencias teóricas, se muestra regularmente en los sueños, cuando la moción del análisis toca cierto nivel de desintegración agresiva del individuo. Aparece entonces bajo la forma de miembros desunidos y de esos órganos figurados en exoscopia, que adquieren alas y armas para las persecuciones intestinas, los cuales fijó para siempre por la pintura el visionario Jerónimo Bosco, en su ascensión durante el siglo decimoquinto al cenit imaginario del hombre moderno. Pero esa forma se muestra tangible en el plano orgánico mismo, en las líneas de fragilización que definen la anatomía fantasiosa, manifiesta en los síntomas de escisión esquizoide o de espasmo, de la histeria...". Nos queda, entre otros, un interrogante ¿Qué trata de señalar Lacan al indicar que la pintura visionaria de Jerónimo Bosco estaría "en su ascensión durante el siglo decimoquinto al cenit imaginario del hombre moderno"?
Luego, Jacques Lacan, en sus Escritos 1, en artículo de La agresividad en psicoanálisis vuelve sobre la obra del Bosco: " Hay que hojear un álbum que reproduzca el conjunto y los detalles de la obra de Jerónimo Bosco para reconocer en ellos el atlas de todas esas imágenes agresivas que atormentan a los hombres. La prevalencia entre ellos descubierta por el análisis, de las imágenes de una autoscopia primitivas de los  órganos orales y derivados de la cloaca ha engendrado aquí las formas de los demonios. Hasta la misma ojiva de las angustias del nacimiento se encuentra en la puerta de los abismos hacia los que empujan a los condenados, y hasta la estructura narcisista puede evocarse en esas esferas de vidrio en las que atan cautivos los copartícipes agotados del jardín de las delicias."

Ahora aparece un detalle ya no se trata de la extracción de la piedra de la locura, operación que en el cuadro se presenta como siendo un estaba, el médico del embudo llevan en su ropa la piedra que luego tratará de mostrar como habiendo sido extraída; su operación extrae un nenúfar -según esta versión; o un tulipán -según otra versión fílmica de la misma curadora de arte. De todas formas queda claro un componente interesante se trataría de la castración de la lujuria, solo que así se revela que esa castración es una "operación" del orden de un estafa. La lujuria no sucumbe ante esa castración. Añadimos, si se tratase de un tulipán , la estafa que muestra la imagen del espejo que está en el centro del cuadro,no es ajena a la aparición de los tráficos bancarios que el capitalismo requiere para instalarse y al mismo tiempo el comercio del tulipán generó la primer burbuja financiera del sistema capitalista. Es decir, las extracciones de la lujuria son quizás en aquellos momentos y en los actuales afectos que el capitalismo trata de descodificar y re codificar,  tragarlo y convertir, esos afecto lujurioso en un plusvalor, aún no lo ha logrado.

            

Clinamen: Leer a León Rozitchner hoy

Acontecimiento Hebe, un acto advertido,@sladogna

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                                      Con las nuevas madres y abuelas argentinas ha vuelto a ocupar la                                    escena política esa primera mujer-madre corporal, gozosa y generosa,                                que todos –hombres y mujeres– hemos tenido para poder llegar a la                                 existencia y ahora a la vida política de la que el terror de Estado nos                               había distanciado. Es nuestro propio fundamento más hondo el que ha                                    reverdecido con ellas. Quizá la política necesite ahora el apoyo de todos                              nosotros desde más adentro y desde más abajo. Porque Cristina                                     Fernández-Kirchner ha prolongado y asumido como mujer-madre, y con el                          hombre que fue su marido, un nuevo modelo social de pareja política. No es                       poco para recuperar el origen materno del imaginario colectivo que busca una                    sociabilidad distinta. De todos modos, habremos ahondado un lugar nuevo y                              más fuerte si, para defendernos, la defendemos: no nos queda otra. Y no he                  sido ni soy, por eso, “kirchnerista” (León Rozitchner en Un nuevo modelo de                      pareja política, filósofo)

Hebe de Bonafini realizó - jueves 4 de agosto del 2016- un acontecimiento: llevó a cabo un pasaje al acto advertido ¿Cómo?  Con su cuerpo le dijo “No” al sistema jurídico. A ese sistema que la amenazó con una presentación forzada para que declare en la causa de “Sueños compartidos”. Ese mismo día el juez federal Marcelo Martínez de Giorgi ordenó allanar la sede la Fundación y dio a entender, en el atardecer, que lanzaría una orden de detención por “rebeldía” ¡Rebeldía! ¿Rebeldía? ¡¡¡¿…?!!!

Cómo es posible que se pretenda sostener el adjetivo de “rebeldía” o de “rebelde” para calificar o recibir el acto de una mujer, que como madre, no practicó nunca la rebeldía. Hebe de Bonafini practicó, en cada ocasión, la subversión. Si, la subversión, término empleado por la dictadura cívico-militar-religiosa que al decir que combatía a la subversión azoló la Argentina  desde  el 24 de marzo de 1976 hasta el 10 de diciembre de 1983. Esa dictadura hizo desaparecer a dos hijos de Hebe  de Bonafini y a muchos más hij@s de otr@s mujeres, esas hijas e hijos secuestrados, desaparecidos, muertos, asesinados en supuestos combates fraguados recibían el calificativo de subversivos, no eran calificados de “rebeldes”.


Hebe de Bonafini comenzó sus acciones subversivas hace ya cuarenta años que se cumplirán esté jueves 11/08/2016, cuarenta años con su acciones subversivas al dar vueltas en la Plaza de Mayo frente a la Casa Rosada – color de la vergüenza- para reclamar, mostrar, denunciar el secuestro, la desaparición de sus hijos. Marchaban colocando en acto sus cuerpos ante el conjunto de la barbarie que impuso la Dictadura cívico-militar. Hebe realiza una acción performativa toma el adjetivo empleado por la dictadura, como u  guante, hace aparecer con honor otra faceta: el acto subversivo advertido. En épocas de la dictadura los grupos  de estudios de psicoanálisis, espacios que fueron un refugio para muchos militantes, tomaban sus precauciones con no proponer en sus bibliografía “Subversión del sujeto y dialéctica del deseo en el inconsciente freudiano”, en Escritos I.( Siglo XXI. México, 1979, T.1)

Grabación taller: ...objeto abyecto del deseo racista

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Aquí está la grabación del  primer fragmento del taller ¿Cómo se fabrica el objeto abyecto del deseo racista? que se llevó a cabo el 20/08/2016

Este es el segundo modulo del taller:





Este es el tercer modulo del taller:

Notas,cuestión ¿testimonio subversivo?¿...? @sladogna

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     (Luis A. Quijano (h) muestra la posición de algun@s secuestrados en el campo de concentración)

Un hijo decidió testificar en el mega juicio de La Perla contra su padre comandante de gendarmeria de la Argentina ¿Qué articulación muestra ese acto con el tema de la subjetividad? Luis Alberto Quijano (h) rindió testimonio sobre las actividades de Luis Alberto Cayetano Quijano su padre comandante   quien participó de las actividades del centro de detención clandestino llamado "La Perla".



Jacques Lacan en curso de su seminario oral de 1969/1970 lanzo una atrevida proposición:

Acá podría dejarlos hoy. Lo que queda claro es que simplemente con ver como articula Freud este mito fundamental, que es verdaderamente abusivo colocar bajo la misma llave que Edipo - ¿qué carajo en nombre de Dios, viene al caso decirlo, tiene que ver Moisés con Edipo y el padre de la horda primitiva?- seguramente debe haber ahí adentro algo atinente al contenido manifiesto y al contenido latente, para decirlo todo y concluir por hoy, les diré que lo que nos proponemos es el análisis del "Complejo de Edipo" como si fuera un sueño de Freud(seminario oral, El reverso del psicoanálisis, sesión 11/03/1970)

Sigmund Freud con su "complejo de Edipo , dejo, al menos, dos signos para orientarse en el análisis de ese sueño: 1.- Descubrió ese complejo que atribuyo a Edipo al asistir a una representación teatral,  es decir, el complejo Freud no carece del impacto del arte teatral, no proviene de una drama individual; 2.- Más allá de los apoyos, o no, que Freud tomó de los griegos, él coincide en un punto con esos antecedentes, la experiencia de Edipo es política: Layó para defender su trono ordena la eliminación de su descendiente que termina siendo arrojado en una canasta al río; luego, cuando Layo se cruza con Edipo, luchan por una cuestión subjetiva: el poder, el ejercicio del poder en la ciudad. Si, el poder es una formación subjetiva.

Lacan anuncia su propósito tratar al "Complejo de Edipo" como si fuera un sueño de Freud que no ha sido analizado. Le sugiero al lector aceptar esa proposición realizando una lectura sin interpretación -reduciendo al máximo las interpretaciones- de una experiencia desplegada por un hijo Luis Alberto Quijano (h) frente a su padre comandante de gendarmeria de la Argentina Luis Alberto Cayetano Quijano, ese acontecimiento no solo permite analizar el sueño de Freud ("El complejo de Edipo) sino que al mismo tiempo ilumina las dificultades del predominio de un "orden simbólico" -la dictadura argentina fue un orden simbólico- que afecto las propuestas de Jacques Lacan hasta la fecha de la sesión que citamos más arriba.

¿Cómo es que un hijo hace un acto subversivo contra su padre? No queda claro cómo fue, de todas formas Luis Alberto Quijano (h) hizo un testimonio contra su padre ¿En qué clase de juicio? El represor Luis Alberto Cayetano Quijano, apodado "El Ángel", murió el sábado 2 de mayo del año 2015, en una casa donde cumplía prisión preventiva, "El Ángel", estaba siendo juzgado por 158 privaciones ilegítimas de la libertad agravadas, 154 imposiciones de tormentos agravados, 98 homicidios calificados, 5 imposiciones de tormentos seguidas de muerte y la sustracción de un menor de 10 años durante la represión ilegal desplegada por la dictadura cívico-militar-religiosa (24/03/1976 hasta el 10/12/1983) en Córdoba, Argentina, en particular en un campo de concentración clandestino llamado "La Perla". Se trata del mega juicio La Perla que el 25/08/2016 llegó a su veredicto final después de cuatro años de  recibir testimonios, evaluar pruebas, escuchar los descargos de los acusados.




(Local del campo de concentración clandestino "La perla")

                               

¿Quién era el militar Luis Alberto Cayetano Quijano? El represor Luis Alberto Cayetano Quijano fue oficial de Gendarmería, especializado en el área de Inteligencia, se desempeñó dentro del centro clandestino de La Perla, murió sin recibir condena por los delitos que cometió. Quijano se encontraba imputado en el mega juicio por crímenes de lesa humanidad que se cometieron en Córdoba, Argentina, tales como imposición de tormentos agravados, privación ilegítima de la libertad y homicidios calificados.

El genocida desde el 24 de marzo de 1976 hasta 1978 fue uno de los "jefes” del campo de concentración más importante que funcionó en el interior de la Argentina, cumplió "funciones" -término delicado- tanto en el Destacamento de Inteligencia Nº 141 como en la denominada y temida "patota” de La Perla. "Patota": grupo paramilitar que ejecutaba las ordenes de secuestro, robo, y asesinato de militantes políticos. El centro clandestino fue bautizado por los militares con el nombre de La universidad. El siguiente vídeo muestra el campo y su modo de funcionar.

Pregunta ¿Cómo se lee al pie de la letra el nombre dado por los militares al campo? "La universidad", se trata solo de una operación cínica, en efecto, se trata de algo de eso, solo que en "La universidad" se generaba mediante tortura y otros medios un "saber"¿Cómo leer a la letra ese nombre dado por los torturadores? Aquí un vídeo que describe el territorio de ese campo:

El represor Luis Alberto Cayetano Quijano fue comandante de Gendarmería, un ejército de fronteras en Argentina. Este militar como padre llevaba u obligaba a su hijo a "visitar", "recorrer" e incluso "participar de los operativos" que las fuerzas militares realizaban para detener, secuestrar y ejecutar a militantes políticos o a simples sospechosos de ser subversivos. Al pie de la letra: el padre al mismo tiempo como militar secuestraba personas, en esos operativo hacia participar a su hijo como miembro del comando paramilitar. Esto quizás pone bajo interrogación despliegues efectuados en el análisis lacaniano y otros respecto de un tema: la función.

La función no es de orden personal, cuando se la ejerce lo único que contaría sería la función misma, tal sería la situación de la "función del analista" al respecto Guy Le Gaufey insistió sobre la función de "él" en tanto pronombre personal de no persona, una instancia que Lacan desplegó, así se sostendría que la función del analista sería de no-persona (Cfr.: https://es.scribd.com/doc/302459539/Anatomia-de-la-tercera-persona-Guy-Le-Gaufey ).

Luego, Le Gaufey amplió la cuestión del origen matemático de la función en su texto: "El notodo de Lacan. Consistencia lógica, consecuencias clínicas" ( consultar en https://books.google.com.ar ), así se pasaría del terreno lógico-matemático a la formalización de la función del analista.

La experiencia vivida por Luis Alberto Quijano (h) deja ver un componente real: no hay función sin que haya un cuerpo que la sostenga, por consiguiente, esa función esta corporizada, sera corporal aunque no sea "personal". Luis Alberto con ese real hace, a su manera y al mismo tiempo, una operación simbólica, una operación imaginaria, ese nudo está pleno de incógnitas. Un cuerpo real, simbólico e imaginario sostiene cada función ¿Cuáles son las consecuencias para el analista en la cura y para la teoría la aparición de la función corporal que un Quijano(h) muestra?

