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Neoliberalismo ¿Será como dicen que es? Preguntas, incógnitas...situadas @sladogna
Escribo estas líneas con sumo pesar, en las actuales circunstancias que vivo en Argentina y que se viven, según testimonios, en América Latina; una experiencia que vivo en una práctica local, de orden micro, el análisis. Trato de abordar un tema sensible: el neoliberalismo que desata un poco demasiado respuestas prefabricadas, mismas que he cargado y lanzado en más de una ocasión. Esas respuestas no tienen preguntas sobre el tema, por eso, cuando las hicimos, sin saberlo avalamos sin miramientos la defensa de un régimen previo, por ejemplo- : el Estado benefactor, Estado de Bienestar. Paul B. Preciado subrayó:
Parece que los gurúes de la vieja Europa colonial se obstinan últimamente en querer explicar a lxs activistas de los movimientos Occupy, Indignados, dicapacitadxs-trans-gays-lésbicos-intersex y post porno que no podemos hacer la revolución porque no tenemos una ideología. Dicen “una ideología” como mi madre decía “un marido”… Pero nosotrxs no vamos a llorar por el fin del Estado de Bienestar, porque el Estado de Bienestar era también el hospital psiquiátrico, el centro de inserción de los discapacitadxs, la prisión, la escuela patriarcal-colonial-heterocentrada
Esas situaciones descriptas en el tema nunca se dieron en América Latina, donde hoy lo que queda o quedaba del Estado benefactor se encuentra sin desplegarse y para colmo, en una situación terminal, corresponde señalar que la única excepción está constituida por el Estado en Bolivia, lugar dónde ese Estado está recién comenzando a funcionar a partir de un rizoma con la comunidad de las etnias, comunidades de la “pobreza”, hecho social inédito en otros países de la región. Álvaro García Linera actual vicepresidente de Bolivia, fue un discípulo activo de Bolívar Echevarría en México, lector de Lacan, de Foucault, de…, este intelectual no es ajeno a esas novedades bolivianas. ¡Extraño! algo semejante ocurre con el subcomandante Galeano, en Chiapas!
¿Cómo abordar el neoliberalismo?
La cuestión del neoliberalismo ocupa un lugar cada vez más central en el “pensamiento” contemporáneo. En efecto, el neoliberalismo transformaría el funcionamiento de “nuestro” mundo. Eso ya es una constatación. Redefiniría las reglas de la economía: pasaje de la economía política a la economía sin relato. Más grave, estremece la organización tradicional de la sociedad. Su movimiento, su mar de fondo quebrantaría el orden social, se verían afectadas cada una de las instituciones sobre las que se apoya (el Estado, la escuela, la familia, el derecho, etc.). Estaría cristalizando una manera insólita de concebir la articulación entre la política, lo jurídico y lo económico. El neoliberalismo considera de otra forma las articulaciones individual/colectivo ¿Cómo elaborar una práctica radical del análisis, una filosofía crítica y una práctica insumisa en la era neoliberal? ¿Cómo hacerlo cuando las políticas “neoliberales” en Argentina y México para tomar dos extremos no dejan de nutrirse de personajes y prácticas del Estado Benefactor?
Una transgresión
Los cursos dictados por Michel Foucault reciben comentarios, en particular Nacimiento de la biopolítica. Es sobre todo, en muchos aspectos, el más polémico: al dictar un curso consagrado a la tradición neoliberal, Foucault comete la transgresión de pasar una frontera inscrita en el campo intelectual. Su curso no es una conversión al neoliberalismo: Foucault no da a ese sistema el carácter de “mundo”, cuyas recomendaciones y programas haya que aceptar y seguir. Su propuesta es sutil: consiste en valerse del neoliberalismo común utilizado como instrumento de crítica de la “realidad y el pensamiento”. Él trata de leer, de escuchar de lo que esa tradición dice para cada uno de nosotros mismos efectué un análisis. Enfrentar una doctrina concebida como el "negativo" de “nuestro espacio habitual” de reflexión equivale enfrentarnos, en cierta forma, a “nuestro inconsciente”, a los límites de nuestra propia reflexión. Eso obliga a interrogarnos sobre lo que tenemos por evidente, aquello que sin saberlo, hacemos a un lado cuando formulamos “nuestros problemas” ante el neoliberalismo. Foucault resume en estos términos el discurso del sociólogo alemán Werner Sombart pronunciado entre 1906 y 1934:
¿Que produjeron la economía y el Estado burgués y capitalista? Una sociedad en la que los individuos son arrancados de su comunidad natural y se juntan en una forma, de alguna manera, chata y anónima que es la de la masa. El capitalismo produce las masas. Y por consiguiente, produce lo que Sombart no llama exactamente unidimensionalidad, pero da su definición precisa. El capitalismo en la sociedad burguesa privaron los individuos de una comunidad directa e inmediata de unos con otros y lo forzaron a comunicarse sólo por intermedio de un aparato administrativo y centralizado. Por lo tanto, los [han] reducido a la condición de átomos, sometidos a la autoridad, no autoridad trata en la que no se reconocen. La sociedad capitalista impuso asimismo los individuos un tipo de consumo masivo que tiene funciones según información y normalización. Por último, esta economía burguesa y capitalista condenó los individuos, en el fondo, anoten entre sí otra comunicación que la que se da a través del juego de los signos y los espectáculos. (Michel Foucault,Nacimiento de la vía política, página 156)
Es urgente deshacernos de esas matrices "con las cuales suele abordarse el problema del neoliberalismo", sólo son críticas en apariencia, subrayó Foucault. "Reducen el presente a una forma reconocida en el pasado" y consideran el primero como una simple "repetición" del segundo. Algo semejante ocurre en el análisis, a nivel de su teoría cuando se traslapa al Lacan que abandonó la dictadura de la cadena significante, se traslapan sus primeros seminarios, donde esa dictadura se instalaba ante ciertas y precisas condiciones. ¡Extraño!, La cadena significante es una formulación normativa, normativizante que acompaña a la forma Estado Benefactor: si es normal todo es interpretable.
"Me gustaría mostrarles que el neoliberalismo es, justamente, otra cosa. Será cosa o no, no sé, pero sin duda es algo. Y lo que querría tratar de aprender es ese algo en su singularidad" (página 156 y 157)
¿Cómo desactivar la potencialidad del pasado vivido o de reacción inscrita en el corazón de “todo” proyecto crítico? ¿Cómo poner en entredicho un orden presente sin desembocar, casi automáticamente, en una adhesión al orden antiguo o en la percepción de ese momento que no puede sino añorarse? ¿Cómo concebir una lectura del neoliberalismo que no presente una nostalgia por lo que éste deshace y nos aferre, consciente o “inconscientemente”, a los “valores” pre liberales? ¿Cómo construir una práctica crítica, analítica en lo nuevo de la forma neoliberal?
Esa ausencia en la perspectiva crítica, al focalizarse en los peligros que entraña el advenimiento de esta nueva situación, termina por no ofrecer más que como horizonte concebible el retorno al pasado.
El neoliberalismo, una utopía
Se suele decir, en otras palabras, que el neoliberalismo se sitúa resueltamente del lado delStatus quo. Encarnaría una de las principales fuerzas de resistencia al cambio. Representaría la ideología de “la clase dominante”, la clase de unos individuos que tienen interés en perpetuar la situación tal y como es. Lo extraño es que a nivel de sus teóricos, citados por Foucault, el neoliberalismo rechaza, al igual que el análisis rechazaría cualquier intento de ejercer un dominio.
El mercado por todas partes
Una de las propuestas del neoliberalismo es difundir el mercado por todas partes:
"[el gobierno neoliberal] debe intervenir sobre sociedad misma en su trama y su espesor. En el fondo, tiene que intervenir sobre esa sociedad para que los mecanismos competitivos, a cada distante y en cada punto del espesor social, puedan cumplir el papel de reguladores.” (Página 179)
Para el neoliberalismo, el interrogante no era para nada saber cómo podía recortarse, disponerse dentro de una sociopolítica atada, un espacio libre para el mercado. El neoliberalismo, al contrario, pasa por saber cómo se puede ajustar el ejercicio global del poder político a los principios de una economía de mercado. En consecuencia, no se trata de liberar un lugar vacío sino de remitir, referir, proyectar un arte de gobernar ciertos principios formales de una economía de mercado. (Página 157) El mercado se presenta como un nudo desanudado, semejante o igual al diagrama borromeo que está guiado por pocos principios formales: lo que pasa por arriba de lo que está debajo; no está anudado, no es una metáfora… No hay más honorarios fijos más que los dictados por el mercado; no hay forma práctica canónica…
La justificación "científica" del mercado
Cuando se describe al neoliberalismo con los rasgos de una “pequeña” o “gran” doctrina económica “de clase”, desaparece su dimensión conceptual. En especial, presentar el mercado como “la ideología de la clase dominante” atribuida a los teóricos neoliberales en función de un sistema teórico contra el cual ellos se definen, es mirarlo, es hacer crítica desde un punto de vista exterior. Es aplicar una categoría que sus exponentes rechazan. Está claro que, a priori, una actitud como esa no es ilegítima, no obstante, ha impedido estudiar las irregularidades de su paradigma, los nuevos tipos de interrogantes planteado por el, su nueva manera de plantear cuestiones, la ambición de Foucault sería antes bien esforzarse para situarse en el lugar de esos autores neoliberales para captar su visión del mundo.
De la pluralidad
Foucault sostiene un concepto la pluralidad sin Uno, es nodal, al neoliberalismo no le interesa “la libertad”. En otras palabras, el neoliberalismo puede leerse como una meditación sobre la multiplicidad, un ejercicio respecto de un socius que sitúa en su “centro” a la pluralidad. La especificidad de ese paradigma estriba en que fuerza a preguntarnos qué implica y qué quiere decir vivir en una sociedad -o lazos culturales- compuestos de “individuos” que experimentan modos de existencia diversos. La forma mercado implica para estos teóricos un modo cercano a las características esenciales de las sociedades contemporáneas: la diversidad de los sectores de actividad y la pluralidad de las formas de su existencia. Esta forma mercado se enfrenta así a la forma Estado.
Para los neoliberales el socius moderno es heterogéneo, la industrialización generó un movimiento masivo de división del trabajo, la especialización amplió una proliferación de los sectores de actividad; el mundo contemporáneo está más diferenciado que el mundo antiguo:
El control y el dirigismo no presentan dificultades en una situación lo bastante simple para permitir a un solo hombre como a un solo Consejo abarcar todos los usos. Pero cuando los factores que deben considerarse se tornan tan numerosos… es imposible tener una visión sinóptica de ellos, entonces -pero sólo entonces -se impone la descentralización.
Foucault describe sin saberlo una operación que, en ocasiones, sucede, a lo largo de un análisis.
El Estado pretende sustituir al mercado a nombre del interés general, el bien común, el bienestar social…la salud mental ¿Qué sentido tienen esos valores en un mundo diverso? ¿Cómo concebir un plan "colectivo" en el cual se reconozcan todos los “individuos”? ¿Cómo pretender poseer un código moral completo y universalmente válido para imponer una dirección en la cual “todo” el mundo quiera ir?:
Ninguna mente podría abarcar la infinita variedad de necesidades, diversos individuos que se disputan los recursos disponibles y atribuyen importancia determinada a cada uno de ellos.
Un neurótico obsesivo, si es que eso existe, no tiene nada que ver, decía Lacan, con otro neurótico obsesivo, no hay LA MUJER, hay –por suerte- mujeres en plural y múltiples. El futbol de los equipos de mujeres muestra la emergencia de colectivos que no aplastan la singularidad al momento de alejarse del modelo estatal del fútbol de hombres. Es una singularidad real gracias a que es compartida; no hay singularidad en soledad.
Sociedad, comunidad, unidad
Foucault señala que los teóricos neoliberales formulan una reinterpretación de la filosofía del contrato social y de la Ilustración. A menudo se asocia la tradición neoliberal a la lucha contra la particularidad étnica, racial o cultural. Se afirmaría la superioridad de un supuesto universalismo contra el influjo de las pertenencias locales en nombre de los valores de la autonomía personal, la libertad individual y la igualdad formal. Sin embargo, para los neoliberales, la Ilustración es una manera de instituir, de imponer una forma de comunidad, es otra manera por la que ese “pensamiento” liberal somete a los individuos de las comunidades naturales para encadenarlos a un nuevo tipo de colectivo: la “comunidad política” ¿Qué significa para la Ilustración un ser “autónomo”? No es ser independiente o estar libre de trabas. “Ser autónomo” es no querer obedecer a las propias pulsiones, pasiones, inclinaciones naturales, la autonomía es el "apartamiento exitoso respecto… de las fuerzas de las que yo mismo no seré responsable". En ese marco, la "libertad" se concibe como el acto consistente en "armar en mí mismo órdenes a las que obedezco porque soy libre de actuar". En otras palabras al sujeto de la Ilustración no le gusta elegir por elegir, no le gusta la elección como tal: siempre está a la búsqueda de la “buena elección”, la supuesta “buena oportunidad” que nunca viene. Es libre si y sólo si se da por ley su ley "verdadera", su "verdadera voluntad". La “comunidad política” es la que va concebirse como la instancia de elaboración de esa ley superior que, según se supone todo ser racional debe querer y reconocer como suya.
Los análisis de Rousseau en El contrato social suponen un estado en el cual los hombres deben enfrentar obstáculos perjudiciales para su conservación: el estado primitivo, pone en peligro la especie y la supervivencia de cada cual, por esa razón, los hombres están obligados a unirse, es preciso instituir un pueblo, lo cual supone, según Rousseau, salir del estado individuos tomados en forma aislada para dar nacimiento a una "comunidad". Aquí aparece la distancia entre una sociedad de “masas” que requiere el Estado Benefactor y una sociedad neoliberal que aparece como si su impronta fuerte sería el “individualismo” o “el culto a la singularidad”. En el neoliberalismo de forma abrupta aparece una forma artesanal (Carlo Ginzburg fue claro al respecto) de producción mientras el Estado benefactor impone una producción estándar para hacer frente al “bienestar general”.
La apuesta del contrato social implica que la constitución de la comunidad política es un acto de represión de las "divergencias". El contrato social no es un contrato, es el nombre dado para un momento en que los individuos renuncian a lo que los define como particulares y parciales -es decir, aquello que los separa y distingue a los unos de los otros - para constituirse como individuos "morales", que se asignan como voluntad la voluntad "general": Se trata del pasaje o sustitución de la individualidad por la comunidad. Un “pueblo” requiere o supone un acto de fundación por medio del cual el interés y la voluntad "general" destruyan el juego de los intereses particulares [L. Althusser, Política e historia: De Maquiavelo a Marx. Cursos de la Escuela Normal Superior, 1955–1972] El contrato analítico es anárquico, en cada ocasión es diferente de si mismo.
Esta nueva forma de encontrar un pacto social implica que
"cada uno pone en común su persona y todo su poder bajo la suprema dirección de la voluntad general; [así] cada miembro [es tomado] como parte indivisible del todo…los asociados toman el nombre de pueblo…y de súbditos por estar sometidos a las leyes del Estado"
Un Estado es la unificación de una multitud de hombres bajo leyes jurídicas, conjunto que es necesario promulgar universalmente para producir un Estado jurídico con sus derechos públicos. Se trata pues de un sistema para uso de un pueblo, es decir, una multitud de hombres o de una multitud de pueblos que, al mantener relaciones de influencia recíproca, requieren, para ser partícipes de lo que es el derecho, un estado jurídico obediente a una voluntad que los unifica: una copia… así se podría concluir que la política de la acción consistente en "ordenar" una "muchedumbre de seres racionales". Eso que se conoce, desde Freud y otros, como “las masas”.
Deshacer la sociedad
Los teóricos neoliberales enfrentan a la Ilustración, a sus herederos indicando que ese pensamiento está obsesionado con una fantasía de "totalidad armoniosa", ambición de establecer una sociedad de seres racionales que persiguen fines colectivos que comunican una especie de unanimidad. La premisa fundamental de esta corriente sería que: los hombres están hechos para buscar la paz y no la guerra. Los disensos, los conflictos, la competencia entre seres humanos serían el sello de un supuesto proceso patológico: puede ser que estas tendencias sean inevitables en determinada etapa de su desarrollo, pero no dejan de ser anormales porque no realizan los fines que todos los hombres como hombres, tienen forzosamente en común: las metas permanentes y compartidas que los hacen humanos.
Los teóricos neoliberales se van a sublevar contra esa obsesión por la unidad, contra esa voluntad de dar siempre “coherencia a la sociedad”. El "mundo común", lo "colectivo", la "voluntad general", la búsqueda perpetua de algo que sea del orden de lo "universal" son mitos, mitos peligrosos. En este sentido, la idea de una "solución de conjunto" a todos los problemas humanos, que, si tropieza con resistencia, puede exigir el recurso a la fuerza para protegerla, esta misma idea, lleva al derramamiento de sangre y a la intensificación del sufrimiento humano. Los seminarios “internacionales” de intelectuales o de analistas son formas de obsesión, la teoría “única” es válida para todos en cualquier lugar del mundo.
En contra de las apariencias, el comunismo no es un pensamiento del conflicto y la pluralidad; es una de las últimas encarnaciones del monismo en política: las observaciones de Marx sobre "las contradicciones y los conflictos inherentes al progreso social son simples variaciones sobre el tema el progreso ininterrumpido de los seres humanos y el de su síntesis en virtud de la comprensión y el control de su entorno y de ellos mismos"
Ética liberal y ética conservadora
Los teóricos neoliberales indican un hecho comprobable en la historia, al menos en la historia de las ideas y de las actuales prácticas de la política del espectáculo, suele ser frecuente ver a los socialistas, con el transcurso los años, terminar siendo conservadores y convertirse al conservadurismo, mucho más escasos son los que se convierten en liberales. El hecho de que el socialista arrepentido encuentre la mayoría de las veces un nuevo remanso de paz mental intelectual en el regazo conservador, y no en el regazo liberal no se deben nada al azar es la demostración de que existe una articulación entre el conservadurismo y el socialismo, mientras que el liberalismo es un sistema completamente distinto. En lo esencial el conservador y el socialista compartirán funciones de orden, tendencias al paternalismo y la adoración del poder. Los filósofos de la Ilustración convocan a la subordinación de las cifras particulares a la voluntad general, los socialistas pretenden volver a dar sentido a lo "colectivo" o al mundo común contra el individualismo: el conservador no se tranquiliza ni se dará por satisfecho hasta que una sabiduría superior vigile y supervise los cambios y él sepa que hay una autoridad encargada de garantizar que dichos cambios se produzcan en orden. Frente a esto el neoliberalismo se pone del lado del desorden, de la inmanencia, y por lo tanto del pluralismo. Un mundo neoliberal jamás podrá estar unificado, totalizado. No se construye en el horizonte de "lo común" por venir; se concibe esencialmente plural y por consiguiente animado por lógicas contradictorias entre sí e irreconciliables. Son las fuerzas de aquello que es necesario, de aquello que es contingente, de aquello que es imposible, así suelen aparecer micro luchas, como también un análisis, también se inventa un analista.
La teoría social del neoliberalismo apunta a desmentir la presunta necesidad de que un "plan" superior establecerá un "consenso" entre los individuos, o un "contrato" fundado en la represión de los intereses particulares a nombre de las exigencias más generales. "El orden del mercado, en particular, no se apoya en metas comunes", sino en intereses particulares que con suerte quizás coincidan en el bienestar general, si no ni modo otra vez será… Es la sorpresa del Ing. Macri (Argentina) que bajó las retenciones al agro y ahora, esos sectores, no le venden ni un gramo especulando con la suba del dólar… En este aspecto la teoría neoliberal formuló un desafío ¿Será posible producir sin que haya una intervención deliberada para controlar esa producción?
Inmanencia, heterogeneidad y multiplicidad
Los neoliberales proponen una especie de deconstrucción en que la forma mercado brinda la posibilidad de quitar sobre el mundo cualquier invocación a una instancia trascendente (Ya tome forma política, jurídica, sociológica o cualquier otra) instancia que supuestamente unifica y organiza la diversidad social. El neoliberalismo acepta la imagen de un mundo desorganizado por esencia, un mundo sin centro, sin unidad, sin coherencia, sin sentido. ¿Un mundo en red, una matrix sin gobierno aparente? Con ello desbarata lo que Didier Eribon llamó "concepciones hegelianas y sintéticas" de la realidad, grilla de lectura que no logra pensar la pluralidad y la heterogeneidad porque siempre busca alcanzar la "convergencia" o la "alianza". Foucault refiriéndose al tema del hombre económico formula lo siguiente:
"El mundo económico es opaco por naturaleza, es imposible totalizar por naturaleza. Está originaria y definitivamente constituido por punto de vista cuya multiplicidad es tanto más irreductible cuanto que ella misma asegura al fin y al cabo de manera espontánea su convergencia. La economía es una disciplina atea; es una disciplina sin Dios; es una disciplina sin totalidad (página 332).