En el libro "La Perla. Historia y Testimonios de un campo de concentración”, los periodistas Ana Mariani y Alejo Gómez Jacobo cuentan el testimonio de Luis, el hijo de Quijano, quien tras 36 años de permanecer en silencio, en diciembre de 2011 se animó a contar todo lo que su padre lo obligaba a hacer en su adolescencia:

"Yo tenía 15 años. En 1976 y parte de 1977 mi padre me obligó a trabajar en el Destacamento de Inteligencia 141 de Córdoba y me hizo participar de hechos que denuncié ante la Justicia Federal. En cuatro oportunidades me llevó a La Perla, y en otras dos, al Campo de la Ribera. Yo pude ser testigo de las condiciones en las que se encontraban los detenidos y las personas secuestradas en esos lugares”; relató el hijo del represor, quien siente vergüenza.

Alejo Gómez Jacobo decía respecto a la situación vivida en 1976 y 1977:
"Como sea, y más allá de la valentía de las Madres o de algunos testigos ocasionales de fusilamientos, la sociedad cordobesa, igual que el resto del país, estaba paralizada por la maquinaria de terror que el Ejército ejecutó a la perfección" (http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-222931-2013-06-24.html ).

Conviene recordar que la dictadura forjo una subjetividad en la ciudadanía argentina con un programa claro: La Junta Militar hacia e hizo lo que hizo para defender a la Patria, a la Familia y a la Propiedad. La dictadura a su manera logro forjar una forma de subjetividad entre amplios sectores de la ciudadanía que no excluía el estar de acuerdo con eso que se estaba haciendo, allí había un deseo de mano dura contra todas las formas subversivas que , esos sectores consideraban afectaban su tranquilidad. No se trataba solo de una subjetividad gobernada por el miedo y el terror -elementos presentes- a eso se sumaba un deseo de que se aplique la mano dura. Si, durante la dictadura se estableció un deseo de exterminio con todas sus consecuencias.

La actividad de "apropiarse" de los infantes de mujeres que dejaban dar a luz en los campos era una practica eugenésica paternal. Les quitaban los infantes para evitar que sufran el contagio de ideas subversivas contrarias a la familia que los subversivos, sus padres "depravados" tratarían de inculcar. Quizás debido a eso en no pocos casos los infantes "apropiados" eran entregados a familias respetables, sanas que tenían dificultades para tener descendencia o eran familias cercanos a los aparatos represivos. Conviene subrayar que los militares se apoyaron en una práctica difundida previamente en Argentina ¿Cuál? Las dificultades legales que implican tomar infantes en adopción - en ocasiones se demoran varios años los tramites- se desarrolló -y desarrolla- una práctica ilegal de robo y adopciones de bebes. Esto se constato al abrirse una institución para aclarar la identidad de ciudadanos con dudas respecto de su identidad nacidos durante entre los años de 1976 a 1983, lo insólito fue que sobre 5000 solicitudes de aclaración solo muy pocas (cerca de 50) correspondieron a infantes apropiados por los militares, una gran mayoría eran bebes apropiados y lanzados al mercado de la adopción ilegal que fomentaba y fomenta la legislación burocrática y extenuante vigente en ese materia.

¿Pertenece esta experiencia al campo del análisis, del diván?

La literatura analítica lacaniana, en algunas de sus versiones, transmite que solo sería territorio del análisis lo que ocurre en un consultorio donde un analizante se dirige a un analista, así lo ocurrido fuera de esa escena no sería tema de análisis. Ante esto se levanta una objeción: si el análisis es un acto de palabras, de lenguaje, de afectos, de sensibilidad, de sensualidad que viven de manera distinta los dos componentes del análisis: el analizante y el analista ¿Quién puede establecer una topología de la esfera que separaría adentro/afuera sin torsiones que articulan una con la otra?

Esa topología esférica "objeta" la experiencia de Luis Alberto Quijano(h) como siendo un tema del análisis ¿Debido a qué causa? Él no se ha dirigido a ningún analista, no ha concurrido a ningún diván para formular sus cuestiones, en particular su testimonio sobre su padre. Álvaro García Linera, vice presidente de Bolivia aclaró una cuestión singular: "Quien administra el sentido común monopoliza la política", nos permitimos modificar un poco la frase ¡Quien administra el sentido común monopoliza la tontería de los pre y perjuicios en la practica y la teoría del análisis! ¡Qué raro! Los llamados casos de psicosis -locura si ustedes quieren decía Lacan- ponen en marcha un análisis partir del...deseo del analista (Cfr.: Abel Langer en Los nombres de la locura. Cervantes, Freud, Lacan...)

Un deseo es puesto en marcha debido a que el cuerpo del analista es producido como siendo afectado por los decires de otros cuerpos. Lacan precisaba " ...en mayo de 1968 que comprendí por qué había hecho esta Proposición en octubre de 1967. Ustedes lo ven, si la hubiera hecho en mayo de 1968, se hubiera dicho: “ha sido inducido”. No soy inducido. Nunca soy inducido. Soy producido" (2/11/1973) Esta operación se reitera de múltiples formas en el inicio y la continuidad de cada experiencia: el analista es afectado por el decir del analizante, su cuerpo registra ese decir y así, en ocasiones, ambos lanzan y sostienen un análisis. Freud a su manera fue afectado por el decir Schreber; Lacan resultó afectado por lo que mostraba la que llamó "Aimée". La teoría del análisis, una forma de cura, se despliega a partir de las experiencias que le ofrecen las artes, la literatura; estas experiencias están dotadas de una topología en que el adentro está afuera, y el afuera está dentro, baste que cualquier analista recuerde el colectivo que forma parte de cada uno de los sueños que le narran. El colectivo no es nada sino que es el sujeto o el tema de lo "individual" (Lacan, Escritos, 1966)

Luis Alberto Quijano(h) con su experiencia pone un punto y aparte a ese debate pues él debió enfrentar una objeción semejante a la que sostienen ciertas posturas del análisis ¿Cuál?

" Declaró hoy Luis Alberto Quijano, el hijo del represor Luis Cayetano Quijano. No testimonió contra su padre, porque el Código Penal impide hacerlo en contra de un familiar directo. Pero sí contó sobre los delitos que vio o supo a través de su progenitor y de sus cómplices. “Ellos eran los dueños de la vida, la seguridad y de los bienes de la gente”, dijo. “Estoy más liviano, lo único que dije es la verdad”, dijo a Infojus Noticias, al salir de la sala de audiencias. La fiscalía y las querellas coinciden en que fue otra víctima de su padre" (Cfr.: http://www.infojusnoticias.gov.ar/provinciales/escuchaba-casetes-que-me-daba-mi-padre-con-grabaciones-de-tortura-2888.html )

A esas objeciones Luis Alberto responde en los interrogatorios de la justicia. Su testimonio fue solicitado por la querella y la fiscalía federal de Córdoba. Ya había declarado el 29 de febrero de 2012 en la etapa de instrucción, ante la fiscal Graciela López de Filoñuk, pero en aquél momento narró también los crímenes de su padre, un criterio que hoy descartó el tribunal: por la prohibición del Código Penal de declarar en contra de un familiar directo, debió circunscribirlo a los hechos en los que podía contar sin involucrarlo [se trata de salvar al padre a como de lugar, es una forma de ley paterna], sí se aceptó que nombrará a sus cómplices.

Se le solicito a Quijano(h) que enumerara a los hombres que cumplían en el destacamento tareas administrativas y operativas:

Los administrativos eran el teniente coronel Oscar Bolacini, a quien yo le decía tío, el suboficial mayor Aguila, del cual dependía, el oficial mayor (Hermes) Rodríguez, al que le decían el ‘Salame’” ejemplificó. Después nombró a quienes salían a secuestrar y torturar: “Jorge ‘Sordo’ Acosta, Héctor Vergés que yo lo conozco como Trinyti, ‘Luisito’ Manzanelli, Quequeque (José Hugo Herrera), (Arnaldo José) ‘Chuby’ López, Texas (Elpidio Rosario Tejeda), (Saúl) el ‘Nnegrito’ Pereyra, el Yanqui (Ricardo Luján), Dietrich (sin sobrenombre), ‘Fogonazo’ (Ricardo Lardone), Yáñez, un operador de Comunicaciones”.

Este es otro fragmento del interrogatorio:

Alberto Luis Quijano(h), aclaro -Pero del grupo OP3, mi padre era el más operativo .
Jueces -Olvídese de la presencia de su padre- le pidió el presidente
del jurado.
Alberto Luis Quijano(h) se defendió -Yo tengo que decir la verdad
de cómo me enteré. (Cfr: el link anterior)

Un poco más adelante, consigna la revista jurídica :

                    Más tarde, el propio Quijano quiso explicar su dificultad para
                    ignorarlo. “No puedo declarar en contra de mi progenitor,
                    pero en varias ocasiones mi padre me amenazó con una arma,
                    y yo fui obligado a hacer todo esto ¿Qué pasa con la hija que
                    fue violada por su padre? Lo puede denunciar
”.

El presidente del Jurado Jaime Díaz Gavier le dijo que podía hablarlos en cualquier ámbito. Y le aclaró: “Pero no en éste"(Cfr.: link anterior)

Este es el momento para escuchar el testimonio de Luis Alberto Quijano sobre sus motivos, sus razones, sus formas de vivir eso que llevó a cabo al testificar contra contra su padre. Él estableció: Cómo ese es mi padre, lo denunció. Su testimonio es un entramado de real, de simbólico, de imaginario, en que cada uno de esos registros solo adquieren lugar allí, no lo traen ya construido desde fuera, no responden a un real, a un simbólico, a un imaginario Prêt-à-porter, construidos en serie, se elaboran, se anudan allí ¿Estará prohibido dejarse tomar, dejarse producir como analista de ese anudamiento de múltiples elementos? Un tejido en que cada hebra no domina o predomina o determina a ninguna de las otras, están juntas pero no revueltas sin dominarse unas a otras.

Aquí están una serie de breves vídeos en que Luis Alberto Quijano (h) da su testimonio haciendo una subversión contra el padre, sin dejar de incluir a su madre, subversión que lo alcanza como hijo.



Aquí el último vídeo:




Estas notas tratan solo de formular algunas cuestiones, las publicó para dialogar con otros respecto de las mismas.

Conversaciones: ¿Cómo sobrevivir en el desamparo?

Gustavo Esteva:Escuchar

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Gustavo Esteva, escribió este texto "Escuchar" así, quedará claro a quienes preguntaron las causa de por qué fue invitado por Flavio Meléndez y Alberto Sladogna a "Conversando" a realizarse el 22/10/2016, actividad abierta, gratuita a realizarse por Internet. "Escuchar" de Esteva conlleva preguntas que hoy recorren el territorio de América Latina desde el sur del río Bravo hasta la Patagonia, se trata del enigma de la servidumbre voluntaria ejercida con libertad frente a la barbarie civilizada que nos azota, mientras a nivel micro aparecen formas inéditas de decir NO a esa barbarie que viste de democracia como es hoy la situación de Brasil, en forma democrática han derrocado, han matado al gobierno de Dilma.

A continuación el texto de Gustavo Esteva, tomado del riódico La Jornada, México, DF, 1/09/2014 (publicado enhttp://www.jornada.unam.mx/2014/09/01):  

El momento trágico que estamos viviendo plantea continuamente una pregunta angustiosa: ¿por qué la gente no ha reaccionado? Las movilizaciones de protesta han sido aisladas, inconsistentes y escasas. Parece reinar en el país un estado de apatía y desorientación, cuyas causas se han estado examinando.

Es útil preguntarnos por la pregunta. ¿Es verdad que la gente no ha reaccionado? ¿Está la mayoría presa de la confusión y desorientación que causan el discurso oficial y los medios? ¿Vive en el miedo? ¿Está paralizada por la miseria?

No hay duda del inmenso descontento de la mayor parte de la gente. Pero, ¿qué debería estar haciendo? La pregunta supone una hipótesis sobre cuál debería ser la reacción. ¿Protestar en la calle? ¿Que haya millones, decenas de millones, en marchas, bloqueos y plantones? ¿Aventar tomates y huevos podridos a funcionarios y candidatos en los actos públicos? ¿Gritarle al Presidente? ¿Qué cundan movilizaciones masivas contra el gobierno y sus reformas ­estructurales?

¿Firmar? ¿Que no sean dos ni cuatro, sino 40 millones de firmas? Supongamos que se hace la consulta y se gana. Tras un par de años de parálisis, éste y el que sigue, habría un mandato moral, político y legal para modificar leyes. La nueva legislación debería considerar que mientras tanto se habrían producido hechos irreversibles o cuya reversión tendría un costo insoportable. ¿Es posible afirmar, seriamente, que por esta vía se remediará el actual desastre? ¿O que ese triunfo parcial preparará el camino para que se produzca al fin el recambio y que el nuevo equipo, en los tres poderes, salvará al país?

Quizás Porfirio Díaz no tuvo razón, ni hace cien años ni ahora. El pueblo mexicano no está preparado para la democracia, al menos para lo que aún recibe ese digno nombre. Carece hasta ahora de la principal de las instituciones democráticas, sin la cual no puede existir ese régimen: la creencia de la mayoría de los ciudadanos de que pueden elegir libremente a sus representantes y de que esos representantes verdaderamente los representan. ¿Quién puede tragarse en México esa rueda de molino?

¿No será que la gente sabe, por larga experiencia, que no puede confiar en las clases políticas y las instituciones, como acaba de certificar una encuesta? No tenemos demandas, dijeron los de Occupy Wall Street, porque sabemos que los de arriba no pueden ni quieren atenderlas. ¿No será ésta la convicción general en México?