Éste tema fue importante para Foucault porque fue uno de los ejes de su crítica al marxismo (y asimismo al psicoanálisis), que llevo adelante desde mediados de la década de 1970 ¿Qué teoría sería más capaz de producir efectos de emancipación? ¿Qué analítica brinda la posibilidad de comprender de la manera más adecuada la mecánica del poder, permitiendo desestabilizarla, frenarla, trastocarla, cambiarla?
Una intuición de Foucault es que el marxismo y el psicoanálisis son doctrinas insuficientes,por ser insuficientemente críticas. El inconveniente esencial del marxismo es no haber indagado la forma totalización: hizo suya en su integridad la ambición de construir una visión unificadora de la realidad, es decir, de reducir lo que pasa en la sociedad a unos cuantos principios elementales y predeterminados. Al comportarse de esa forma, en el momento mismo en que esa doctrina pretende suministrar armas contra la dominación, ejerce a su vez efectos de autoridad. Someter la reflexión sobre la sociedad a nuevos "trascendentales", oculta necesariamente luchas parciales y realidades minoritarias presentes o venideras que escaparon a su odisea. Foucault en Defender la sociedad realizó una crítica de las teorías "innovadoras", en particular a partir de 1978 fue notoria la aparición de una multitud ofensivas “parciales", "discontinuas", "particulares", "locales" que apuntaban al funcionamiento de la institución psiquiátrica, la moral, contra la jerarquía sexual tradicional, el aparato judicial y penal. A Foucault lo impresiona la extensa y extrema productividad de esos discursos regionales. Menciona entonces la "sorprendente eficacia de las críticas particulares". Para el autor de Vigilar y castigar esas críticas sólo pudieron salir a la luz en el marco de un cuestionamiento de las lluvias totalizadoras: esas luchas sectoriales surgieron a través de un combate contra los paradigmas centralizados, así reaparecieron "saberes sometidos""marginados", "descalificados", "sepultado”, “enmascarados” . Las luchas de las mujeres, las luchas de los estudiantes, de las madres, de los padres de los 43 de Ayotzinapa, luchas combaticas por la sociedad pues son una expresión runfla intolerable. Carlo Ginzburg se apoya y menciona eso respecto del paradigma indiciario. Se trata de recuperar el saber de las gentes de a pie, olvidado por el marxismo y que no es en absoluto un saber "común, un buen sentido sino, al contrario, un saber particular, un saber local, regional, un saber diferencial, incapaz de unanimidad”. Un saber artesanal
Al decir de Foucault hay que liberarse de la "tiranía de los discursos englobados": las teorías "totalitarias", como el marxismo y el psicoanálisis, tienen un efecto fundamentalmente "inhibidor". Llevan "de hecho, a un efecto de frenado". No rechaza plenamente esos saberes, los acepta a condición de que la unidad teórica de esos discursos quede suspendida o en todo caso recortada, que lo añada hechos añicos, invertidos, desplazados, caricaturizados, representados, teatralizados etc. En esa situación podrán ser empleadas. Esas teorías condenan a la condición de menores de edad a los sujetos de la experiencia, se trata de sacar a la luz el reverso de los procesos de totalización, definiendo una empresa “romper el sometimiento de los saberes históricos y liberarlos, es decir, hacerlos capaces de oposición y lucha contra la coerción de un discurso teórico unitario, formal y científico" (página 23/24) Se trata de colocar en el núcleo de su teoría del poder: "inmanencia", "realidad", "multiplicidad". Esto despliega su propuesta respecto del poder: "parece que por poder hay que entender en primer lugar la multiplicidad de las relaciones de fuerza que son inmanentes al dominio donde se ejercen, y que son constitutivas de su organización" (página 121 y 122). El poder está en todas partes; no es que lo englobe todo, es que viene de todos lados (página 121/122). En el absolutismo se intentó centralizar el poder, el movimiento ilustrado acabó con el poder feudal (que era diverso, caótico), permitió el orden de la mano invisible del mercado que estalla y produce los totalitarismos del siglo XX, luego el Estado de Bienestar frente a las masas, para llegar al “individuo singular” y el neoliberalismo con su horizonte de: Estado mínimo máximo Mercado (toda intervención estatal es un error). Se trata del método de la lectura parcial, metonímica que abjura del disco duro pleno de todos los seminarios y textos.
Escepticismo y política de las singularidades
"La sociedad no existe" fórmula típica de la doctrina neoliberal, constatación teórica coincidente con lo que Foucault se planteó desde 1970: el poder se ejerce de manera difusa; está en todas partes, actúa de manera diseminada, y las luchas parciales, locales, diferenciales que surgen a intervalos irregulares no se inscriben en un conjunto más antiguo y global dentro del cual haya que resituarlas para comprenderlas y discernir su sentido. Esta lucha contiene en sí misma su propio valor, su propia significación.
La formulación "la sociedad no existe" puede ser leída en otro sentido, el acceso local no niega la existencia social, no lo abandona, más bien abandona la totalización llevada a cabo a nombre de algo que se llamaría la sociedad. Lo que no existe, no es el mundo social, no existe en LA propuesta unificadora. Foucault se enfrenta a Sartre, al marxismo, al psicoanálisis que pretenden la instalación de un intelectual universal, es decir, el intelectual que se hace "escuchar como representante del universal", como la "conciencia de todos" (Verdad y poder en Microfísica del poder). Herederos de la ilustración…los analistas hacen seminarios en China, en Francia, en Argentina, en México, en Kuala Lampur, en…
Los filósofos iluministas habrían fabricado un mito filosófico de consecuencias políticas peligrosas: el de la omnipotencia. La Ilustración cree que la razón posee un poder ilimitado, el racionalismo de la Ilustración se negaría reconocer los límites de la razón, sostienen una supuesta única forma de razón, la suya. Una Ilustración: Hitler hablaba de que había que saltar sobre la propia sombra, eso era lo imposible… Por ello iban a ser recordados los SS, porque hicieron lo que tenían que hacer, lo que debían de hacer en nombre de las leyes de la raza, para ello utilizaron el trabajo, como medio de liberarse de los “subhumanos”; es otra forma de ver el anuncio de la puerta de Auschwitz… Los campos de concentración y los hornos de gas fueron iluminados por esa razón. Se legitimaría una forma de narcisismo intelectual que lleva a los científicos y los filósofos (¿a los psicoanalistas?) a pensarse como centro el mundo, únicos capaces de acceder a una revisión total de la sociedad y escapar a la parcialidad. Este intelectualismo erróneo derivaría a menudo en la creencia de los méritos científicos o en lo extenso de sus saberes de sus actos.
La crítica de las ideas "generales", de las teorías "totalizadoras" con los pensamientos del "fundamento" constituye el punto de partida para la invención de una nueva forma, de una forma política que se definirá por qué trabaja a partir de la singularidades, una política que acompaña y respalda las luchas múltiples, los combates sectoriales, no pretende unificarlos, se trataría del punto de partida, en pocas palabras, de la reinvención de una política de la insubordinación que no sería política. El analizante solo busca desplegar la invención que ya tiene su deseo, requiere liberarlo de las inhibiciones del pasado y de los temores que su novedad podría desatar.
No ser gobernado
El Nacimiento de la biopolítica realiza una demostración: a través del neoliberalismo se elabora y se introduce algo liberador, emancipador, crítico: se trata de cuestiones que no se formulan en nuestra actualidad inmediata y concreta, Foucault precisa "¿De qué se trata cuando se habla de liberalismo, cuando nosotros mismos nos aplican la actualidad una política liberal? ¿Y qué relación puede tener con esas cuestiones de derecho que llamamos libertades?" La potencialidad crítica que se inscribe en la racionalidad neoliberal radica en el hecho de que esa tradición se afirmó en el marco una oposición al Estado o, mejor, era enemiga de la razón de Estado.
Un neoliberal afirma "Dios sabe que temo la destrucción del mundo por la bomba atómica, pero al menos hay otra cosa que temo tanto: la invasión de la humanidad por el Estado" Foucault demostrará que el neoliberalismo está atravesado por la idea de que "siempre se gobierna demasiado" o, al menos, de que "siempre es necesario suponer que se gobierna demasiado" (Freud indicando a Ferenczi quien ha de ser su novia; Lacan al proponer el Edipo como normalizador; otros dando indicaciones sobre el fin del análisis…) El neoliberal cuestiona la posibilidad misma del Estado, impone dar una respuesta a esta pregunta "¿Por qué, entonces habrá que gobernar?" No se trata de denunciar que psicoanalizar, educar y gobernar son imposibles (Freud, Lacan) Foucault percibió al neoliberalismo como una encarnación contemporánea de una tradición crítica. En 1978 en su conferencia titulada "¿Qué es la crítica?" asocia la crítica a una actitud, a un gesto consistente en situarse al lado de los gobernados y levantarse contra formas de gobierno, esta reivindicación de libertad no se basa en un rechazo encantado contra todo gobierno, se apoya en una voluntad más modesta, más difusa. Da testimonio de la intención, del deseo de no ser gobernado por “ este modo, por esto, en nombre de estos principios, con vistas a tales o cuales objetivos y por medio de tales o cuales procedimientos, no de aquel modo, no para eso, no por ellos" define a esa crítica como "el arte de no ser tan gobernado", coincide con el arte neoliberal y con las expectativas de Lacan respecto de aquello que el análisis requiere recibir del arte, allí donde lo precedieron intensamente Deleuze y Guattari.
Política, derecho, soberanía
Foucault demostró que el poder funciona en forma difusa, desperdigada, diseminada, y que las sociedades contemporáneas deberían describirse en términos de sociedad disciplinaria cuyos numerosos dispositivos normalizadores visten los cuerpos y modelan la subjetividad.
El discurso de la Ilustración no introdujo en la historia del pensamiento la ruptura que se le atribuye, su característica esencial fue regresar contra la monarquía el discurso jurídico que esta misma había inventado: "El mecanismo teórico por medio del cual se efectuó la crítica de su monarca,…, con instrumentos del derecho, que había sido establecido por la propia monarquía" (Estética, ética y hermenéutica, en obras esenciales, página 238). Se trata de demostrar que "el sujeto del derecho" es un sujeto sometido desde siempre al soberano cuya superioridad, cuya trascendencia debe reconocer. Ese dispositivo jurídico que puede haber tenido un papel revolucionario y que, a veces, puede encarnar un instrumento de limitación del poder del Estado en nombre de los "derechos humanos", no deja de ser, por cierto, algo que se mantiene encerrado en el marco de la razón de Estado y es, por lo tanto, solidario del ejercicio de la razón jurídica. Paradojas de ese tema: el Ing. Macri y el presidente Obama, el 24 de marzo del 2016, aniversario de la instalación de la dictadura cívico-militar de Argentina, ambos visitarán la Ex ESMA, instalaciones de lo que un un campo de exterminio. Se dijo, se dice, “detrás de cada necesidad un derecho”, solo que también esto es bien “individual” y ¿neoliberal? pues convoca a una responsabilidad impuesta por un derecho ofrecido, se cumpla o no con ella.
La obsesión del pensamiento jurídico siempre fue determinar, constituir una "unidad política" definida por "la existencia de un soberano individual o no, poco importa, pero poseedor por un lado de la totalidad de sus derechos individuales y al mismo tiempo principio de la limitación de estos derechos" (Nacimiento de la biopolítica p. 236). Foucault pretende demostrar que la concepción de esa legitimidad fundamental supone necesariamente la fabricación de cierta imagen real del sujeto:
¿Qué caracterizan sujeto de derecho? Que al principio tiene derechos naturales, claro está. Pero en un sistema positivo se convierte en sujeto de derecho cuando acepta al menos el principio de ceder esos derechos naturales, de renunciar a ello, hizo ninguna limitación de sus derechos, acepta el principio de la transferencia. Es decir que el sujeto del derecho es por definición un sujeto que afecta la negatividad, acepta la renuncia asimismo, acepta, de alguna manera, escindirse y ser en cierto nivel poseedor de una serie de derechos naturales inmediatos, y en otro nivel acepta el principio de renunciar a ellos y se constituye por eso como sujeto de derecho superpuesto al primero. La división del sujeto, la existencia de una trascendencia del segundo sujeto en relación con el primero, una relación de negatividad, de renuncia, delimitación entre uno y otro, caracterizan la dialéctica o la mecánica del sujeto de derecho, en ese momento surgen la ley y el interdicto" (Nacimiento de la biopolítica página 315-316).
La filosofía política se sitúa por el mantenimiento de cierta forma del orden, venerando al Estado, proporciona a los gobernantes un discurso que les da derecho a gobernar. Es interesante: es un derecho para los gobernantes, no para las asambleas…legislativas o las ciudadanas.
Foucault estudió una batalla ocurrida en el año 1066, la invasión de Inglaterra por las tropas de Guillermo el conquistador ¿Para qué revive ese pasado? Lo hace para destacar que la guerra fue la que presidió el nacimiento del Estado libre. Ese Estado no representa al pueblo sino a un grupo particular de conquistadores que se fuerza por mantener su dominación sobre otros, entonces la política no representa a los ciudadanos más allá de sus intereses particulares. No es el dominio de lo común, sino de la conquista, es la "continuación de la guerra por otros medios". Una vez que los vencidos, los derrotados, los "débiles" prefirieron la vida a la muerte, una vez que cedieron, detuvieron la batalla, suscribieron un contrato y por eso mismo "constituyeron una soberanía, hicieron de sus vencedores sus representantes, volvieron a instalar un soberano" en otras palabras, no es la guerra, fue la derrota la que funda de manera brutal la ley y el nacimiento del Estado, es la voluntad de los vencidos al detener la guerra. Se instaló un poder supuesto impersonal ¿Qué consecuencias implican colocar com impersonal la “función” dela anlista?. Dice Foucault:
"el miedo, la renuncia, el miedo… Esto es lo que abre las puertas del orden de la soberanía y un régimen jurídico que es el poder absoluto la voluntad de preferir la vida la muerte: esto va a fundar la soberanía, una soberanía…tan ilegítima como la constituida según el modelo de institución y el acuerdo mutuo" (p. 92)
Aquí encontramos la subversión del sujeto de Lacan acompañando de cerca el acontecimiento propuesto por Guattari. El sujeto es objeto de una subversión, la acción lo trastoca a él, se trata de un sujeto subvertido, nuevo sin articulación con el pasado.
El soberano tiene derecho sobre la vida y “dejaría” (¿…?) de tenerlo sobre la muerte. El derecho de hacer vivir y dejar morir: "la vieja potencia de la muerte, en la cual se simboliza el poder soberano, se halla ahora cuidadosamente recubierta por la administración de los cuerpos y la gestión calculadora de la vida" (Historia de la sexualidad, pág. 174).
Foucault no desconoce que el poder soberano de dar muerte sigue en pie en la modernidad capitalista. Pero es la vida ahora la que el poder busca gestionar. Por ello insiste en que "el dominio que pueda ejercer sobre (los seres vivos) deberá colocarse (ahora) en el nivel de la vida misma …Más aún, haber tomado a su cargo a la vida, más que la amenaza de asesinato, dio al poder su acceso al cuerpo" [pág. 172-173-218, Michel Foucault, Defender la sociedad. Ese volumen recoge su curso de 1975-1976]
El ciudadano que quiere ser gobernado está en el extremo opuesto de un proceder crítico, que tomaría por objeto las relaciones de sujeción para estudiar cómo fabrica subjetividad. En otras palabras, debemos situarnos necesariamente fuera del marco de la filosofía del derecho, de los mitos de la política para buscar cómo fundar una práctica teórica de la resistencia, la lucha y la insumisión.
No dejar hacer al gobierno
¿Cómo salir del discurso del Estado? ¿Cómo combatir al Estado sin recurrir a las armas, los vocabularios, los conceptos que se exhiben, de hecho, en un dispositivo estatal y que rápidamente los configuran, por lo tanto, como sujetos obedientes, sometidos a un soberano?
Se trata de organizar una nueva tradición inventando una forma de analizar al Estado y oponerse a la razón de Estado (los treinta mil muertos en Argentina, los estudiantes de Ayotzinapa, son consecuencia de la razón de Estado). Su característica principal será no participar en el juego del soberano, no utilizar las categorías del derecho. No plantea la cuestión de la legitimidad de la acción del Estado, se interesa por algo completamente diferente, es decir, se interesa por aquello que fuese de "utilidad". Deleuze y Guattari, en particular Guattari insistió en visitar al utilitarismo (William James, Un universo pluralista. Filosofía de la experiencia)
Según Foucault la propiedad esencial de esta nueva política es que lograría emanciparse, liberarse del pensamiento del Estado, debido a la aguda desconfianza con respecto a los dirigentes y los gobernantes, se puede decir que esta forma fabricó algo inédito: una forma de analizar, de hacer política de manera no política. Se valora la ley desde el punto de vista de su utilidad o su inutilidad, es decir, de sus consecuencias perjudiciales o no. Se trata de frenar la transferencia de los propios derechos a otros, no se trata de una sustracción, en una dialéctica de la renuncia sino que por el contrario de una dialéctica de la multiplicación. En las sociedades contemporáneas el poder político funciona a fuerza de obediencia, de resignación, de negatividad.
El homo económico, la psicología y la sociedad disciplinaria
Gary Becker que obtuvo el premio Nobel escribió un célebre artículo en 1968 titulado "Crimen y castigo: un enfoque económico": el criminal ya no se reduce sólo a un mero acto de transgresión de la ley. Es un comportamiento arraigado en una psicología. El criminal deja de ser concebido como un hombre normal; se lo construye como una "personalidad falsa". Así Foucault sostiene en Los anormales:
"En la pericia psiquiátrica permite doblar el delito, tal como lo califica la ley, contó una serie de otras cosas que no son lento mismo, sin una serie de comportamientos, manera de ser que, claro está, se presenta en el discurso perito psiquiatra como la causa, el origen, la motivación, el punto de partida del delito. En efecto en la realidad de la práctica judicial, para constituir la sustancia, la materia misma susceptible de castigo." (Página 28)
El poder psiquiátrico, psicológico, e incluso el psicoanalítico fabrican un nuevo tipo de hombre, el hombre criminal, caracterizado por el hecho de que para definirlo, es menos pertinente su acto que su vida, en cierta forma el criminal existe con anterioridad a su crimen. Como si el psicoanalizante ya estuviese construido antes de efectuar un análisis.
El hecho de llevar a cabo actividades criminales o, a la inversa, actividades ilegales o eróticas no es expresión de tendencias inscritas en un psiquismo. Esa elección depende sencillamente de las incitaciones objetivas que reciben los individuos, de los beneficios (con los costos) que son capaces de extraer al realizar tal acto. Un criminal sobresaliente corre el riesgo de ser castigado por la ley porque, en la situación concreta en la que se encuentra, la anticipación de la ganancia del crimen es superior a la anticipación de la pérdida que surgirá si lo detienen o castigan.(Ver filme : La chica danesa, 2015)
La economía neoliberal produce hacer lo que Foucault llama “la borradura antropológica del criminal”. Si, con el neoliberalismo queda potencialmente desestabilizada o se derrumba la totalidad del sistema penal. Algo que se apoya en la patología son el criminal y el poder psiquiátrico:
"En ese sentido, se dará cuenta de que el sistema penal ya no tendrá que ocuparse del crimen y el criminal. Se ocupará de una conducta, en una serie de conductas que producen elecciones, y estas acciones, de las que los actores eran una ganancia, son afectadas con un riesgo especial que no es el de la mera pérdida económica sino el viejo penal e incluso en esa misma tarde económica infligida por un sistema penal. El propio sistema penal, por lo tanto, no tendrá que enfrentarse con criminales, sino con gente que produce ese tipo de acciones" (Nacimiento de la biopolítica, página 293 301,302)
Epílogo: Ubicar las cuestiones en sus diversas situaciones
Sitúo este texto ¿Cuál situación? Practico el análisis, tengo un lugar al que los interesados se dirigen, no trabajo en una institución privada ni estatal. Tengo reparos frente al Estado y a las políticas de los gobiernos respecto de ese tema. No dudo que mis posiciones sean o ¿no sean? libres de pre y perjuicios, solo que desde ahí escribo. El Estado no esperó mi contratación para intervenir, asistir, modificar la actividad de mi vida, mi práctica, incluso perseguir esa actividad. Una reciente devaluación ataco a cada una de las sesiones, sesión por sesión, afectando a los hermanos: el analizante y el analista. Los márgenes de la sociedad son parte del Estado que rige ese socius.