Hay algo más. Las dificultades que enfrenta la mayoría de la gente, esa que no reacciona, no pueden esperar. No pueden colgarse de la ilusión del gran milagro de arriba: que una gran protesta o una continuada movilización produzcan el cambio radical, o que una votación sorprendente sustituya a todos los de arriba y ponga en su lugar a políticos incorruptibles y competentes, una especie de personas de las que carecen, por cierto, todos los partidos. Mucho antes que todo eso se produjese habrían muerto de hambre, enfermedades curables y desesperación.

¿Debería la gente esperar las firmas y sus consecuencias para defender sus tierras y aguas? ¿Recurrir a una marcha ante la agresión continua a su supervivencia?

Si la gente ya probó todo eso, por décadas, y sabe por experiencia que no funciona, ¿cómo debería reaccionar? Es cierto que esa conciencia lleva a caer en apatía y desesperación. La sensación de impotencia lleva a mucha gente a firmar y votar para que al menos conste su rechazo o porque no ven de otra. Pero otros no se cruzan de brazos. Se organizan activamente para la lucha del día, la que se realiza en los ámbitos locales para proteger las tierras, las aguas, los medios de subsistencia, las maneras propias de ser y de pensar.

Y si de eso se trata, la gente, quizás la mayoría, está reaccionando. No todos han logrado ya el nivel de organización que se requiere. Pocos tienen la fuerza y entereza que han estado demostrando los pueblos indios. Pero hay en todo el país miles de luchas que involucran a muchos millones de personas en la resistencia. En general, las reformas estructurales y sus acompañantes no están en su reflexión o su discurso. No hace falta. Saben como nadie lo que está en juego. Saben por qué y para qué se lucha. No sólo logran resultados. Empiezan a crear el mundo nuevo.

Es cierto que hace falta articular todos esos puntos de resistencia y que sólo entonces podrá detenerse el horror actual y empezar la reconstrucción a escala suficiente. Pero esa articulación no saldrá del aire, de un dirigente iluminado o una plataforma genial. Saldrá de la lucha misma. De la organización. De la dignidad. Escuchemos. Está en camino. Ahí viene.

gustavoesteva@gmail.com

Movimiento deseantes, están invitados @sladogna

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Cada un@ está recibiendo en su cuerpo, en su alma los efectos y los afectos que las formas diversas del capitalismo mundial integrado nos impone. Entonces, esta actividad abierta y gratuita, en un salón virtual de Internet, se propone sostener conversaciones para actuar frente a la barbarie civilizada,  junto con los asistentes conversaremos con Gustavo Esteva (México), Pilar Calveiro (México), Franco"Bifo" Berardi (Italia), Flavio Meléndez Z. (México), Rita Segato (Brasil) y Alberto Sladogna (Argentina) Están invitados a conversar: 

¡Seamos fuertemente contemporáneos! Las nuevas formas de segregación de los cuerpos, de racismo y de exclusión social adquieren una singularidad: son fenómenos subjetivos, fabricados en nuestras sociedades de la concentración excluyente del capital, sin la presencia de campos visibles -o no muy visibles-, y que por otra parte dan lugar a movimientos deseantes. Ante este panorama tenemos más interrogantes que respuestas. Estas conversaciones son para compartir con otros amigos esas cuestiones que no encuentran un lugar en el saber ya establecido

Amor del desaparecido: rompe historia objetiva, absoluta

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(El día 1/10/2016 a las 15 horas de Argentina/ a las 13 horas de México realizaremos una actividad abierta, gratuita en un auditorio virtual de Internet. Están invitados, interesad@s escribir a flaviomelendez@gmail.com o a sladogna@gmail.com)

¿De donde brota la potencia del amor del desaparecido? ¿Cuál es la fuente de esa potencia subjetiva?
Freud con su psicoanálisis otorgó un papel nodal al tema del amor, mas allá y más acá de las aventuras que le hizo correr al pretender reducirlo solo a un movimiento de origen bancario: la transferencia (ÜBERTRAGUNG).


Lacan fue más modesto, circunscribió la cuestión a las formas del amor, a las formas del amor  que vivía en los análisis a su cargo, a esas formas nunca las separo del amor que ocurre en la vida cotidiana...de cada análisis, es decir, vivió una experiencia del amor sin fijar una teoría (Cfr. Jean Allouch: El amor Lacan) No puede haber una teoría de una experiencia subjetiva, hay experiencias que chocan, cuestionan, acaban con las teorías previas.

En el análisis existe una larga discusión para abordar las diferencias entre la narración oral que realiza en tal o cual momento el analizante con su "realidad" . Freud pretendió separar ese relato de la historia de la realidad, inclusive llego a mencionar que existiría una "historia objetiva". Lacan, junto con otro analista como Félix Guattari dejaron abierto otro horizonte: la historia subjetiva es una historia que no requiere de datos objetivos, por el contrario ella forja, localiza, encuentra los datos objetivos que potencian aún más la subjetividad en juego (Cfr. Carlo Ginzburg: Mitos, emblemas, indicios. Morfología e Historia, así como también Ojazos de madera. Nueve reflexiones sobre la distancia.) La historia subjetiva no es neutra, por suerte, de ahí que rompe con las estructuras objetivas que los poderes del Estado,  de los gobiernos y de los políticos pretenden imponer como siendo la única historia válida o peor aún como siendo la "vergad" histórica.

Amor del desaparecido: potencia subjetiva. John Gibler escribió: "Una historia oral de la infamia. Los ataques contra los normalistas de Ayotzinapa" . Ese texto enfrenta un hecho real: la desaparición de 43 estudiantes en Ayotzinapa, Guerrero, México, construye una "Historia oral de la infamia" con los testimonios subjetivos -recalcó: subjetivos- no recurre a testimonios ni datos objetivos, gracias a eso hace una "Historia oral de la infamia". Con esa historia subjetiva logra demostrar el lugar, la presencia y el papel que jugo un quinto bus o ómnibus o micro que la historia oficial con objetividad borró del mapa de los acontecimientos.

La subjetividad de esta historia muestra una forma del amor: amor del desaparecido . Con testimonios subjetivos se construye la desaparición de los 43 estudiantes. El título de la actividad "El amor del desaparecido: potencia subjetiva" dibuja una propuesta de la literatura, luego retomada por Lacan al emplear el "del" Otro/otro, allí se realizan operaciones subjetivas y/o objetivas (Cfr. Anne Maríe Vindras, El deseo del Otro. Un artificio franco-latino, Me cayó el viente, 3) Cuando se declara estar tomado por el deseo del O/otro, se oscila entre desear al O/otro y vivir del deseo que tiene o que viene del O/otro, quizás no sean excluyentes, de ahí la dificultad de tener una vida subjetiva, bueno, la única que tenemos disponibles como humanos, por el momento.

El análisis es una practica subjetiva sostenida por el amor, lo hace a semejanza de las artes. Freud, Lacan y el periodista Gibler ubican el testimonio como la forma de acceder tanto al lugar de analista, como el del historiador oral. Se pretende calificar y colocar un camisa de fuerza, una camisa para forzar  la desaparición ¿Cómo? Tratando, a veces lo logran, de reducirla a un hecho del Estado, de LA "política", de los "políticos", de los "partidos políticos", de los Gobiernos -nacionales, estatales, municipales. Esa calificación "regala", le hace un "obsequio" a quienes son una parte, quizás la más importante de la practica de la desaparición forzada: el Estado y las empresas del narco o transnacionales, cada día es más díficil distinguir entre el crimen "organizado" y la organización mafiosa de las empresas transnacionales.

El amor del desaparecido es ida/vuelta: ese amor es suscitado por el desaparecido/ese amor es provocado en acto por la respuesta de buscarlo, quienes los buscan le envían amor al desaparecido, lo hacen aparecer como el objeto real, simbólico e imaginario de su amor. Rompen, de cierta forma con el intento de hacer  un absoluto de la desaparición. Entre el desaparecido y quienes lo buscan forjan un hecho político subjetivo que no pertenece ni al Estado, ni a los gobiernos ni a los partidos políticos. El desaparecido lanza un amor hacia sus madres, sus padres, sus hermanos, sus amigos...quienes son tocados por ese afecto; sus madres, sus padres, sus hermanos, sus amigos, los afectados buscan orientados por su amor que lanzan sobre el desaparecido: "Amor del desaparecido: potencia subjetiva"

Aquí un breve vídeo de John Gibler al presentar su libro " Una historia oral de la infamia. Los ataques contra los normalistas de Ayotzinapa":

              

Bataille: Mal de la desobediencia

Desaparecer ¿esquivar obscenidad de su terror, de su miedo, de su horror?

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       (Julia Anguita tomó esta fotografía del café donde fue secuestrada su abuela, Matilde Vara de Anguita (24/07/1978))

Desaparecer ¿Es posible esquivar la obscenidad de su terror, de su miedo, de su horror?*
*Alberto Sladogna, analista, un miembro de la elp.

"Jamás es así completamente porque siempre hay tristezas locales. Spinoza no lo ignora. De seguro siempre hay tristezas. La cuestión no es si las hay o no, la cuestión es el valor que ustedes les dan, es decir, la complacencia que les conceden. Más complacencia les conceden, más de vuestra potencia invertirán para investir el trazo de la cosa y más potencia perderán." (Deleuze, citado por Kadmillus Haimrich)

“El primero es la terapia, no en el sentido de la renormalización del cuerpo considerado enfermo, sino como una práctica de la reactivación del placer: del cuerpo erótico de la sociedad. De ahí, podemos pasar a la poesía, en el sentido de poiesis, es decir, la creación artística colectiva, y sólo después de pasar por ambas podremos regresar a la política» Franco “Bifo” Berardi

¿Cómo es que el análisis en su teoría, el analista en su experiencia pueden quedar afectados por el tema de las desapariciones forzadas como los treinta mil desaparecidos en Argentina o de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, Guerrero, México? No hay análisis sin analista, en este caso un analista –junto con otros- está afectado por sus desaparecidos. Con ellos guarda una forma de conversación, suelen visitarlo en sus sueños, a veces en imágenes diurnas, en esos momentos se produce una conversación. A este analista no le molesta que hace cuarenta años que los desaparecieron, los tiempos cronológicos no guían el dolor subjetivo ni la alegría de esos encuentros. A partir de esa experiencia el analista, en tanto afectado, convoca a esta actividad. Aquí abordamos una forma singular del ejercicio del verbo desaparecer: una persona es tomada ("secuestrada", "levantada",...) por un grupo paramilitar, una banda del narcotráfico, un grupo de tareas de las policías y/o de las FFAA, en ocasiones, una trágica combinación de ese conjunto de fuerzas. Este ejercicio macabro del verbo desaparecer no guarda articulación con la desaparición de unas llaves, la desaparición de un libro de la biblioteca, la desaparición de un comercio...No se trata de una desaparición simbólica, se trata de una desaparición real que afecta a su simbólico y a su imaginario. No es un "objeto perdido" (Freud), tampoco es un objeto que falta (Lacan) El desaparecido no está perdido ni falta está desaparecido. Estos tres elementos (real, simbólico e imaginario de cada desaparición) son puestos en la superficie por un afecto que aparece en el cuerpo de quienes buscan con vida a quienes fueron llevados con vida: el amor del desaparecido

Ante la práctica de la desaparición de humanos algún@s consideramos pertinente enfrentarla, algún@s consideramos pertinentes analizar esa práctica y sus consecuencias. En concreto, algun@s somos afectados por esas desapariciones, no se trata de “todos” (¿…?), se sabe que no “todos” son afectados por la existencia de esa práctica, más aún hay porciones de ese “todos” que acepta e incluso solicita que se aplique a…otros. Los miembros de cada sociedad saben, tienen información, no ignoran. Es como si fuera necesario indicar a los miembros de la sociedad que el capitalismo los y nos explota, eso ya lo saben, lo sabemos sin necesidad de leer a Carlos Marx. Ellos saben, y cada uno de nosotros, que se hace desaparecer a las personas, ayer durante la dictadura –caso Argentina-, durante la democracia hoy –caso México. Es cierto las formas de la desaparición desde México a la Argentina han mutado, ya no son ni iguales ni semejantes a las formas anteriores.

El orden social se asegura por medios de hábitos y afectos, la libido -escribió Freud- es el tegumento que mantiene “cohesionada” a la sociedad. Adherir a un credo partidario “progresista” o “revolucionario”, o a un credo “lacaniano” nunca será suficiente para quebrar el sometimiento activo al orden. 

¿Cómo enfrentar los efectos del secuestro - práctica normal- de la barbarie civilizada en la que vivimos? A pesar de que algunos ciudadanos –muchos o pocos- ya no crean en la posibilidad de un cambio radical, eso no significa para nada que todo siga y deba seguir igual. 

La ciudadanía no requiere de voceros que so pretexto de la verdad “objetiva” pretendan hacerles saber lo que ya saben. La ciudadanía sabe que se practica la desaparición forzada. La ciudadanía no es inocente, tiene todo menos inocencia, no vive en el paraíso. 

Pregunta ¿Cómo enfrentar los afectos, el dolor y la tristeza que la desaparición produce? La tristeza es un impacto del poder sobre la subjetividad, mientras el dolor es un afecto que el cuerpo contiene. El dolor no es tristeza. El afecto, los afectos no se reprimen, circulan en la superficie del cuerpo, no están en lo profundo donde nadie los ve, están a la vista…pública.

Judith Butler hizo notar que “reproducir” o “representar” frases o imágenes del horror, del terror, produce un efecto paradójico: Esas denuncias quedan tomadas por la máquina del terror que las emplea para aumentar sus efectos entre los ciudadanos. Reproducir un insulto que otro lanzó aumenta sus efectos: ahora el insulto lo dice el denunciante (Judith Butler, Lenguaje, poder e identidad)

Empleo el calificativo obsceno para aquellas formas de la denuncia guiadas por la teoría de la representación. Ellas producen lo que se pretende combatir: los grupos fundamentalistas, como Isis y/o las agencias de relaciones públicas de los ejércitos conocen el valor de “guerra psíquica” que conllevan las imágenes: mostrar tal cual el horror –una decapitación; el estallido de una bomba - son formas que aumentan en proyección geométrica la promoción del horror, del temor y de la angustia. Los grupos del narcotráfico desde el río Bravo hasta la Patagonia emplean las redes sociales para aterrorizar haciendo ver sus prácticas. 