Tengo ilusiones, solo que no comparto que el lugar del analista sea neutro o que se situé al margen de la sociedad en la que ocurre cada análisis. El socius inunda el diván, está en los sueños, en los chistes, en los lapsus, en la vida subjetiva de cada quien: “El hombre de los lobos” tenía sus sueños, entre otras cuestiones por los avatares de la revolución rusa; “Dora”, la amada de Freud desconfía de la energía libidinal de su padre afectado por la crisis industrial de Viena; la “Joven homosexual” no fue ajena a los avatares del nazismo en Viena; a Freud los nazis le colocaron sendos guardias de la SS , dentro de su casa, en la puerta de su consultorio; Lacan guardo silencio y cerro su puño durante la ocupación nazi de Francia, así como no dejo de recibir en análisis a un guerrillero, Serge Leclerc, quien conservó ese nombre de guerra como suyo a partir de su…análisis.
Como analista opero a partir de estar o ser afectado por hechos subjetivos, cada hecho subjetivo es social, está dotado de una forma de singularidad que solo se realiza con otros, ni más ni menos. No hay síntomas ni santhóma sin los otros, de ahí que los santos vienen marchando como dice una letra musical.
Estás líneas son una cita con un texto, como decía Borges cada frase es una colección de citas. Borges rendía homenaje a su amigo Alfonso Reyes, “regiomontano universal”, quien en su obra completa, veintidós tomos, no hace referencias. ¿Por qué? “Si leo un texto lo tengo incorporado, si lo cito confieso que no lo he leído”. Jacques Lacan, en sus seminarios orales practicaba algo semejante.
Análisis, neoliberalismo, política sin política del espectáculo ¿Qué nudo? El neoliberalismo afecta mi práctica, el análisis es una práctica neoliberal. Se trata de salir junto con el analizante de la sujeción, de estar sujetado a una autoridad que trata de imponer cómo vivir, cómo tener sexo, cómo vivir el cuerpo. Nuestra actividad no es independiente, es neoliberal, está desregulada respecto de los horarios, días de “atención”, frecuencia, “honorarios”, no tiene aguinaldo, ni prima ni consuegra vacacional. Ninguna analista está asegurado de seguir siéndolo en la próxima sesión de tal o cual analizante. La autoridad del Estado pretende por vía del saber, de la teoría, controlar al analista para indicarle cómo debe analizar, cómo debe intervenir, esas autoridades proponen indicaciones sobre el ejercicio analítico y sobre su final. El análisis en tanto practica neoliberal se acerca, se confunde, comparte el horizonte de las vidas runflas quienes viven en la insumisión de no dejarse gobernar. El análisis junto con l@s runfl@s hace una política que no es política, es local, es micro, es circunscripta, se trata de la micropolítica del deseo que descubrió Felix Guattari y luego amplió Michel Foucault… ¿Debido a qué razones Guattari en su vista a México y a Brasil quedo sorprendido por las vidas runflas de Tepito (barrio malevo de México, DF) así como de las favelas o luego de las gans de la ciudad de New York, EEUU? Entonces ¿Cómo ejercer una práctica activa de no gobernar? ¿Cuál practica singular, cuál saber singular elaborado en sociedades como las que existen, en las vivimos y practicamos en América Latina? Los horizontes abiertos por Bolívar Echevarría, entre otros, con La modernidad de lo barroco, 1998; Modernidad y blanquitud, 2010, están disponibles.
Subrayado situacionista: he mencionado a Lacan, Deleuze, Foucault, Guattari y otros: efectuaron sus hallazgos, desplegaron sus propuestas viviendo el Estado Benefactor (1945/1946) que funcionaba, mal o bien, pero funcionó: analizantes de Lacan pagaban sus sesiones pues recibían buenos sueldos de empleos en el Estado; Lacan recibió durante varios años su sueldo de psiquiatra en Saint-Anne; su vivienda tenía un régimen de renta casi congeladas; Félix Guattari obtenía un sueldo del Estado en la clínica Laborde; Gilles Deleuze tenía ingresos fijos por la Universidad ; Michel Foucault no dejaba de percibir un salario en el College. Esos ingreso decentes permitían una vida vivible y algo más… Hoy esa situación está en franca retirada en Francia, en Europa, a lo cual añadimos América Latina, el mismo Foucault –ver sus exposiciones en Brasil- donde reiteró una y otra vez que no conocía el régimen del seguro social de salud y de empleo o el régimen de distribución de la renta nacional en ese país, indicaba que percibía diferencias extensas con lo que vivía en Francia. Mi ubicación está dentro de un continente en que ese Estado de Bienestar no hizo ni raíces ni rizomas, no muchos, cuando lo hizo fueron desmontadas y su intento de re-instalarse vive serias dificultades que lo llevan a un Estado calamitoso.
Citas con textos:
Michel Foucault:
Nacimiento de la biopolítica, FCE. ; Defender la sociedad, FCE;
Karl Marx, Crítica del programa de Gotta, Aguilera
Friederick Haye, Los fundamentos de la libertad, Unión. Y “Los intelectuales y el socialismo”, Unión; Camino de servidumbre, Alianza.
Filme, La ley del mercado, Francia, 2014
Milton Friedman, Capitalismo y libertad, Rialp.
Isaiah Berlín, Cuatro ensayos en diálogo con Ramin Jahambe-gloo, Anaya.
Emmanuel Kant, Fundamentación de la metafísica de las costumbres, Tecnos.
John Rawls, Liberalismo político, FCE.
Didier Eribon, Escapar del psicoanálisis, Bellaterra.
Alberto Sladogna, Lacan: ¡Adiós a la cadena significante! ¡¿Y nosotros que la queremos tanto?! , enhttp://www.escucharte.info/2012/12/lacan-adios-la-cadena-significante-y.html
Geoffroy de Lagasnerie, La última lección de Michel Foucault…,FCE.
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Grabación Conversaciones: Indicios, huellas, signos ¿Deseo fascista...voto "canalla"?
Usted accede aquí a los vídeos de las tres conversaciones que el día de ayer fueron mantenidos entre los expositores, entre ellos y los participantes (alrededor de 91 directos e indirectos) Se conversa para cuestionar, interrogar nuestros saberes previos saberes acabados pues los nuevos horizonte negros en los que nos toca analizar, vivir lo primero que han puesto en tela de juicio son esos saberes, mismos que dieron lugar a que llevados hasta sus últimas consecuencias se instalen los horizontes mencionados, baste recordar que Edipo, uno de los primeros desaparecidos, dio a Sigmund Freud la posibilidad de inventar su "complejo de Edipo", a ese Edipo Lacan trató de modificarlo añadiendo nuevas y diversas etapas hasta que en su seminario de 1969/1970, El reverso del psicoanálisis, descubrió que el "complejo de Edipo" era un "sueño no analizado de Freud". Hoy ese complejo muestra como el capitalismo neoliberal lo lleva a sus últimas consecuencias generando las condiciones para los diversos pasajes al acto realizados contra las mujeres para defender el simbólico , el imaginario y el real del régimen patriarcal. Ante ellos las mujeres lanzaron una constatación "Contra eso: la insumisión" (Marta Dilon)
Este es el vídeo con la intervención de "Maco", Carlos Somigliana del Equipo Argentino de Antropología Forense quienes se despliegan una actividad: a partir de un fragmento reconstruir el cuerpo invisibilizado de cada desaparecido; desaparición forzosa causada por el Estado.
Esta es la intervención y la conversación desplegada a partir de temas que Franco "Bifo" Berardi mantuvo el sábado 22/10/2016, el nudo diagramático de la misma fue "¡Sin madres, sin madres...¿...?! Nos llevo a recordar que León Rozitchner escribió : Materialismo ensoñado, obra que se abre con un fragmento de un poema de Juan Gelman donde evoca a su madre.
Ahora tendremos una secuencia de la Conversación que abre la intervención de Vilma Almendra Quiguaná, indígena Nasa-Misak, Cauca, Colombia, una tejedora de voces, luego continua la intervención de Manuel Rozental, médico, pedagogo, tejedor de voces, Colombia: Se despliegan diagramas temáticos: si la madre es siempre cierta, dicen, la articulación de las comunidades indígenas y campesinas con la tierra, al igual que con la madre no es metafórica es del orden real de la metonimia: la tierra cubre sus cuerpos, los trae a la vida, les permite vivir como quieran vivir sus eróticas y al final de sus vidas abre sus entrañas. Esas entrañas hoy está en peligro por una forma del patriarcado: el neoliberalismo que trata de desbastar el cuerpo de la Pacha Mama, el cuerpo materno, una forma actual del feminicidio que recorre los territorios de América Latina. Luego Manuel Rosental nos habla del deseo fascista y del deseo neoliberal que llevamos dentro, un deseo del cual Vilma testimonia no están a salov las comunidades indígenas y campesinos. Corresponde recordar que hoy hay condiciones para escribir sobre historial universal pues por primera en el conjunto de la Tierra se ha instalado un régimen global, el neoliberalismo, régimen que se realiza luego en forma local en cada rincón de la tierra, de la madre tierra. No se trata de psar o de ir más allá del padre "a condicion de apoyarse en él" (Laca, seminario oral, El síntoma), extraña propuesta edípica y además psicopatológica, sino te apoyas te quedarás "psicótico" o fuera del orden simbólico paternal ¿Será así? Parece que hay otro mundo de posibles
Ahora la intervención de Manuel Rozental quien teje las voces para tratar de dar cuenta de cómo apareció en el reciente plebiscito de Colombia el voto a favor del "NO" a la paz,, as diversas articulaciones de un deseo fascista que Manuel ubica con bastante precisión entre quienes no se presentaron a votar, casi el 67% del padrón electoral. Manuel teje y desteje las voces, los temas, las posibilidades abiertas de un movimiento brusco de los zapatistas de México: patearon el tablero de la política de los políticos al proponer comenzar a discutir la posibilidad de una candidata mujer, indígena, en particular que solo hable la lengua de su comunidad, una jugada arriesgada como toda jugada que quiere sostenerse como apuesta: no carece de riesgos.
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¡¡¡ Exomologesis!!! por Cesar González, un "pesado"
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Fromm su experiencia freudiana, 1995
TRANSMISIÓN FREUDIANA:
LA EXPERIENCIA DE ERICH FROMM
Alberto Sladogna
El poeta no debe proponer jamás un pensamiento sino un objeto, es decir que incluso al pensamiento debe hacerle tomar una pose de objeto.
Francis Ponge
Sé que aún se me ignora. Podemos tomar a Erich Fromm como un nombre dentro del psicoanálisis que no me menciona. El libro de Erich Fromm “La crisis del psicoanálisis” –él considera que hay menos gente que se analiza en Norteamérica- me ha sorprendido, no me menciona. Para él soy un desconocido.
Jacques Lacan, Londres, 1975.
INTRODUCCIÓN
Freud inventó el psicoanálisis sin tener claridad sobre los principios que surgían de esa experiencia; ¿era posible hacerlo de otra manera? Esa característica forma parte de cada invento. Los fundamentos surgen a-posteriori. El psicoanálisis es una experiencia subjetiva íntima a partir de la cual se fabrican los medios necesarios para transmitir un saber surgido de ella como lo revela S. Freud al construir La interpretación de los sueños con sus producciones oníricas.
Cada invención conlleva una dosis de docta ignorancia. Una dosis también localizable en otras prácticas: la etnología descubrió el obstáculo del informante luego de estudiar por más de cien años los rituales de antropofagia. Un estudio reciente reveló que esa práctica es un relato…de los informantes. Claude Lévi-Strauss –partidario de la realidad del rito- toma precauciones cuando estudia las articulaciones entre el canibalismo y una enfermedad hereditaria, el kuru, en la Nueva Guinea. Dice:
Sin embargo la prudencia se impone, ya que las prácticas de canibalismo descritas por los informantes indígenas con una prodigiosa abundancia de detalles ya habían desaparecido en el momento en que comenzaron las investigaciones. No disponiendo de observaciones directas y de ninguna experiencia de campo, no se puede afirmar que el problema haya sido resuelto definitivamente.[1]
Las matemáticas, 5.000 años después de las primeras operaciones con números, produjeron un texto: Fundamentos de la aritmética –investigación lógico-matemática sobre el concepto de número, de G. Frege, editado en 1879.
Cuando Freud inventó el psicoanálisis lo hizo sin someterse él mismo a las “reglas”[2]de la cura analítica. Así, las “reglas” permiten ubicar la excepción. Esa excepción tiene consecuencias sobre las bases de su experiencia e incide en el estilo freudiano de transmisión de su clínica y de su doctrina. La situación de la transferencia –en los casos donde está en juego el acceso al lugar de analista- se ha revelado como uno de los puntos sensibles de incidencia de la excepción. El psicoanálisis queda afectado en su práctica –y en consecuencia, en su existencia misma- si, a partir de su accionar, no produce las razones necesarias y suficientes de tal o cual maniobra analítica, sea en la cura, sea en la enseñanza, sea en la transmisión.
Ubicar esas razones (o la ausencia de ellas) provoca modificaciones substanciales: así es posible distinguir las diversas prácticas analíticas que se derivan de las razones doctrinarias que transmite tal o cual analista. Contar con las razones necesarias y suficientes le permite al psicoanálisis abordar incógnitas de su práctica guiado por la operación de despejarlas. Esa guía brinda un instrumento ajeno a una norma previa frente a los hechos en el terreno clínico o doctrinario, en lugar de pasarlos por el tamiz de tener que responder a lo que se “debe esperar”, se inicia la acción de despejar la incógnita aceptando que así sucedió. Jacques Lacan abrió una operación semejante con su intervención en el campo del psicoanálisis, en especial, por medio de la acción del corte y pegado efectuado en la lectura del texto de Freud.[3]
Lacan destacó el lugar de la destitución subjetiva en el pasaje de la posición de analizante a la posición de analista, en su “Proposición del 9 de octubre de 1967” sobre el analista de la Escuela”:[4]“El ser del agalma, del sujeto supuesto saber, completa el proceso del psicoanalizante, en una destitución subjetiva”.[5]Lacan introdujo así una incógnita en la articulación sobre el fin de una cura: el procedimiento del pase. Subrayó un elemento de la incógnita: en el pase, si el pasante es un psicoanalizante, es un psicoanalizante en una posición singular pues habla de “sus” razones, las de él, para ocupar el lugar de analista, a diferencia de un psicoanalizante en intensión que habla guiado por sus síntomas. Esa singularidad abre el pase hacia el terreno del analista, lo desplaza del fin del análisis, aunque ese fin opera en algunos casos como su disparador. Esa destitución no gobierna u orienta la cura ex cátedra o ex nihilo, es un elemento doctrinario surgido de la experiencia del psicoanálisis…didáctico. Por ello puede abordarse el tema por su excepción. Los casos donde no se llega a efectuar.
Para medir los alcances de la destitución seguiremos las huellas de la experiencia de Erich Fromm, formado en la didáctica del Instituto de Berlín, en 1932. Un psicoanalista en función, “puesto que funcionan como analistas, lo que quiere decir que hay gente que se analiza conellos”.[6]Fromm llegó a México a fines de 1950 y desarrolló durante cerca de 25 años una “clínica” y una “doctrina”. Su enseñanza tuvo impacto en la cultura.[7]Los temas que él abordó tienen una coincidencia temática y cronológica con las enseñanzas que desarrollaba Lacan a partir de 1951, en París: el complejo de Edipo, la ética, la formación del analista, los postulados “teóricos” de Freud, el zen, etc. Esa coincidencia subraya que a E. Fromm los problemas del psicoanálisis no le eran ajenos.
Seguiremos, de manera particular, su forma de acceso al lugar del analista y el impacto de ella en su enseñanza como analista. Tomamos como “experiencia de Fromm” a los testimonios que él dejó en publicaciones doctrinarias, autobiográficas, y en la correspondencia que pudimos consultar. También damos albergue a los testimonios aportados por aquellos que estuvieron concernidos por esas enseñanzas.
Este recorrido anuda la situación del psicoanálisis en México, 1994, con la invención del psicoanálisis freudiano, en la Viena de principios de siglo, pues se trata de un analista formado en Munich y Berlín entre los años 1920 y 1930. Este elemento subraya, si no el carácter freudiano, al menos un punto de origen de las posiciones de Erich Fromm. Su acceso al lugar del psicoanalista siguió los mecanismos previstos por la institución creada por Freud, en 1910, la Internacional Psychoanalytical Association(I.P.A.). Fue en la policlínica de Berlín donde Eitingon instituyó la carrera didáctica. En una carta de Fromm a Martín Jay, fechada el 14 de mayo de 1971, le precisa su posición:
No he dejado nunca el freudismo…a menos que se identifique a Freud con su teoría de la libido…Considero que el logro básico de Freud es su concepto de inconsciente, sus manifestaciones en la neurosis, los sueños, etc., la resistencia y su concepto dinámico del carácter. En cualquier caso, nunca renuncié al psicoanálisis, nunca he querido formar una escuela propia. Fui separado como miembro de la International Psychoanalytical Association, a la cual había pertenecido, y soy todavía (1971) miembro de la Washington Psychoanalytic Association, que es una institución freudiana[8].
Fromm, pese a no dejar “nunca el freudismo”, al ser “separado” de la I.P.A. mantiene su pertenencia a una “institución freudiana” y rechaza la constitución de “una escuela propia”. Ante la maniobra institucional, él responde con otra, se asocia a una institución freudiana, donde el síntoma revela su identificación; maniobra semejante desarrolló Edward Glover: ante su inminente expulsión de la asociación británica por las diferencias con M. Klein se inscribe en la asociación suiza, conservando así la membrecía y su puesto en la I.P.A.[9]Jacques Lacan, en 1953, renunció a la Societé Psychanalitique de Paris, y fingió demencia ante la comunicación de la Dra. Eissler –presidenta en turno de la I.P.A.- que le informaba la cancelación de su membrecía a ese organismo. Abandonó esa posición el 21 de junio de 1964 al fundar la École Française de Psychanalyse, llamada luego École Freudienne de Paris. La vacilación entre Française y Freudienne, no le impidió constituir una école, misma que para el público era la “école de Lacan”. Ante maniobras semejantes encontramos consecuencias distintas.
CERO: INVENCIÓN DEL PSICOANÁLISIS
Freud inventó y transmitió esa experiencia al público, tarea que requiere de enorme energía. En sus textos encontramos solicitudes a sus colegas para obtener elementos confirmatorios de tal o cual hipótesis sostenida opr él. En 1912, en el Zentralblat für Psychoanalyse, se lee:
A los colegas que ejercen el análisis les solicito que reúnan y analicen cuidadosamente sueños de sus pacientes cuya interpretación autorice la inferencia de que los soñantes han sido en su primera infancia espectadores de un comercio sexual.[10]
Ocupado en su invención no tenía energía ni tiempo ni encontró otras posibilidades de transmisión, así fue como lo hizo. El tiempo de inventar y el de su transmisión no tienen sincronía, están desfasados, sus operaciones se realizan en registros y lugares distintos, como Freud lo señala: el primero en la experiencia directa;[11]el segundo en la escritura de esa experiencia.[12]La invención abre las puertas a la transmisión cuando un fragmento del invento ha cesado de no escribirse. La escritura propicia condiciones para precisar o reconocer las hipótesis en juego y también para que una contra-experiencia sea admitida en el campo del invento; verbigracia, mientras que para Freud no había fin del análisis para Melanie Klein, M. Balint, J. Lacan y otros psicoanalistas esa experiencia tenía lugar. En las enseñanzas de E. Fromm detectamos un sesgo bizarro: lo que se acaba es el psicoanálisis[13]y se abre el infinito de la experiencia “humanística” justo en el punto donde él hace suya una proposición freudiana: el autoanálisis.[14]
¿Cuál era la respuesta al invento freudiano entre los primeros analistas? Muchos sólo tuvieron como posibilidad responder a la solicitud de Freud. Así leemos en una carta de Freud a Ferenczi:
el domingo último recibí la visita de nuestro lejano principiante Sutherland, de Sagar, India, un hombre muy simpático. Está traduciendo la Interpretación de los sueños. Tras de él está Berkeley-Hill, un hombre más joven, que está psicoanalizando hindúes y acumulando toda clase de confirmaciones.[15]
La confirmación apunta al grado de verosimilitud de una hipótesis pues ella requiere que otros le otorguen o no verosimilitud, sin embargo debemos tener en cuenta que una ausencia de confirmación no implica un rechazo de la experiencia como lo indica la posición de L. Wittgenstein. El filósofo refuta las hipótesis de Freud sobre la interpretación de los sueños sin hacer objeción a la experiencia del psicoanálisis.