Precisemos: existe una ciudadanía que no se “moviliza” o “no realiza actividades” contra la desaparición forzada ¿Será obligatorio hacerlo? Así se comportó la “mayoría silenciosa” en Argentina cuando se producían los treinta mil desaparecidos o en México ante las desapariciones de los 43 estudiantes de Ayotzinapa. Constatar su silencio y/o pasividad no implica que no saben o no que no “están informados” o que” no se dan cuenta” o que “los medios controlados ocultan”. Si saben lo que ocurre. Cuando la “pasividad” se confunde con ausencia de saber, se abre el camino para denuncias obscenas que reproducen el terror ¿Para qué informar a la ciudadanía de eso que es sabido? Las “masas” que votaron al presidente Mauricio Macri en la Argentina, los votantes de México que aceptaron vender su voto, quizás, mostraban que los efectos de su voto no les interesaba, no era su tema, no era el objeto de su ocupación o lo contrario, como indicaba W. Reich: votaban así pues tenían o tienen el deseo de votar así, el deseo de avalar esas políticas e incluso esas prácticas. (Cfr.: W. Reich “Psicología de las masas y el fascismo”)

¿Cómo hacer frente a este callejón subjetivo? Un callejón que se presenta como no teniendo salida. Breves pasos: No existen callejones sin salida, si se entró, ese agujero queda disponible como salida. ¿Cómo hacer esa eversión? Hacer denuncias obscenas “objetivas” refuerza la imagen de un terror infinito e inagotable. Así en México acaba de fallecer Juanga, un cantante más que popular, un cantante gay, una “loca” que instaló su estilo en un país calificado de “machista”. Juanga instaló el “macho menos”, instalación confirmada por la marea afectiva que acompañó, lloró, llora sus restos Ante esa oleada de afectos hay sectores psicoanalíticos, éticos, de izquierda que denuncian ese pesar como siendo un pecado de “ovejas” que se dejarían conducir al matadero.

La pregunta ¿Cómo responder sin reproducir? es complicada, no tiene fácil respuesta, no hay solo una respuesta, hay multiplicidad, requiere de conversaciones. Cristina Bautista, madre de Benjamín Asensio Bautista, desaparecido entre el 26 y el 27 de setiembre del 2014 en Ayotzinapa, Guerrero, México, muestra sin inhibiciones una de las posibles respuestas: el afecto compartido. Ella interviene en la Conversación del 1/10/2016. 

Se crítica a la ciudadanía por su “pasividad” ante los desaparecidos que produce el terror del Estado y las diversas bandas –desde las bandadas de políticos, sus mafias –los partidos- hasta las diversas agencias del gobierno. Nunca el sistema recibió con más agrado semejante regalo: Oponer el afecto desatado y construido por el Juanga, oponerlo a los afectos que desata el terror; oponer incluso los afectos desatados por un evento deportivo a los afectos de los desaparecidos. Esa oposición es obscena. He aquí un horizonte: el amor del desaparecido se ubica como un afecto, como un sentimiento que aún no se ha hecho hábito. Lacan se hizo famoso por el deseo del Otro/otro ¿Se desea al otro, se desea lo que el otro desea? Incógnita generada por el “del” (objetivo/subjetivo): amor del desaparecido: potencia subjetiva ¡¿…?! El cuerpo del desaparecido despliega los alcances de una simple constatación de Spinoza: “ni siquiera sabemos lo que puede un cuerpo" (Cfr. Jon Beasley-Murray, Poshegemonía…)

Enfrentar a la barbarie civilizada requiere dejar de lado la trampa de reproducir sus efectos, solicita frente al miedo –las desapariciones lo provocan de forma material- distinguir entre, al menos, dos formas : a- El miedo normativo“Tengo miedo a los leones” a pesar de vivir en Buenos Aires, solo “yo” está concernido; b- El miedo de baja intensidad que se apodera del nosotros, en las urbes de América Latina, le tenemos miedo a cualquier cosa ( la inseguridad, el robo, la violación, la desaparición del trabajo, las devaluaciones, los secuestros…) Este miedo de baja intensidad hace un efecto sobre cada uno: nos convierte en una nuda vida que ya es eso (Cfr. Giorgio Agamben, Homo sacer 1) ¿Cómo hacer frente a esto? Si el miedo normativo o el de baja intensidad son afectos, por consiguiente, a un afecto se lo combate con otro afecto para no aumentar su potencia transmitiendo terror so-pretexto de denunciar una barbarie.
         

¿Qué otra sabiduría transmite Cristina Bautista? Si a usted le interesa, lo invitamos al diálogo que sostendremos con ella el día sábado 1 de octubre a las 15 horas de Argentina/ 13 horas de México, actividad libre y gratuita, en un auditorio virtual, interesados escribir a: sladogna@gmail.com 











Espejo, aliento, aparición

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Este breve vídeo, está filmación muestra una performance realizada a parir y a partir del espejo, se instala una mutación. Jacques Lacan introdujo al psicoanálisis de forma temprana, en varias versiones, El estadío del espejo como formador de la función del yo (je) tal como se nos revela en la experiencia psicoanalítica, se sabe que su articulación no careció de las influencias de un texto de Henri Wallon, de acuerdo al Diccionario de psicoanálisis de Élisabeth Roudinesco et al:

En 1931, el psicólogo Henri Wallon (1879-1962) dio el nombre de "prueba del espejo" a una experiencia en la cual el niño enfrentado a un espejo lograba progresivamente distinguir su propio cuerpo de la imagen reflejada en aquél. Según Wallon, esta operación dialéctica se realizaba gracias a una comprensión simbólica por el sujeto del espacio imaginario en el cual se forjaba su unidad...la prueba del espejo especificaba el pasaje de lo especular al imaginario, y después del imaginario al simbólico. En una conferencia dada en la Société psychanalytique de Paris (SPP) el 16 de junio de 1936, Lacan retomó la terminología de Wallon, transformando la prueba del espejo en un "estadio del espejo...

Según la autora, Lacan efectuó una combinación de posición, en el sentido kleiniano, y estadio en el sentido freudiano. Convengamos que en esa época Lacan no fue el único de los habitantes del "mundo psiquiátrico" del Hospital Sainte-Anne influenciado por la prueba del espejo, entre 1923 y 1939 en ese Hospital se presentaron 18 artículos organizados por la temática del espejo y sus efectos (Cfr.:, Alberto Sladogna en El “estadio del espejo” sus diálogos con el espejo, el surrealismo, la fotografía y la locura)

El espejo atraía a los pintores, en particular a René Magritte quien en 1937 pintó La reproducción prohibida:



El vídeo coloca sobre la superficie del espejo los efectos del aliento vital que el amor del desaparecido provoca o puede provocar en quienes están tomados por ese aliento. El desaparecido en tanto objeto de la libido -deseo en su origen latino- no está perdido (versión de Freud) tampoco está faltando (versión de Lacan) solo está como amor del desaparecido.
 

En esta performance se muestra un espejo que solo Lacan y Félix Guattari elaboraron a partir de 1973, cuando para Lacan ya no podía sostenerse un imaginario sin su real y su simbólico, se trataba de un imaginario que resultaba del anudamiento de múltiples registros, ya no era más una imagen plana reflejada por un espejo, así la imagen era un diagrama cartográfico  del deseo (Félix Guattari).



Territorios de artefactos: Conversación Amor del desaparecido @sladogna

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Este es el vídeo con la grabación de la Conversación. Amor del desaparecido: potencia subjetiva efectuado el sábado 1 de octubre del 2016, primera parte con el diálogo con John Gibler, autor de "Una historia oral de la infamia: sobre el ataque a los normalistas de Ayotzinapa" :



Conversación vídeo 2 parte sábado 1/10/2016

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A continuación el vídeo de la Segunda parte de la Conversación del sábado 1/10/2016 Amor del desaparecido: potencia subjetiva:


        

Indicios, huellas, signos: método del EAAF

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En el siguiente vídeo  a cargo de una integrante del Equipo Argentino de Antropología Forense, Mercedes Salado Puerto, expone la práctica de ese colectivo que tiene por hábito compartir el común. El común se comparte, no es inmune.  
¿Cómo se relaciona la practica del EAAF con otras practicas, en particular, con el análisis? La labor del EAAF parte de un hecho elemental: reconstruir a partir de signos, en ocasiones más que imperceptibles un objeto evanescente: el cuerpo con la identidad del desaparecid@. Su practica del paradigma del indicio comparte el horizonte que permitió inventar el psicoanálisis por parte de Freud, años más tarde Jacques Lacan y Félix Guattari dieron legalidad a esa cercanía. Lacan no dudo en colocar a la practica del análisis en el territorio de las ciencias conjeturales, basta con localizar en sus escritos y seminarios orales la reiteración, aquí y allá que la conjetura de cada análisis solo se sostiene en las múltiples caras del signo, de ahí que la pertinencia de encontrarnos con esa conjetura que se localiza en forma viva entre quienes somos afectados por el amor del desaparecido: un objeto que no está perdido, un objeto que no falta, se trata de un objeto libidinal que suscita el amor del desaparecido  

El próximo sábado 22 de octubre del 2016 a las 12 horas de Argentina/ 10 horas de México, llevaremos acabo una conversación con Carlos "Maco" Somigliana, miembro del Equipo de Antropología Argentino Forense, están ustedes invitados a participar , se trata de una actividad libre, gratuita, en salón virtual de Internet, los interesados escribir a: sladogna@gmail.com  

Este es el método del EAAF, presentado por Mercedes Salado Puerto:

       

Incertidumbre, signo de un posible paradigma @sladogna.

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Incertidumbre, signo de un posible paradigma*

*Alberto Sladogna
Encontramos fósiles, por ejemplo restos como de peces, pero en pleno continente. Para explicar ese fenómeno, suponemos que otrora el mar bañaba ese territorio. Ch. S. Peirce

Leí, días pasados, que el hombre que ordenó la edificación de la casi infinita muralla china fue aquel primer emperador, Shih Huang Ti, que asimismo dispuso que se quemaran todos los libros anteriores a él. Que las dos vastas operaciones -las quinientas a seiscientas leguas de piedra opuestas a los bárbaros, la rigurosa abolición de la historia, es decir del pasado- procedieran de una persona y fueran de algún modo sus atributos, inexplicablemente me satisfizo y, a la vez, me inquietó. Indagar las razones de esa emoción es el fin de esta nota. (J.L. Borges, Otras Inquisiciones)

En estas líneas ensayo recoger elementos, propuestas, posiciones desplegadas en la “Conversación. Amor del desaparecido: potencia subjetiva” ¿Cuáles elementos?  
Los afectados por la desaparición organizan su búsqueda; prevalece el aspecto vital (“Con vida los queremos”) , como lo indica el testimonio de Cristina Bautista, madre del joven Benjamín Asencio Bautista desaparecido la noche del 26 al 27 de septiembre en Ayotzinapa, México. Ella sigue la búsqueda pues considera que está vivo, subrayo para ella está vivo. Remarco que esa vitalidad, acompaña también a mujeres y hombres que están en la búsqueda de sus seres queridos. Cristina índica que es “algo que siente en su cuerpo”. Es un sentimiento, una intuición, un presentimiento cercano a una adivinación: su ser querido está con vida. Al mismo tiempo, manifiesta su confianza en la labor del Equipo Argentino de Antropología Forense, ese testimonio es crucial. Ella confía en la actividad de ese equipo, sabe que esos antropólogos forenses buscan e identifican cuerpos a partir del estudio que realizan cuando se localizan fosas de entierros clandestinos. Mientras que no se encuentre una localización para ella se mantendrá una incertidumbre que sin dejar de lado la vida no deja de lado el encuentro con otro aspecto.
Esta doble vertiente muestra dos componentes que no pueden reducirse a un duelo. La  desaparición genera una situación de incertidumbre, un efecto máximo de incertidumbre. Los singulares duelos suelen realizarse a partir de una certidumbre. La desaparición es una manifestación corporal de otro orden que requiere ser precisada. Corresponde seguir ese y otros testimonios apegados a su literalidad. Esta doble vertiente de la desaparición –buscarlos con vida y también convocar la ayuda del EAAF- requiere un abordaje relacional. La incertidumbre es un conjunto de relaciones que están en la superficie, no están ocultas, no están en lo profundo, están en la superficie corporal de quienes son tomados por ese amor. Al ubicar la cuestión relacional, el tema del “sentido” de las acciones de los afectados no es relevante. El “sentido” abre demasiado rápido las avenidas de la interpretación que coloca a quienes buscan al desaparecido como siendo ajenos a una “profundidad” que ellos no reconocerían pero que la interpretación posee. La terrible frase que se escucha en los medios masivos de comunicación “Usted está de duelo y no lo sabe”, “El duelo se manifiesta por síntomas de los que hay que hacer consciencia para llevar a cabo el trabajo de duelo”. Frases que dibujan la idea de que el duelo sería un “trabajo” que de forma “obligatoria” a nombre de la salud se le impone a quien busca.
La desaparición es una ruptura radical del hábito cotidiano. Cristina Bautista desde hace dos años al producirse la desaparición de Benjamín Asensio dejó de hacer sus tareas cotidianas ¿Hábito? Lo que alguna vez fue cotidiano y cuasi-natural (cuidar a sus tres  críos, realizar y proteger su cosecha, arreglar la casa,…) se le aparece desde hace dos años como siendo un absurdo. Cuando las autoridades, los medios de comunicación y sectores de los ciudadanos la acusan de “ser una huevona que no trabaja”, ella responde “¿Y tú qué harías si tu hijo estuviera desaparecido?” La desaparición rompe el hábito de vida, la forma de vida previa, convierte esa vida cotidiana previa en una barbarie e instala un hábito subvertido, insumiso ¿Subvertido? ¿Insumisión? Cristina Bautista hace aparecer un nuevo hábito suscitado por el amor del desaparecido: el solo hecho de que ella haya viajado desde Ayotzinapa para llegar a Buenos Aires al ser designada por una asamblea de las madres, los padres, y los alumnos de esa escuela para hablar de la desaparición, de los hechos políticos, de las actitudes del gobierno de México, del comportamiento de las autoridades que fabricaron un supuesto hallazgo de los restos de Benjamín Asensio y de otros normalistas en un basural. Estas actividades son parte de un nuevo hábito en su vida ¡Qué coincidencia! ese cambio de hábito es testimoniado por las  arpilleras chilenas: conjunto de mujeres de muy escasos recursos que buscaban a sus seres queridos, esa búsqueda cambio sus hábitos de vida, de vecindad, de hacer amistades, de ocuparse de algo que no hacían antes, la política. Algo semejante testimonian las Madres y las Abuelas de la Plaza de Mayo, algo semejante ocurrió y ocurre con los hábitos de Rosario Ibarra de Piedra, mexicana, fundadora del Comité ¡Eureka!, aparición  nuevos hábitos nuevos en su vida a consecuencia que desde 1974  trata de  localizar a su hijo  Jesús Piedra Ibarra.
Tomo un atajo atrevido para dar cuenta del hábito. Nos apoyaremos en la pintura. Rene Magritte pintó su cuadro “Esto no es una pipa”(1929), en esa tela rompe el hábito natural de ver una pipa. El cuadro fue parte de una serie que tituló “La traición de las imágenes”,  años después sostenía que el efecto de quebrar el hábito se presentaría si hubiese escrito “Esto es una pipa”.  Aquí el hábito convoca al signo, a los signos, una de las características de los signos es partir de un trazo para hacer visible por fuera del hábito cotidiano el cuerpo de un objeto; los signos hablados o no son corporales.  Víctor Shklovski escribió un texto “El arte como artificio”, allí sostiene: “Los procedimientos del arte son el de “singularización” de los objetos,…que consiste en oscurecer la forma, en aumentar la dificultad y la duración de la percepción”.
El testimonio  de Cristina Bautista localiza las aristas que esa forma del amor, esa manera de abordar una desaparición nos enfrenta a un más allá de los criterios habituales de “realidad” o de “principio de realidad”, ese estilo singulariza un objeto libidinal, oscurece su forma y nos ofrece una  percepción vital que nos toca, no nos deja inmunes y logra en ocasiones hacer compartible ese afecto hasta que dure lo que dure la incertidumbre que lo acompaña. La incertidumbre quiebra los hábitos previos, genera otros. Por el momento propongo considerar a la incertidumbre como siendo un signo
¿Por qué el signo, el indicio, la huella?
A continuación parafraseo a Carlo Ginzburg en su Indicios. Raíces de un paradigma de inferencias indiciales y en  Freud, el hombre de los lobos y los lobizones.
Había algo que unía, en la antigua Mesopotamia, diferentes formas de conocimiento. Había una actitud orientada al análisis de los casos individuales sólo por medios de rastros, síntomas, indicios. Los propios textos de jurisprudencia mesopotámica, en lugar de consistir en la recopilación de diferentes leyes u ordenanzas, se basaban en la discusión de una casuística muy concreta. En resumen, es posible hablar de paradigma inicial o adivinatorio, que según las distintas formas del saber se dirigía al pasado, al presente o al futuro. Hacia el futuro, se contaba con la adivinación propiamente dicha. Hacia el pasado, el presente y el futuro, al mismo tiempo, se disponía de la sintomatología en su doble aspecto: diagnóstico y pronóstico. Hacia el pasado, se contaba con la jurisprudencia, pero detrás de ese paradigma indiciario o adivinatorio, se vislumbra el gesto tal vez más antiguo de la historia intelectual del género humano: el cazador que, tendido sobre el barro, escudriña los rastros dejados por su presa. Cuando se busca al desaparecido esa búsqueda está organizada por “alguien pasó por aquí” ¿cuál aquí? Como dice Cristina Bautista, esa huella y ese “aquí” es el de Benjamín Asensio, es una huella vital hasta que deje  de serlo para ella. Una huella vital que acompaña o remarca una huella, Benjamín Asensio no está en la escuela, no está en los lugares esperados, su ausencia rompe la escena habitual de la vida cotidiana.
En la antigüedad era posible que un diagnóstico de trauma craneano, formulado en base a un estrabismo bilateral, encuentre su sitio en un tratado mesopotámico de adivinación. Más genéricamente se explica el surgir, históricamente hablando, de una constelación de disciplinas basadas en el desciframiento de señales de distintos géneros, desde los síntomas a la escritura. Si pasamos de la cultura mesopotámica a la griega, tal constelación cambia profundamente, al constituirse nuevas disciplinas como la historiografía y la filología, a causa también de la obtención de una nueva autonomía social y epistemológica por parte de las disciplinas antiguas, como la medicina. El cuerpo, el lenguaje y la historia de los hombres quedaron sometidos por primera vez a una búsqueda desprejuiciada, que excluía por principio la intervención divina. Es obvio que de tan decisiva mutación, que  caracterizó la cultura de la polis, aún hoy somos los herederos. Menos obvio es el hecho de que en ese cambio tuvo un papel preponderante un paradigma definible como sintomático o indiciario que definió sus métodos reflexionando sobre la noción decisiva de síntoma (semejón) sólo observando atentamente, registrando con extrema minuciosidad todos los síntomas, afirmaban es posible elaborar "historias" precisas de las enfermedades individuales: la enfermedad es, de por sí, inaferrable. El síntoma es un nudo de signos.
En esa negación de la transparencia de la realidad hallaba implícita legitimación el paradigma inicial que, de hecho, regía esferas de actividad muy diferentes para los griegos, dentro del vasto territorio del saber conjetural estaban incluidos, entre muchos otros, los médicos, los historiadores, los políticos, los alfareros, los carpinteros, los marinos, los cazadores, los pescadores, las mujeres… Los límites de ese territorio, significativamente gobernado por una diosa, la primera esposa de Zeus, que realizaba la adivinación mediante el agua, estaban delimitados por términos tales como "conjeturas", "conjeturar". Este paradigma permaneció implícito avasallado por el prestigioso (y socialmente más elevado) modelo de conocimiento elaborado por Platón.
Como es obvio, el acto decisivo en este sentido está constituido por el surgimiento de un paradigma científico, basado en la física galileana, que se reveló más duradero que esta última. Por más que la física moderna, sin haber renegado de Galileo, no puede definirse hoy como "galileana", el significado epistemológico y simbólico de Galileo para la ciencia en general ha permanecido intacto. Resulta claro, entonces que el grupo de disciplinas que hemos denominado indiciales no encuentre en modo alguno un lugar en los criterios de cientificidad deducible del paradigma galileano. En efecto, se trata de disciplinas eminentemente cualitativas, que tienen por objeto casos, situaciones y documentos individuales, en cuanto individuales; y precisamente por eso alcanzan resultados que tienen un margen insuprimible de aleatoriedad; basta pensar en el peso de las conjeturas en (el término mismo es de origen adivinatorio) en la filología. Muy distinto carácter poseía la ciencia galileana, que hubiera podido hacer suya la máxima escolástica: de lo individual no se puede hablar. El empleo de la matemática y del método experimental, en efecto, implicaban respectivamente la cuantificación y la reiterabilidad de los fenómenos…Se empezó por considerar no pertinentes al texto todos los elementos vinculados con la oralidad y la gestualidad; después, se siguió igual criterio con los elementos relacionados con el aspecto material de la escritura. El resultado de esta doble operación fue la paulatina desmaterialización del texto, progresivamente depurado de toda referencia a lo sensible: si bien la existencia de algún tipo de relación sensible es indispensable para que el texto sobreviva, el texto en sí no se identifica con su base de sustentación. Escuchando el testimonio de Cristina, piénsese solamente la decisiva función que cumplen la entonación en las literaturas orales, o bien la caligrafía en la poesía china; ello nos permite percatarnos de que la noción de texto que acabamos de aludir se vincula con una toma de posición cultural de incalculables consecuencias. Que la solución adoptada no fue determinada por la consolidación de los procesos de reproducción mecánica, en vez de manos, está demostrado por el muy significativo ejemplo de China, donde la invención del imprenta no llevó a abandonar la vinculación entre texto literario y caligrafía en el tradicional paralelo que la edad media se trazaba entre el mundo y el libro estaba basado en evidencia, en inmediata elegibilidad de ambos
Galileo, en cambio, subrayó que "la filosofía escrita en este grandísimo libro que continuamente se nos aparece abierto ante nuestros ojos (no me refiero al universo)… no puede entenderse si antes no se aprende a entender la lengua, y a conocer los caracteres en los que está escrito", es decir "triángulo, círculos y otras figuras geométricas". Para el filósofo natural como para el filólogo el texto es materia profunda e invisible, que se debe reconstruir más allá de los datos de los sentidos: "las figuras, los números y los movimientos, pero ya no los olores, ni los sabores y los sonidos, los cuales fuera del animal viviente no creo que sean otra cosa que nombres".
Con esa frase, Galileo imprimía la ciencia de la naturaleza un carácter de significado tendencialmente anti antropocéntrico y anti antropomórfico, que ya no perdería. En el mapa del saber se había producido una rasgadura, que estaba destinado a agrandarse cada vez más. Y por cierto que entre el físico galileano, profesionalmente sordo los sonidos e insensible a los sabores y los olores, y el médico de su misma época, que aventuraba diagnósticos aplicando el oído atento  a catarros u olfateando heces y probando el sabor de orina, no podía existir mayor contraposición. Encontramos que a partir de 1984 con la creación del EAAF esa distinción o contradicción entre ambos paradigmas pierde consistencia, ese equipo despliega su actividad e incorpora un elemento de la ciencia como son los estudios de ADN que ellos practican en esos fragmentos que recuperan, a partir de lo cual se logra reconstruir un cuerpo con su identidad. Ese procedimiento provoca un movimiento o una mutación para quienes están buscando a sus desaparecidos, se instala un horizonte de cierta certidumbre que pueden llegar a modificar los hábitos adquiridos mientras buscaban en la incertídumbre. 

Huelas bibliográficas:
Sigmund Freud, El Moisés del Miguel Ángel (1914); Psicopatología de la vida cotidiana; Jacques Lacan, Escritos I y II; Jacques Lacan, seminario oral 1965/1966, El objeto del psicoanálisis;  Giovanni Morelli, Della pittura italiana; Arthur Conan Doyle, Sherlock Holmes, anotado I y II; Lewis Carroll, Alicia anotada, edición de Martín Gardner; Pierre Bayard, El caso del perro de los Baskerville; Carlo Ginzburg, Mitos, emblemas, indicios. Morfología e historia; Carlo Ginzburg, Ojazos de madera. Nueve reflexiones sobre la distancia; William Irwin, La filosofía de House: todos mienten; Jon Beasley-Murray, Poshegemonia. Teoría política y América Latina; Adolfo Gilly,Subcomandante Marcos, Carlos Ginzburg, Discusión sobre la historia.


Incertídumbre, signo de un posible paradigma @sladogna.

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Incertidumbre, signo de un posible paradigma*

*Alberto Sladogna
Encontramos fósiles, por ejemplo restos como de peces, pero en pleno continente. Para explicar ese fenómeno, suponemos que otrora el mar bañaba ese territorio. Ch. S. Peirce

Leí, días pasados, que el hombre que ordenó la edificación de la casi infinita muralla china fue aquel primer emperador, Shih Huang Ti, que asimismo dispuso que se quemaran todos los libros anteriores a él. Que las dos vastas operaciones -las quinientas a seiscientas leguas de piedra opuestas a los bárbaros, la rigurosa abolición de la historia, es decir del pasado- procedieran de una persona y fueran de algún modo sus atributos, inexplicablemente me satisfizo y, a la vez, me inquietó. Indagar las razones de esa emoción es el fin de esta nota. (J.L. Borges, Otras Inquisiciones)

En estas líneas ensayo recoger elementos, propuestas, posiciones desplegadas en la “Conversación. Amor del desaparecido: potencia subjetiva” ¿Cuáles elementos?  