Durante un viaje a los EE.UU, Freud introdujo una metáfora célebre en el psicoanálisis: “No saben que les traemos la peste”.[16]Esta metáfora es una metáfora de la transmisión, dado que ésa es la característica de una peste: transmitirse. Esa metáfora ¿brinda una imagen pertinente de su objeto? En la topología subjetiva desarrollada por P. Souri[17]la presentación de la singularidad es uno de sus ejes organizadores; ese eje organiza la transmisión de esa topología subjetiva. Cada objeto al ser presentado tiene que dar cuenta al máximo de sus singularidades. Tomemos un objeto trivial, una camisa, si se requiere su exhibición para venderla –una forma de transmisión; no es lo mismo utilizar una plancha para subrayar sus bordes, cortes, pliegues y otras singularidades que emplear una aplanadora para ese fin. Con el empleo de una aplanadora las singularidades quedarían aplastadas. Si regresamos a la metáfora de la peste encontramos que ella aplasta las singularidades del objeto que intenta transmitir, el psicoanálisis. Llevada a sus consecuencias últimas debe considerarse, por ejemplo, el horizonte de la inoculación y su neutralización. ¿No es este el mecanismo para la elaboración de las vacunas? El estilo de transmisión de la peste encontró rápidamente antídotos, lo cual llevó a Freud a intentar distintas vías de trasmisión: una institución creada a partir de la imagen de la iglesia y el ejército –la I.P.A.-; una cofradía de caballeros –los siete anillos del comité secreto, encargado de velar la transmisión del psicoanálisis-; las cartas y, por último, una variación del sistema epiclére–herencia familiar-[18]no a través del yerno (caso del epiclerato estudiado por Jean Allouch)[19]sino a través de una hija retenida para ejecutar la función de cuidar el “fuego del hogar” (la tradición y transmisión de la tradición) en la casa paterna; en el caso de Freud fue la función desempeñada por su hija Anna Freud, psicoanalista activa dentro de la I.P.A.[20]
UNO: LA PESTE Y LA APARICIÓN DEL PSICOANALISTA
La peste transmisora del psicoanálisis tuvo efectos en las modalidades de acceso al lugar del analista. Freud, a partir de su Selbstanalyse, no estaba advertido de que una experiencia podía permitir el paso a ese lugar sin que se confundan los significantes subjetivos de la “persona” analista con los del analizante. Erik Porge llamó la atención sobre la dificultad de traducir ese término alemán por “autoanálisis” sin lograr proponer otra traducción.[21]Abordemos esa dificultad por otro camino: la invención del psicoanálisis por Freud a partir de una excepción:[22]En el origen, más que “autoanálisis” no hubo análisis a secas. ¿Con quién se podría haber llevado a cabo en el momento en que se lo inventaba? El término de “autoanálisis”, es el nombre púdico de esa situación excepcional. Una excepción que no fue obstáculo para el invento y por el contrario formó parte de él. Tan no fue un obstáculo que Freud escribe La interpretación de los sueños cumpliendo con una de las reglas fundamentales del psicoanálisis freudiano: la asociación libre.
Sin embargo, Jung, en 1912, le advertía a Freud sobre la pertinencia de un análisis para quien se interesara en la práctica analítica. La respuesta de Freud fue el análisis didáctico. Por la didáctica freudiana el candidato queda convertido en un creyente del invento freudiano. Así se transmitía el nombre de Freud: cada análisis confirmaba la creencia. Este sistema de transmisión es una peste: inoculado el paciente-candidato con el bacilo del inconsciente se le dejaba partir par a que procediera a su vez a inocular a otro, quien a su vez reproducía el ciclo del contagio. Así Abram Kardiner nos cuenta que:
Freud…pensaba que una vez descubierto el complejo de Edipo y entendida la homosexualidad inconsciente, cuando uno sabía el origen y la fuente de todas estas reacciones, algo ocurría que le permitiera a uno traducirestas comprensiones en la vida actual y por lo tanto modificarla.[23]
Y luego concluía:
Sin embargo, en cuanto tocaba a mí, su invitación de que yo debería elaborar sobre todo esto, solamente me dejó perplejo. De aquí en adelante el análisis continuó a la deriva.[24]
Al regresar a los EE.UU. Kardiner lleva consigo una carta de Freud donde se documentaba la autorización para el ejercicio del psicoanálisis, en especial, ejercicio de la didáctica.
Propagado el psicoanálisis, surgió un síntoma cuando esos pacientes “que hacían la experiencia del inconsciente” pasaban a ocupar el lugar de analistas. A ese síntoma Freud lo bautizó, haciendo gala de delicadeza, con un nombre sutil: psicoanálisis silvestre. Un efecto notorio de esa situación era el desbalague en la clínica, así como en su doctrina, y en contrapartida, un realce nunca visto de su nombre. Ese nombre sostenía los análisis de los nuevos analistas. En 1910, escribía:
Hace algunos días acudió a mi consulta, acompañada de una amiga, una señora que se quejaba de padecer estados de angustia. La enferma pasaba de los cuarenta y cinco años, pero aparecía bien conservada y se veía claramente que no había perdido aún su femineidad…un joven médico al que hubo de consultar le había explicado que la causa de su angustia era la necesidad sexual. No podía prescindir del comercio masculino, y para recobrar la salud había de recurrir a una de las tres soluciones siguientes: reconciliarse con su marido, tomar un amante o satisfacerse por sí misma. Esta opinión había desvanecido en la paciente toda esperanza de curación, pues no quería reanudar su vida conyugal, y los otros dos medios repugnaban a su moral y a su religiosidad. El médico le había dicho que su diagnóstico se fundaba en mis descubrimientos científicos, y acudía a mí [¿quién acudía a él? ¿ella o él?] para que se lo confirmase definitivamente.[25]
Este escrito concluía informando la creación de la I.P.A., para salir al encuentro de un problema. ¿Cuál? La respuesta salvaje a la transferencia, Freud transfirió la respuesta a una institución y a un procedimiento, el análisis didáctico:
En la primavera de 1910 hemos fundado una asociación `psicoanalítica que hace publicar los nombres de sus miembros, con objeto de poder rechazar toda responsabilidad derivada de la actuación de aquellos que no pertenecen a nuestro grupo y dan, sin embargo, a sus procedimientos médicos el nombre de psicoanálisis.
La I.P.A. era una institución destinada a proteger del salvajismo de la trasferencia a la doctrina, hoy día estamos al tanto de sus resultados: el salvajismo encontró un hábitat, una reserva ecológica, en la institución. Nótese que el “salvajismo” proviene del texto citado, a tal grado que en él se localiza la exclusión que afectará a Freud para constituir una escuela de psicoanálisis. El “salvajismo” proviene de la fomentación y fermentación de las pasiones amorosas que desataba el invento, y justamente de eso el artículo confiesa no querer saber nada. Agreguemos que la didáctica ha conocido y conoce diversas modalidades en el campo analítico, sus formas no siguen necesariamente los postulados freudianos. Como en el caso de los psicoanalistas húngaros[26]o en el de J. Lacan, que la ubicaba como efecto a-posteriori de la cura.
Ante las pasiones amorosas desatadas por el invento del psicoanálisis y la fomentación trasferencial que ello conllevaba, el movimiento psicoanalítico, con la participación de Freud, no encontró otro remedio que imponerles un encuadre estándar para las sesiones, un proceso académico institucional, llamado “análisis didáctico” para los candidatos y una lista de nombres. Los miembros de esa lista tendrían su “responsabilidad” en la cura ¿protegida? ¿avalada? ¿reconocida? ¿autorizada? Por la institución. Esa institución legisló el psicoanálisis didáctico (1920) e impidió estudiar las respuestas “salvajes” del analista a los movimientos transferenciales suscitados por él.
A pesar de estos inconvenientes, Freud logró insertar, en forma sui generis su invención en la cultura. Una inserción que estaba más allá de sus cálculos y con una fuerza aún vigente. El carácter literario de sus textos, la novela clínica de sus cinco psicoanálisis, contribuyó a esa situación. Un efecto similar ofrecen los textos de E. Fromm, en castellano, inglés, alemán, e italiano,[27]mientras que en lengua francesa su obra, como la de otros freudianos, sigue siendo desconocida. [28]Notemos que la inserción freudiana no fue ajena a su transmisión y al hecho de que otros tomaron, gracias a ella, el lugar de psicoanalistas.
Las respuestas “salvajes” tenían por virtud indicar una crisis en la formulación de la trasferencia. Freud las confirmaba pues coincidiendo con la nueva institución, distribuye los siete anillos: Abraham, Rank, Sachs, Jones, Eitingon, Ferenczi y el suyo. Hanns Sachs, colaborador cercano de Freud, redactor de textos que llevan la firma de Freud (cfr.: Algunas consideraciones sobre el concepto del inconsciente en psicoanálisis), describía la distribución de los anillos:
El regalo de estos anillos implicaba una significación simbólica precisa; nos recordaba que nuestras relaciones mutuas tenían el mismo centro de gravedad. Nos daba también consciencia de pertenecer a un grupo en el grupo, aunque ningún lazo explícito existía o ninguna tentativa para convertirse en una organización separada haya sido hecha.[29]
Este testimonio confirma la existencia de un problema: el destino de la trasferencia en los “candidatos” a analistas. ¿Cómo resguardar la práctica subjetiva, íntima, del análisis de una trasferencia no efectuada en el analista? La formación de la trasferencia no incluía como posibilidad la salida de la posición de analizante en intensión, no estaba contemplada su efectuación. El resguardo se extendía también a la invención clínica y doctrinaria del psicoanálisis, pues una lectura de los textos freudianos bajo trasferencia sólo trasmitía la peste; así la lectura de La interpretación de los sueños condujo a M. Klein, a Erich Fromm, a Hanns Sachs al diván. ¿Cómo salían de allí? Hanns Sachs, antes de morir, escribe:
Mi primera lectura del libro titulado Traumdeutung [La interpretación de los sueños] fue para mí un hecho capital –como el encuentro con una “mujer fatal”- el resultado fue más que benéfico…Cuando terminé el libro, había encontrado el objeto de mi existencia; numerosos años después descubrí que eso podía, igualmente, hacerme vivir.[30]
Una protección –la I.P.A.- convoca a otra protección –los anillos- que a su vez llama a otra, y así, ad infinitum. Un infinito propuesto por Freud, en su texto de 1937, Análisis terminable e interminable,[31]donde hace la siguiente precisión:
Todo analista debería hacerse de nuevo objeto de análisis periódicamente, quizá cada cinco años, sin avergonzarse por dar ese paso. Ello significaría, entonces, que el análisis propio también, y no sólo el análisis terapéutico de enfermos, se convertiría de una tarea terminable [finita] en una interminable [infinita] (Los corchetes son del traductor)
Si bien Freud matiza su aseveración distinguiendo este problema de la conclusión de la labor analítica, debemos constatar que el matiz no limó la afirmación. Esa aseveración se ligó con una proposición: el autoanálisis. Proposición que Fromm hace suya en un escrito póstumo: Del tener al ser. Los primeros freudianos no lograban incorporar el sesgo de la trasferencia en la transmisión. La protección les jugó una mala pasada, ¿de qué habría que proteger al psicoanálisis? Además, la experiencia de análisis y su transmisión no fueron de la mano, pese a una opinión muy aceptada; basta recorrer algunos episodios del movimiento analítico para constatarlo.[32]El testimonio de H. Sachs ilustra este inconveniente en la trasmisión del psicoanálisis:
Ésta es mi confesión. Tengo razones para creer que Freud no encontró en mí algunas de las cualidades a las cuales atribuía tanto valor, faltaba algo en nuestra relación. Este algo que crea una intimidad espontánea entre dos personas del mismo género y del mismo tono…Estaba consciente en todo momento, sin embargo lo había admitido como una parte necesaria de la relación entre el maestro y el eterno discípulo.[33]
Sachs testimonia así su condición de eternodiscípulo -¡Qué enormidad! Es una maldición infernal, toda la vida estudiando al maestro Freud. No obstante, confesión a cuestas,[34]fue el primer analista didacta, tarea a la que fue llamado por Eitingon y que desempeñó en el Instituto de Berlín. El caso de H. Sachs, ¿no ilustra un caso de análisis interminable?