Los afectados por la desaparición organizan su búsqueda; prevalece el aspecto vital (“Con vida los queremos”) , como lo indica el testimonio de Cristina Bautista, madre del joven Benjamín Ascencio Bautista desaparecido la noche del 26 al 27 de septiembre en Ayotzinapa, México. Ella sigue la búsqueda pues considera que está vivo, subrayo para ella está vivo. Remarco que esa vitalidad, acompaña también a mujeres y hombres que están en la búsqueda de sus seres queridos. Cristina índica que es “algo que siente en su cuerpo”. Es un sentimiento, una intuición, un presentimiento cercano a una adivinación: su ser querido está con vida. Al mismo tiempo, manifiesta su confianza en la labor del Equipo Argentino de Antropología Forense, ese testimonio es crucial. Ella confía en la actividad de ese equipo, sabe que esos antropólogos forenses buscan e identifican cuerpos a partir del estudio que realizan cuando se localizan fosas de entierros clandestinos. Mientras que no se encuentre una localización para ella se mantendrá una incertidumbre que sin dejar de lado la vida no deja de lado el encuentro con otro aspecto.
Esta doble vertiente muestra dos componentes que no pueden reducirse a un duelo. La  desaparición genera una situación de incertidumbre, un efecto máximo de incertidumbre. Los singulares duelos suelen realizarse a partir de una certidumbre. La desaparición es una manifestación corporal de otro orden que requiere ser precisada. Corresponde seguir ese y otros testimonios apegados a su literalidad. Esta doble vertiente de la desaparición –buscarlos con vida y también convocar la ayuda del EAAF- requiere un abordaje relacional. La incertidumbre es un conjunto de relaciones que están en la superficie, no están ocultas, no están en lo profundo, están en la superficie corporal de quienes son tomados por ese amor. Al ubicar la cuestión relacional, el tema del “sentido” de las acciones de los afectados no es relevante. El “sentido” abre demasiado rápido las avenidas de la interpretación que coloca a quienes buscan al desaparecido como siendo ajenos a una “profundidad” que ellos no reconocerían pero que la interpretación posee. La terrible frase que se escucha en los medios masivos de comunicación “Usted está de duelo y no lo sabe”, “El duelo se manifiesta por síntomas de los que hay que hacer consciencia para llevar a cabo el trabajo de duelo”. Frases que dibujan la idea de que el duelo sería un “trabajo” que de forma “obligatoria” a nombre de la salud se le impone a quien busca.

La desaparición es una ruptura radical del hábito cotidiano. Cristina Bautista desde hace dos años al producirse la desaparición de Benjamín Ascensio dejó de hacer sus tareas cotidianas ¿Hábito? Lo que alguna vez fue cotidiano y cuasi-natural (cuidar a sus tres  críos, realizar y proteger su cosecha, arreglar la casa,…) se le aparece desde hace dos años como siendo un absurdo. Cuando las autoridades, los medios de comunicación y sectores de los ciudadanos la acusan de “ser una huevona que no trabaja”, ella responde “¿Y tú qué harías si tu hijo estuviera desaparecido?” La desaparición rompe el hábito de vida, la forma de vida previa, convierte esa vida cotidiana previa en una barbarie e instala un hábito subvertido, insumiso ¿Subvertido? ¿Insumisión? Cristina Bautista hace aparecer un nuevo hábito suscitado por el amor del desaparecido: el solo hecho de que ella haya viajado desde Ayotzinapa para llegar a Buenos Aires al ser designada por una asamblea de las madres, los padres, y los alumnos de esa escuela para hablar de la desaparición, de los hechos políticos, de las actitudes del gobierno de México, del comportamiento de las autoridades que fabricaron un supuesto hallazgo de los restos de Benjamín Ascensio y de otros normalistas en un basural. Estas actividades son parte de un nuevo hábito en su vida ¡Qué coincidencia! ese cambio de hábito es testimoniado por las  arpilleras chilenas: conjunto de mujeres de muy escasos recursos que buscaban a sus seres queridos, esa búsqueda cambio sus hábitos de vida, de vecindad, de hacer amistades, de ocuparse de algo que no hacían antes, la política. Algo semejante testimonian las Madres y las Abuelas de la Plaza de Mayo, algo semejante ocurrió y ocurre con los hábitos de Rosario Ibarra de Piedra, mexicana, fundadora del Comité ¡Eureka!, aparición  de hábitos nuevos en su vida a consecuencia que desde 1974  trata de  localizar a su hijo  Jesús Piedra Ibarra.

Tomo un atajo atrevido para dar cuenta del hábito. Nos apoyaremos en la pintura. Rene Magritte pintó su cuadro “Esto no es una pipa”(1929), en esa tela rompe el hábito natural de ver una pipa. El cuadro fue parte de una serie que tituló “La traición de las imágenes”,  años después sostenía que el efecto de quebrar el hábito se presentaría si hubiese escrito “Esto es una pipa”.  Aquí el hábito convoca al signo, a los signos, una de las características de los signos es partir de un trazo para hacer visible por fuera del hábito cotidiano el cuerpo de un objeto; los signos hablados o no son corporales.  Víctor Shklovski escribió un texto “El arte como artificio”, allí sostiene: “Los procedimientos del arte son el de “singularización” de los objetos,…que consiste en oscurecer la forma, en aumentar la dificultad y la duración de la percepción”.

El testimonio  de Cristina Bautista localiza las aristas que esa forma del amor, esa manera de abordar una desaparición nos enfrenta a un más allá de los criterios habituales de “realidad” o de “principio de realidad”, ese estilo singulariza un objeto libidinal, oscurece su forma y nos ofrece una  percepción vital que nos toca, no nos deja inmunes y logra en ocasiones hacer compartible ese afecto hasta que dure lo que dure la incertidumbre que lo acompaña. La incertidumbre quiebra los hábitos previos, genera otros. Por el momento propongo considerar a la incertidumbre como siendo un signo

¿Por qué el signo, el indicio, la huella?

A continuación parafraseo a Carlo Ginzburg en su Indicios. Raíces de un paradigma de inferencias indiciales y en  Freud, el hombre de los lobos y los lobizones.

Había algo que unía, en la antigua Mesopotamia, diferentes formas de conocimiento. Había una actitud orientada al análisis de los casos individuales sólo por medios de rastros, síntomas, indicios. Los propios textos de jurisprudencia mesopotámica, en lugar de consistir en la recopilación de diferentes leyes u ordenanzas, se basaban en la discusión de una casuística muy concreta. En resumen, es posible hablar de paradigma inicial o adivinatorio, que según las distintas formas del saber se dirigía al pasado, al presente o al futuro. Hacia el futuro, se contaba con la adivinación propiamente dicha. Hacia el pasado, el presente y el futuro, al mismo tiempo, se disponía de la sintomatología en su doble aspecto: diagnóstico y pronóstico. Hacia el pasado, se contaba con la jurisprudencia, pero detrás de ese paradigma indiciario o adivinatorio, se vislumbra el gesto tal vez más antiguo de la historia intelectual del género humano: el cazador que, tendido sobre el barro, escudriña los rastros dejados por su presa. Cuando se busca al desaparecido esa búsqueda está organizada por “alguien pasó por aquí” ¿cuál aquí? Como dice Cristina Bautista, esa huella y ese “aquí” es el de Benjamín Ascensio, es una huella vital hasta que deje  de serlo para ella. Una huella vital que acompaña o remarca una huella, Benjamín Ascensio no está en la escuela, no está en los lugares esperados, su ausencia rompe la escena habitual de la vida cotidiana.

En la antigüedad era posible que un diagnóstico de trauma craneano, formulado en base a un estrabismo bilateral, encuentre su sitio en un tratado mesopotámico de adivinación. Más genéricamente se explica el surgir, históricamente hablando, de una constelación de disciplinas basadas en el desciframiento de señales de distintos géneros, desde los síntomas a la escritura. Si pasamos de la cultura mesopotámica a la griega, tal constelación cambia profundamente, al constituirse nuevas disciplinas como la historiografía y la filología, a causa también de la obtención de una nueva autonomía social y epistemológica por parte de las disciplinas antiguas, como la medicina. El cuerpo, el lenguaje y la historia de los hombres quedaron sometidos por primera vez a una búsqueda desprejuiciada, que excluía por principio la intervención divina. Es obvio que de tan decisiva mutación, que  caracterizó la cultura de la polis, aún hoy somos los herederos. Menos obvio es el hecho de que en ese cambio tuvo un papel preponderante un paradigma definible como sintomático o indiciario que definió sus métodos reflexionando sobre la noción decisiva de síntoma (semejón) sólo observando atentamente, registrando con extrema minuciosidad todos los síntomas, afirmaban es posible elaborar "historias" precisas de las enfermedades individuales: la enfermedad es, de por sí, inaferrable. El síntoma es un nudo de signos.

En esa negación de la transparencia de la realidad hallaba implícita legitimación el paradigma inicial que, de hecho, regía esferas de actividad muy diferentes para los griegos, dentro del vasto territorio del saber conjetural estaban incluidos, entre muchos otros, los médicos, los historiadores, los políticos, los alfareros, los carpinteros, los marinos, los cazadores, los pescadores, las mujeres… Los límites de ese territorio, significativamente gobernado por una diosa, la primera esposa de Zeus, que realizaba la adivinación mediante el agua, estaban delimitados por términos tales como "conjeturas", "conjeturar". Este paradigma permaneció implícito avasallado por el prestigioso (y socialmente más elevado) modelo de conocimiento elaborado por Platón.

Como es obvio, el acto decisivo en este sentido está constituido por el surgimiento de un paradigma científico, basado en la física galileana, que se reveló más duradero que esta última. Por más que la física moderna, sin haber renegado de Galileo, no puede definirse hoy como "galileana", el significado epistemológico y simbólico de Galileo para la ciencia en general ha permanecido intacto. Resulta claro, entonces que el grupo de disciplinas que hemos denominado indiciales no encuentre en modo alguno un lugar en los criterios de cientificidad deducible del paradigma galileano. En efecto, se trata de disciplinas eminentemente cualitativas, que tienen por objeto casos, situaciones y documentos individuales, en cuanto individuales; y precisamente por eso alcanzan resultados que tienen un margen insuprimible de aleatoriedad; basta pensar en el peso de las conjeturas en (el término mismo es de origen adivinatorio) en la filología. Muy distinto carácter poseía la ciencia galileana, que hubiera podido hacer suya la máxima escolástica: de lo individual no se puede hablar. El empleo de la matemática y del método experimental, en efecto, implicaban respectivamente la cuantificación y la reiterabilidad de los fenómenos…Se empezó por considerar no pertinentes al texto todos los elementos vinculados con la oralidad y la gestualidad; después, se siguió igual criterio con los elementos relacionados con el aspecto material de la escritura. El resultado de esta doble operación fue la paulatina desmaterialización del texto, progresivamente depurado de toda referencia a lo sensible: si bien la existencia de algún tipo de relación sensible es indispensable para que el texto sobreviva, el texto en sí no se identifica con su base de sustentación. Escuchando el testimonio de Cristina, piénsese solamente la decisiva función que cumplen la entonación en las literaturas orales, o bien la caligrafía en la poesía china; ello nos permite percatarnos de que la noción de texto que acabamos de aludir se vincula con una toma de posición cultural de incalculables consecuencias. Que la solución adoptada no fue determinada por la consolidación de los procesos de reproducción mecánica, en vez de manos, está demostrado por el muy significativo ejemplo de China, donde la invención del imprenta no llevó a abandonar la vinculación entre texto literario y caligrafía en el tradicional paralelo que la edad media se trazaba entre el mundo y el libro estaba basado en evidencia, en inmediata elegibilidad de ambos

Galileo, en cambio, subrayó que "la filosofía escrita en este grandísimo libro que continuamente se nos aparece abierto ante nuestros ojos (no me refiero al universo)… no puede entenderse si antes no se aprende a entender la lengua, y a conocer los caracteres en los que está escrito", es decir "triángulo, círculos y otras figuras geométricas". Para el filósofo natural como para el filólogo el texto es materia profunda e invisible, que se debe reconstruir más allá de los datos de los sentidos: "las figuras, los números y los movimientos, pero ya no los olores, ni los sabores y los sonidos, los cuales fuera del animal viviente no creo que sean otra cosa que nombres".

Con esa frase, Galileo imprimía la ciencia de la naturaleza un carácter de significado tendencialmente anti antropocéntrico y anti antropomórfico, que ya no perdería. En el mapa del saber se había producido una rasgadura, que estaba destinada a agrandarse cada vez más. Y por cierto que entre el físico galileano, profesionalmente sordo los sonidos e insensible a los sabores y los olores, y el médico de su misma época, que aventuraba diagnósticos aplicando el oído atento  a catarros u olfateando heces y probando el sabor de orina, no podía existir mayor contraposición. Encontramos que a partir de 1984 con la creación del EAAF esa distinción o contradicción entre ambos paradigmas pierde consistencia, ese equipo despliega su actividad e incorpora un elemento de la ciencia como son los estudios de ADN que ellos practican en esos fragmentos que recuperan, a partir de lo cual se logra reconstruir un cuerpo con su identidad. Ese procedimiento provoca un movimiento o una mutación para quienes están buscando a sus desaparecidos, se instala un horizonte de cierta certidumbre que pueden llegar a modificar los hábitos adquiridos mientras buscaban en la incertídumbre. 

Huelas bibliográficas:
Sigmund Freud, El Moisés del Miguel Ángel (1914); Psicopatología de la vida cotidiana; Jacques Lacan, Escritos I y II; Jacques Lacan, seminario oral 1965/1966, El objeto del psicoanálisis;  Giovanni Morelli, Della pittura italiana; Arthur Conan Doyle, Sherlock Holmes, anotado I y II; Lewis Carroll, Alicia anotada, edición de Martín Gardner; Pierre Bayard, El caso del perro de los Baskerville; Carlo Ginzburg, Mitos, emblemas, indicios. Morfología e historia; Carlo Ginzburg, Ojazos de madera. Nueve reflexiones sobre la distancia; William Irwin, La filosofía de House: todos mienten; Jon Beasley-Murray, Poshegemonia. Teoría política y América Latina; Adolfo Gilly,Subcomandante Marcos, Carlos Ginzburg, Discusión sobre la historia.


"Autismo", ¿un cuerpo cuántico? ¿Lacan corpotífico el cuerpo en el diván?¿...? taller 11/06/2016

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Taller, El cuerpo transhumano ¿Física cuántica en cada diván? Aquí la cuestión del autismo queda interrogado, cuestionado, se trata de una experiencia del cuerpo corpotifícado en acto. Tomó un texto de Diego Zerba Emoticón grin E L O Q U E M E R E C E S O B R E V I V I R
SEGUNDA TEMPORADA
ELOGIO DEL AUTISMO, Diego Zerba

Desde hace un tiempo se utiliza al autismo, como metáfora de lo contrario a lo que esta época vende de sí: conexión, invención, imaginación y demás cualidades en la misma serie. Ante lo indicado conviene hacer un trabajo de agrimensor, para pensar estas fenomenologías clínicas más allá de esa estrategia de venta, ubicando las consecuencias que tiene en ciertos enfoques clínicos del autismo. Dentro de la orientación que estás notas mantienen, convocaremos para la labor a dos autores claves: Byung - Chul Han y Gilles Deleuze.

Han ha escrito un libro llamado “Psicopolítica”, que no es para nada una “psicologización” de los consensos políticos, sino –por el contrario- el desarrollo argumental de su tesis: “El neoliberalismo ha descubierto a la psique como fuerza productiva.” Define al neoliberalismo como una mutación del capitalismo, que extiende la explotación no sólo al tiempo de trabajo sino a la vida misma de la persona. De tal manera el concepto se convierte en dato, el conocimiento en información, la enseñanza en comunicación y la integración social en conexión. Dentro de este marco, la empresa es transversal a todo quehacer humano. 
Esta mutación capitalista incluye el relevo de la sociedad disciplinaria por la de control. En el contexto de Deluze, se produce con la sustitución del encierro en topos: la familia, la escuela, el trabajo, el hospital eventual y la cárcel paradigmática; por la sociedad de control: “un molde autodeformante que cambiaría continuamente, de un momento al otro, o como un tamiz cuya malla cambiaría de un punto al otro”. Dicho de otra manera: de la localización de un elemento en un espacio necesariamente reglamentado, a su seguimiento dentro del universo de las contingencias, neutralizado por una anticipación sistemática. Ilustrando por vía del modelo: del encierro en la prisión a la detención domiciliaria bajo el control del collar electrónico. 
Por la misma vertiente, Han enfoca la apropiación de la persona por el capital en estos términos: 
“Hoy creemos que no somos un sujeto sometido, sino un proyecto libre que constantemente se replantea y se reinventa. Este tránsito del sujeto al proyecto va acompañado de la sensación de 
libertad. Pues bien, el propio proyecto se muestra como una figura de coacción, incluso como una forma eficiente de subjetivación y de sometimiento. El yo como proyecto, que cree haberse liberado de las coacciones externas y de las coerciones ajenas, se somete a coacciones internas y a coerciones propias en forma de una coacción al rendimiento y la optimización.”
O sea “un molde autodeformante” que somete bajo la creencia del ejercicio de la libertad, en los términos de un panóptico personal que hace las veces de un superyó amable, que estimula a una reinvención permanente. El ideal de la creatividad pierde de vista a la creatividad de la estructuración subjetiva -que como se ha planteado en estas columnas: no cesa de no estructurarse- en pos de la sujeción a la estructura del mercado. Este demanda a un sujeto que llama consumidor, de una forma tan general como la manera particular en que él experimenta esa demanda. Es una experiencia que lo sujeta de tal modo, que no deja de reclamarla con el nombre de estimulación. En el interior de la comunicación absoluta, se instala con una anticipación permanente por parte del mercado, y a toda imposibilidad que deviene de este esquema la vive como impotencia. Por eso llama la atención de Han, los jóvenes que en vez de sentir el malestar de esta opresión e incluso rebelarse, reclaman mayor estimulación.
Dentro de este esquema, el sujeto de la eterna reinvención tendría su alter ego en el autista, supuesto como alguien de quien solo se podría esperar la repetición de automatismos. Es interesante la sutil diferencia que establece Oliver Sacks, entre dos jóvenes que podrían denominarse autistas. Ellos son Stephen y José, de los que nos hemos ocupados en columnas anteriores. Ahora la intención es oponer dicha sutileza, a la grosera obviedad de la distinción que establecería la “sociedad de la reinvención”, que pone al autismo como lo opuesto a la supuesta emanación de creatividad que no dejaría de estimular. 
Dice Sacks que Stephen se hallaba capturado por un “poder perceptual” que “solo veía formas: líneas, límites, sombras, colores, perspectivas.” De ese modo hacía dibujos perfectos, que permitirían la reproducción de lo visto sin la singularidad de la mirada. Sacks contrastaba sus dibujos en el Cañón de Chelly en Arizona, con los de un dibujante indígena que intentaba transmitirle los mitos de su pueblo para mirar el paisaje circundante. Uno sólo dibujaba lo que veía, el otro lo hacía bajo los efectos de las cosas que lo miraban y asumía gracias a la ayuda de la narrativa popular. La obviedad estriba en como los epígonos de la sociedad de control aprecian en la producción de Stephen, la inventiva de alguien que reproduce los datos que llegan a su percepción. Una visión que los recibe como información, y que puede transformarse en paradigma del autista que se integra como procesador de datos, dentro de una lógica comunicacional sin lazo. En tanto que el indígena distorsiona lo que ve como resultado de su “contaminación mágica”, en la trama mítica de los vínculos de su comunidad. De esta manera hasta el alter ego de esta época entraría en su lógica. Lo haría mostrando la propia verdad epocal: la “creatividad” del “sujeto de la reinvención” es la mochila de la explotación de la fuerza psíquica en nombre de la libertad. Lo supuestamente más ajeno de esta sociedad, resulta ser lo más propio revelado por el autismo: su creatividad es lo menos creativo. Por el contrario, cuando la singularidad asoma por la punta de la imperfección es despreciada. Es el caso de José que recordaremos a continuación.
Sacks se pregunta ¿cuándo un dibujo deja de ser reproducción fotográfica para ser producción subjetiva? Con este as en la manga va al encuentro de José de 21 años, atendido en una clínica donde no tienen expectativas en él. Lo halla intranquilo, y le pide que dibuje su reloj para comenzar a interactuar con él. En ese momento el ayudante interrumpe diciendo: 
“—Es un idiota (...) No le pregunte nada. No sabe lo que es... no sabe leer la hora. No habla siquiera. Dicen que es «autista» pero no es más que un idiota.”
Avergonzado por la interrupción del ayudante, José completa un dibujo detallista sin las características del dibujo fotográfico. Lo que más le impresiona al joven es el tono que aquel emplea, cuestión que retoma Sacks cuando lo vuelve a encontrar a José.
“—He estado pensando en ti, José —dije; quizás no entendiese mis palabras, pero entendía el tono—. Quiero ver más dibujos. Y le di mi pluma.”
José empieza por el primer plano de un ejemplar de “Arizona Highways”, que muestra una masa casi negra perfilada contra el agua, que dibuja con gran exactitud aunque se nota que el instrumento a usar era el pincel y no una pluma. Sacks describe el dibujo, remarcando que están “presentes todas las características de lo que Richard Wollheim llama «iconicidad» (subjetividad, intencionalidad, dramatización)”. Destaca que “por encima y además de la capacidad de mera reproducción, aunque ésta fuese sorprendente, parecía tener evidentes capacidades de imaginación y creatividad. No era una canoa sino su canoa lo que aparecía en el dibujo.” Agrega: “pasé a otra página de la revista, a un artículo sobre la pesca de truchas, una acuarela de un río truchero, con un fondo de rocas y árboles y en primer plano una trucha arcoiris a punto de cazar una mosca. —Dibuja esto —dije, señalando la trucha. La miró atentamente, pareció sonreír para sí, y luego apartó la vista... y entonces, con evidente gozo, la sonrisa fue creciendo y creciendo, mientras dibujaba un pez propio. Yo sonreía para mí, involuntariamente, mientras él dibujaba, porque ya, sintiéndose cómodo conmigo, se dejaba ir, y lo que brotaba, tímidamente, no era simplemente un pez, sino un pez con una especie de «carácter» propio”.
Todo lo que se aprecia como singularidad se resta a la precisión del dibujo. La actitud de José no es la de quien eficientemente hace la labor, para incluirse en la sociedad de los “reinventados”, sino la de aquel que hace un dibujo para regalárselo a quien se lo pide. Bajo el dominio de la transferencia, y no como respuesta a un superyó embaucador en nombre de la supuesta libertad. Este lo encadena a un molde social que se adelanta y lo captura, para ponerlo al servicio de una reinvención permanente y de la que el autista testimoniaría volviéndose una maquina de trasformar sin descanso: conceptos en datos, conocimiento en información, enseñanza en comunicación e integración social en conexión.
Lejos de la inventiva programada por la sociedad de control, Pascal Quignard así da testimonio de cómo un autista llega a una experiencia singular y creativa en el arte: 
“Hay que cruzar el desamparo originario tantas veces como se quiera revivir”.Diego Zerba

Taller, El cuerpo trans...humano: ¿Física cuántica en cada divan? 

Fecha: sábado 11 de junio del 2016, horario, 15 hs. Mx/17hs,Arg.
 Lugar: Salón virtual de Internet
Interesados escribir: sladogna@gmail.com 
Participación en los gastos U$A 8 - su equivalente en moneda nacional de cada participante
Argumento:
Jacques Lacan señaló con cierto disimulo que “Fuimos llevados a hacer funcionar uno de los resortes más exactos del pensamiento matemático; seguramente cuando uso tales medios está claro que hay siempre alguna parcialidad…La situación puede ser diferente para cualquiera que conozca el resorte de las matemáticas. Algún eco me llegó “La próxima vez que vaya a coger, hará falta que no olvide mi regla de cálculo”. Subrayemos,…, que tenemos algo presente en la teoría que conjuga la función del analista…para decir que tiene en esta ocasión, una función de apantallar.” Así le dio cuerpo cuántico a la función…, la corpotífico
Para desplegar las incógnitas implicadas en una tal proposición cuántica, el taller contará con una exposición a cargo de un físico mexicano, Rubén G. Barrera Pérez, Premio Nacional de Ciencias y Artes, Aérea de Ciencias Físico-Matemáticas y Naturales, México, 2012

Incertídumbre, signo de un posible paradigma @sladogna.

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Incertidumbre, signo de un posible paradigma*

*Alberto Sladogna
Encontramos fósiles, por ejemplo restos como de peces, pero en pleno continente. Para explicar ese fenómeno, suponemos que otrora el mar bañaba ese territorio. Ch. S. Peirce

Leí, días pasados, que el hombre que ordenó la edificación de la casi infinita muralla china fue aquel primer emperador, Shih Huang Ti, que asimismo dispuso que se quemaran todos los libros anteriores a él. Que las dos vastas operaciones -las quinientas a seiscientas leguas de piedra opuestas a los bárbaros, la rigurosa abolición de la historia, es decir del pasado- procedieran de una persona y fueran de algún modo sus atributos, inexplicablemente me satisfizo y, a la vez, me inquietó. Indagar las razones de esa emoción es el fin de esta nota. (J. L. Borges, Otras Inquisiciones)

En estas líneas ensayo recoger elementos, propuestas, posiciones desplegadas en la “Conversación. Amor del desaparecido: potencia subjetiva” ¿Cuáles elementos? Para responder requiero hacer una precisión delicada. En la vida enfrentamos una experiencia, la muerte de seres queridos -por enfermedad, por la edad, por un accidente, por un balazo perdido, por un suicidio, por un asalto, por amor, por tristeza, ...- en cada una de esas situaciones aparece que estaba vivo, luego apareció muerto, eso sin que sea obligatorio nos afecta - de múltiples formas y maneras- no hay un estilo "normal" de dar lugar a eso. En cada una de estas vivencias tenemos la "certeza" de que un ser querido murió, más allá de lo se hace con esa "constatación".

La desaparición de un ser querido presenta otra experiencia corporal. Sabemos que desapareció, estaba vivo, no  lo localizan. Saben que hoy la desaparición forzada está organizada por instituciones del Estado, por la política, sus FFAA, sus policías, las bandas del narcotráfico y las bandas de las empresas transnacionales. Quedamos con una incertidumbre, desapareció estando vivo -dure lo que dure ese tiempo y piensen lo que otros piensen de sus incertidumbres ante el "desaparecido".   

Los afectados por una desaparición organizan su búsqueda; prevalece el aspecto vital (“Con vida los queremos”) , como lo indica el testimonio de Cristina Bautista, madre del joven Benjamín Ascencio Bautista desaparecido la noche del 26 al 27 de septiembre en Ayotzinapa, México. Ella sigue la búsqueda pues considera que está vivo, subrayo para ella está vivo. Remarco que esa vitalidad, acompaña también a mujeres y hombres que están en la búsqueda de sus seres queridos. Cristina índica que es “algo que siente en su cuerpo”. Es un sentimiento, una intuición, un presentimiento cercano a una adivinación: su ser querido está con vida. Al mismo tiempo, manifiesta su confianza en la labor del Equipo Argentino de Antropología Forense, ese testimonio es crucial. Ella confía en la actividad de ese equipo, sabe que esos antropólogos forenses buscan e identifican cuerpos a partir del estudio que realizan cuando se localizan fosas de entierros clandestinos. Mientras que no se encuentre una localización para ella se mantendrá una incertidumbre que sin dejar de lado la vida no deja de lado el encuentro con otro aspecto.

Esta doble vertiente muestra dos componentes que no pueden reducirse a un duelo. La  desaparición genera una situación de incertidumbre, un efecto máximo de incertidumbre. Los singulares duelos suelen realizarse a partir de una certidumbre. La desaparición es una manifestación corporal de otro orden que requiere ser precisada. Corresponde seguir ese y otros testimonios apegados a su literalidad. Esta doble vertiente de la desaparición –buscarlos con vida y también convocar la ayuda del EAAF- requiere un abordaje relacional. La incertidumbre es un conjunto de relaciones que están en la superficie, no están ocultas, no están en lo profundo, están en la superficie corporal de quienes son tomados por ese amor. Al ubicar la cuestión relacional, el tema del “sentido” de las acciones de los afectados no es relevante. El “sentido” abre demasiado rápido las avenidas de la interpretación que coloca a quienes buscan al desaparecido como siendo ajenos a una “profundidad” que ellos no reconocerían pero que la interpretación posee. La terrible frase que se escucha en los medios masivos de comunicación “Usted está de duelo y no lo sabe”, “El duelo se manifiesta por síntomas de los que hay que hacer consciencia para llevar a cabo el trabajo de duelo”. Frases que dibujan la idea de que el duelo sería un “trabajo” que de forma “obligatoria” a nombre de la salud se le impone a quien busca.

La desaparición es una ruptura radical del hábito cotidiano. Cristina Bautista desde hace dos años al producirse la desaparición de Benjamín Ascensio dejó de hacer sus tareas cotidianas ¿Hábito? Lo que alguna vez fue cotidiano y cuasi-natural (cuidar a sus tres  críos, realizar y proteger su cosecha, arreglar la casa,…) se le aparece desde hace dos años como siendo un absurdo. Cuando las autoridades, los medios de comunicación y sectores de los ciudadanos la acusan de “ser una huevona que no trabaja”, ella responde “¿Y tú qué harías si tu hijo estuviera desaparecido?” La desaparición rompe el hábito de vida, la forma de vida previa, convierte esa vida cotidiana previa en una barbarie e instala un hábito subvertido, insumiso ¿Subvertido? ¿Insumisión?

Cristina Bautista hace aparecer un nuevo hábito suscitado por el amor del desaparecido: el solo hecho de que ella haya viajado desde Ayotzinapa para llegar a Buenos Aires al ser designada por una asamblea de las madres, los padres, y los alumnos de esa escuela para hablar de la desaparición, de los hechos políticos, de las actitudes del gobierno de México, del comportamiento de las autoridades que fabricaron un supuesto hallazgo de los restos de Benjamín Ascensio y de otros normalistas en un depósito de basura. Estas actividades son parte de un nuevo hábito en su vida ¡Qué coincidencia! ese cambio de hábito es testimoniado por las  arpilleras chilenas: conjunto de mujeres de muy escasos recursos que buscaban a sus seres queridos, esa búsqueda cambio sus hábitos de vida, de vecindad, de hacer amistades, de ocuparse de algo que no hacían antes, la política. Algo semejante testimonian las Madres y las Abuelas de la Plaza de Mayo, algo semejante ocurrió y ocurre con los hábitos de Rosario Ibarra de Piedra, mexicana, fundadora del Comité ¡Eureka!, aparición  de hábitos nuevos en su vida a consecuencia que desde 1974  trata de  localizar a su hijo  Jesús Piedra Ibarra.

Tomo un atajo atrevido para dar cuenta del hábito. Nos apoyaremos en la pintura. Rene Magritte pintó su cuadro “Esto no es una pipa”(1929), en esa tela rompe el hábito natural de ver una pipa. El cuadro fue parte de una serie que tituló “La traición de las imágenes”,  años después sostenía que el efecto de quebrar el hábito se presentaría si hubiese escrito “Esto es una pipa”.  Aquí el hábito convoca al signo, a los signos, una de las características de los signos es partir de un trazo para hacer visible por fuera del hábito cotidiano el cuerpo de un objeto; los signos hablados o no son corporales.  Víctor Shklovski escribió un texto “El arte como artificio”, allí sostiene: “Los procedimientos del arte son el de “singularización” de los objetos,…que consiste en oscurecer la forma, en aumentar la dificultad y la duración de la percepción”.

Joan Beasly-Murray llamó la atención sobre el hábito de la espera y su salida desplegado Gabriel García Márquez en El coronel no tiene quien le escriba, quien espera recibir la carta del ministro que le otorga los fondos para los veteranos de guerra. a pensión: Y Como todos los viernes regresó a su carta sin la carta esperada. Entonces, en un momento determinado su espera concluye: "El coronel necesitó setenta y cinco años -los setenta y cinco años de su vida, minuto a minuto- para llegar a ese instante. Se sintió, puro, explicitó, invencible en el momento de responder: 'Mierda'. Subrayemos siguiendo Beasley-Murray, el epíteto tiene dos vertientes, una incluye una resignación final, el coronel puede comer mierda; la otra indica la ruptura de un hábito, la espera. Lo habitual no es solo pasividad, también es una fuente de creación.

Lacan cambió la jugada de  cada sesión, pasó  de una sesión de tiempo pre-establecido, fijado, reiterada de manera habitual ( sean 45, 50 o 60 minutos), se atrevió y pasó a otro hábito: la sesión sin tiempo prefijado.
El testimonio  de Cristina Bautista localiza las aristas que esa forma del amor, esa manera de abordar una desaparición nos enfrenta a un más allá de los criterios habituales de “realidad” o de “principio de realidad”, ese estilo singulariza un objeto libidinal, oscurece su forma y nos ofrece una  percepción vital que nos toca, no nos deja inmunes y logra en ocasiones hacer compartible ese afecto hasta que dure lo que dure la incertidumbre que lo acompaña. La incertidumbre quiebra los hábitos previos, genera otros. Por el momento propongo considerar a la incertidumbre como siendo un signo

¿Por qué el signo, el indicio, la huella?

A continuación parafraseo a Carlo Ginzburg en su Indicios. Raíces de un paradigma de inferencias indiciales y en  Freud, el hombre de los lobos y los lobizones.

Había algo que unía, en la antigua Mesopotamia, diferentes formas de conocimiento. Había una actitud orientada al análisis de los casos individuales sólo por medios de rastros, síntomas, indicios. Los propios textos de jurisprudencia mesopotámica, en lugar de consistir en la recopilación de diferentes leyes u ordenanzas, se basaban en la discusión de una casuística muy concreta. En resumen, es posible hablar de paradigma inicial o adivinatorio, que según las distintas formas del saber se dirigía al pasado, al presente o al futuro. Hacia el futuro, se contaba con la adivinación propiamente dicha. Hacia el pasado, el presente y el futuro, al mismo tiempo, se disponía de la sintomatología en su doble aspecto: diagnóstico y pronóstico. Hacia el pasado, se contaba con la jurisprudencia, pero detrás de ese paradigma indiciario o adivinatorio, se vislumbra el gesto tal vez más antiguo de la historia intelectual del género humano: el cazador que, tendido sobre el barro, escudriña los rastros dejados por su presa. Cuando se busca al desaparecido esa búsqueda está organizada por “alguien pasó por aquí” ¿cuál aquí? Como dice Cristina Bautista, esa huella y ese “aquí” es el de Benjamín Ascensio, es una huella vital hasta que deje  de serlo para ella. Una huella vital que acompaña o remarca una huella, Benjamín Ascensio no está en la escuela, no está en los lugares esperados, su ausencia rompe la escena habitual de la vida cotidiana.

En la antigüedad era posible que un diagnóstico de trauma craneano, formulado en base a un estrabismo bilateral, encuentre su sitio en un tratado mesopotámico de adivinación. Más genéricamente se explica el surgir, históricamente hablando, de una constelación de disciplinas basadas en el desciframiento de señales de distintos géneros, desde los síntomas a la escritura. Si pasamos de la cultura mesopotámica a la griega, tal constelación cambia profundamente, al constituirse nuevas disciplinas como la historiografía y la filología, a causa también de la obtención de una nueva autonomía social y epistemológica por parte de las disciplinas antiguas, como la medicina. El cuerpo, el lenguaje y la historia de los hombres quedaron sometidos por primera vez a una búsqueda desprejuiciada, que excluía por principio la intervención divina. Es obvio que de tan decisiva mutación, que  caracterizó la cultura de la polis, aún hoy somos los herederos. Menos obvio es el hecho de que en ese cambio tuvo un papel preponderante un paradigma definible como sintomático o indiciario que definió sus métodos reflexionando sobre la noción decisiva de síntoma (semejón) sólo observando atentamente, registrando con extrema minuciosidad todos los síntomas, afirmaban es posible elaborar "historias" precisas de las enfermedades individuales: la enfermedad es, de por sí, inaferrable. El síntoma es un nudo de signos.

En esa negación de la transparencia de la realidad hallaba implícita legitimación el paradigma inicial que, de hecho, regía esferas de actividad muy diferentes para los griegos, dentro del vasto territorio del saber conjetural estaban incluidos, entre muchos otros, los médicos, los historiadores, los políticos, los alfareros, los carpinteros, los marinos, los cazadores, los pescadores, las mujeres… Los límites de ese territorio, significativamente gobernado por una diosa, la primera esposa de Zeus, que realizaba la adivinación mediante el agua, estaban delimitados por términos tales como "conjeturas", "conjeturar". Este paradigma permaneció implícito avasallado por el prestigioso (y socialmente más elevado) modelo de conocimiento elaborado por Platón.

Como es obvio, el acto decisivo en este sentido está constituido por el surgimiento de un paradigma científico, basado en la física galileana, que se reveló más duradero que esta última. Por más que la física moderna, sin haber renegado de Galileo, no puede definirse hoy como "galileana", el significado epistemológico y simbólico de Galileo para la ciencia en general ha permanecido intacto. Resulta claro, entonces que el grupo de disciplinas que hemos denominado indiciales no encuentre en modo alguno un lugar en los criterios de cientificidad deducible del paradigma galileano. En efecto, se trata de disciplinas eminentemente cualitativas, que tienen por objeto casos, situaciones y documentos individuales, en cuanto individuales; y precisamente por eso alcanzan resultados que tienen un margen insuprimible de aleatoriedad; basta pensar en el peso de las conjeturas en (el término mismo es de origen adivinatorio) en la filología. Muy distinto carácter poseía la ciencia galileana, que hubiera podido hacer suya la máxima escolástica: de lo individual no se puede hablar. El empleo de la matemática y del método experimental, en efecto, implicaban respectivamente la cuantificación y la reiterabilidad de los fenómenos…Se empezó por considerar no pertinentes al texto todos los elementos vinculados con la oralidad y la gestualidad; después, se siguió igual criterio con los elementos relacionados con el aspecto material de la escritura. El resultado de esta doble operación fue la paulatina desmaterialización del texto, progresivamente depurado de toda referencia a lo sensible: si bien la existencia de algún tipo de relación sensible es indispensable para que el texto sobreviva, el texto en sí no se identifica con su base de sustentación. Escuchando el testimonio de Cristina, piénsese solamente la decisiva función que cumplen la entonación en las literaturas orales, o bien la caligrafía en la poesía china; ello nos permite percatarnos de que la noción de texto que acabamos de aludir se vincula con una toma de posición cultural de incalculables consecuencias. Que la solución adoptada no fue determinada por la consolidación de los procesos de reproducción mecánica, en vez de manos, está demostrado por el muy significativo ejemplo de China, donde la invención del imprenta no llevó a abandonar la vinculación entre texto literario y caligrafía en el tradicional paralelo que la edad media se trazaba entre el mundo y el libro estaba basado en evidencia, en inmediata elegibilidad de ambos

Galileo, en cambio, subrayó que "la filosofía escrita en este grandísimo libro que continuamente se nos aparece abierto ante nuestros ojos (no me refiero al universo)… no puede entenderse si antes no se aprende a entender la lengua, y a conocer los caracteres en los que está escrito", es decir "triángulo, círculos y otras figuras geométricas". Para el filósofo natural como para el filólogo el texto es materia profunda e invisible, que se debe reconstruir más allá de los datos de los sentidos: "las figuras, los números y los movimientos, pero ya no los olores, ni los sabores y los sonidos, los cuales fuera del animal viviente no creo que sean otra cosa que nombres".

Con esa frase, Galileo imprimía la ciencia de la naturaleza un carácter de significado tendencialmente anti antropocéntrico y anti antropomórfico, que ya no perdería. En el mapa del saber se había producido una rasgadura, que estaba destinada a agrandarse cada vez más. Y por cierto que entre el físico galileano, profesionalmente sordo los sonidos e insensible a los sabores y los olores, y el médico de su misma época, que aventuraba diagnósticos aplicando el oído atento  a catarros u olfateando heces y probando el sabor de orina, no podía existir mayor contraposición. Encontramos que a partir de 1984 con la creación del EAAF esa distinción o contradicción entre ambos paradigmas pierde consistencia, ese equipo despliega su actividad e incorpora un elemento de la ciencia como son los estudios de ADN que ellos practican en esos fragmentos que recuperan, a partir de lo cual se logra reconstruir un cuerpo con su identidad. Ese procedimiento provoca un movimiento o una mutación para quienes están buscando a sus desaparecidos, se instala un horizonte de cierta certidumbre que pueden llegar a modificar los hábitos adquiridos mientras buscaban en la incertídumbre. 

Huellas,  textos husmeados :
Sigmund Freud, El Moisés del Miguel Ángel (1914); Psicopatología de la vida cotidiana; Jacques Lacan, Escritos I y II; Jacques Lacan, seminario oral 1965/1966, El objeto del psicoanálisis;  Giovanni Morelli, Della pittura italiana; Arthur Conan Doyle, Sherlock Holmes, anotado I y II; Lewis Carroll, Alicia anotada, edición de Martín Gardner; Pierre Bayard, El caso del perro de los Baskerville; Carlo Ginzburg, Mitos, emblemas, indicios. Morfología e historia; Carlo Ginzburg, Ojazos de madera. Nueve reflexiones sobre la distancia; William Irwin, La filosofía de House: todos mienten; Jon Beasley-Murray, Poshegemonia. Teoría política y América Latina; Adolfo Gilly, Subcomandante Marcos, Carlos Ginzburg, Discusión sobre la historia.


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