DOS: UN EMBUTIDO PROHIBIDO
¿Cómo se inserta Erich Fromm en esta urdimbre de transferencias sin efectuación y transmisión del psicoanálisis? Hanns Sachs fue el último de los cuatro analistas que visitó. Los pormenores de un acontecimiento ayudan a precisar el lazo entre la peste freudiana, H. Sachs y E. Fromm.
Para ello recurrimos a Rainer Funk, quien escribe al dictado de Fromm “una biografía autotestimonial”, donde recoge –sin obviar su participación- aquello que Fromm le narra cerca del final de su vida. Así, en la primera de forros leemos: “Fromm –Vida y obra- Con testimonios de Erich Fromm y documentación gráfica reunida por el autor”. Fromm hace este relato a sabiendas de su publicación; un relato hecho en los últimos años de su vida cuando la fragilidad de su salud –reiterados ataques cardíacos- anunciaba un cercano desenlace, momentos donde ya no se tiene mucho que perder, y por ello, varios fragmentos de la verdad pueden darse a la luz.
Así tenemos acceso al “alejamiento” de Fromm de la práctica ortodoxa del judaísmo. Este movimiento participa de lo que hemos llamado un acontecimiento en la vida de Fromm. Sigamos paso a paso el relato.
Fromm pasa revista a las relaciones que mantuviera por más de cinco años con el Dr. Salman Baruch Rabinkow, un rabino perteneciente al judaísmo jasídico jabad. Con él tomaba clases de Talmud todos los días, durante cinco años. Rabinkow tenía una interpretación humanista del judaísmo que residía en la autonomía del individuo y en su desarrollo. He aquí un elemento del acontecimiento: la escena sobre la cual va a desarrollarse otra escena. Esa escena de fondo muestra el final de una relación de amado-amante (erastés-eromenós) entre el maestro del Talmud y su alumno. La relación con Rabinkow concluye en 1926, año donde se desarrolla otra escena, misma donde tendrá lugar el acontecimiento. Con el telón de fondo de la ruptura con un maestro de la ortodoxia, Fromm se dirige a la “ruptura” con ella.
Esa ruptura tenía peso para Fromm tanto que Rainer Funk intercala el siguiente comentario:
Cuan dramático fue ese paso en aquel momento lo aclaró Fromm gustosamente con el relato de su caída en pecado.
Este es el relato de esa caída:
Ocurrió en 1926 en Munich, donde le retenía su formación psicoanalítica. La práctica ortodoxa estricta implicaba también el evitar toda comida no kosher, es decir no comer carne de cerdo y mucho menos un embutido hecho de esa carne. Fromm estaba frente a un kiosco, inhaló el aroma del chorizo de cerdo que estaba sobre la parrilla, dudó un rato, se dio ánimo y lo compró para comerlo. Fromm llevó a cabo exteriormente lo que ya venía haciendo interiormente: junto a sus maestros del Talmud había comido del árbol del conocimiento; ese acto de desobediencia fue –como en el caso de Adán y Eva- no su perdición sino un paso hacia su propia vida. Respecto de la cultura y la praxis religiosa judías, vale para él lo que formuló sobre Adán y Eva y su relación con la naturaleza: “Con este primer paso de cortar los lazos entre el hombre y la naturaleza comienza la historia –y la alienación-. Como hemos visto, ésta no es la historia de la ‘caída’ del hombre sino la historia de su despertar y de este modo del comienzo de su elevación”. Estas afirmaciones las escribió Fromm cuarenta años después en Y seréis como dioses. En este libro –en el que se nota la entrega con que fue escrito- siguen vivos sus maestros judíos y también revive aquel Fromm que fuera talmudista hasta 1926.[35]
De este relato se desprende que:
a) La ruptura con Rabinkow ocurrió durante su estancia en Munich, estancia motivada por “su formación analítica”;
b) El relato habla de una escena: Fromm compra un chorizo de cerdo, “se dio ánimo y lo compró para comerlo”;
c) La narración incluye un comentario “Fromm llevó a cabo exteriormente lo que ya venía haciendo interiormente: junto a sus maestros del Talmud había comido del árbol del conocimiento”;
d) Teniendo en cuenta esta versión encontramos una calificación de la acción desarrollada pro Fromm: “ese actofue…no su perdición sino un paso hacia su propia vida”.
e) Se trataba de un “despertar” que no carecía de “alienación”.
f) El fragmento que citamos corresponde al final de un capítulo, el II; luego sigue el III titulado “De la experiencia talmúdica a la psicoanalítica…”; ni Fromm, ni su biógrafo, cayeron en la cuenta de que el episodio del “embutido de cerdo” se producía en el marco de su “formación analítica”.
Estos elementos parecen configurar el mecanismo descrito por Freud en su texto Recordar, repetir, elaborar. Cuando el paciente no recuerda algo en el análisis lo actúa. Lacan acentúa la actuación y desplaza el problema del campo de la memoria a la dirección de la cura y la transferencia; así la actuación del paciente es una mostración dirigida al psicoanalista para que éste recuerde que está allí como analista. El apartado (f) nos permite decir que ese episodio de Fromm constituye una actuación en público, cualquiera la podía ver, su psicoanalista entre otros, especialmente él pues le estaba dirigida, sesgo subrayado por Lacan como dirección del acting-out. Indiquemos otro componente de la actuación: Fromm no dice haber comprado y comido el embutido, sino que hizo el acto[36]de “comprarlo” para “comerlo”, o sea que el acto de comerlo, según el relato, quedó postergado, sin embargo la escena fue llevada a cabo en público, y publicada; esa escena recibe el nombre de “caída en pecado”, en principio frente a la ortodoxia judía; ¿su análisis quedaba fuera de los alcances de la escena? Tanto Fromm como su biógrafo dejan testimonio de que algo no entró en la cuenta, o no pertenecía a esa cuenta o que no fue tomado en cuenta.
Fromm estaba en Munich ocupado en “su formación” con su primer analista F. Reichman.
Esta es la única entre sus cuatro curas de las que Fromm relata “su” final. Cuatro años más tarde, en su primera sesión de análisis con Hanns Sachs –cuarto analista-, compelido por la asociación libre, Fromm lanza la siguiente asociación:
Ya que tengo que decir todo, quiero decirle que cuando lo vi, pensé que Ud., tiene ‘cara de cerdo’. El Dr. Sachs –comenta Fromm- contestó de una manera muy estúpida, como no lo haría un analista muy experimentado, pero estaba muy lastimado, debió haber tenido sus propios problemas con su cara; dijo ‘No creo que yo le disgustara. Afuera, en el guardarropa, Ud., puso su sobretodo cerca del mío’. El guardarropa era más bien angosto, era imposible colgar mi sobretodo en otro sitio.[37]
Esta palabra impuesta, “cara de cerdo”, mantiene una relación metonímica –derivado de- con el embutido de cerdo que cuatro años antes marcaba su caída en pecado. Además, al agregar que era “imposible colgar mi sobretodo en otro sitio”, nos indica que, pese a ese imposible, Fromm encontraba un lugar donde sostener el abrigo, el guardarropa de Sachs. ¿Qué ocurrió entre su primer análisis –didáctico- y el último?
TRES: UNA ABOLICIÓN DIVERTIDA
Fromm actúa la escena del embutido de cerdo–“lo compra para comérselo”- y cercena su relación con la ortodoxia. Mostrar ese intento de cercenamiento ¿era una señal de subjetivación? La reaparición del significante cerdo, cuatro años después, señala que la cuestión seguía su curso. Por otro lado, se puede constatar la insistencia en los textos de Fromm, una y otra vez, del significante ortodoxia. Avancemos una hipótesis: Fromm, al no saber lo que perdía al transgredir la prohibición de la ortodoxia, quedó en un estado tal que busca abrigo en el análisis con Hanns Sachs. Y allí encuentra a…Freud, de acuerdo a la descripción que F. Möllenhorf hace del consultorio de Hanns Sachs:
El diván estaba colocado de tal modo que el analizado quedaba frente a un busto de Freud colocado sobre un alto pedestal de madera. Sachs no decía mucho durante la sesión. Cuando hablaba las frases eran concisas y breves, y le encantaba formular las interpretaciones siempre que fuera posible, con citas de poetas y escritores…Sin duda, la ‘función especular’ dominaba la sesión.[38]
¿Cuáles fueron los efectos para Fromm de ese encuentro con el busto de Freud? Un encuentro con la mirada de Freud, una mirada bastante rígida al provenir de una efigie. Mirada que no sólo lo miraba a él, sino también a su analista.
Jacques Lacan señaló que cuando algo de la vida del sujeto queda cercenado (Verwerfung),[39]el efecto es una abolición simbólica. Así el “Hombre de los lobos” de la castración no quería saber nada, escribió Freud, en ese punto se produce en él la alucinación del dedo cercenado. Lacan va indicar un punto de cruce entre el simbólico y el real, sin intervención del imaginario, donde se puede producir una alucinación sufrida por el sujeto o el acting-out que el sujeto actúa.[40]Señalemos que esa abolición de la ortodoxia, actuada en 1926, tuvo consecuencias. La misma se llevó a cabo invirtiendo sus efectos, Fromm quedó atrapado por el resto de su vida en una religión que lleva en su nombre el significante “psicoanálisis”. Convengamos que actuar el levantamiento de la prohibición ortodoxa no implica necesariamente un ajuste de cuentas con la religión; así Fromm presentándose como psicoanalista no ortodoxo se mantenía dando vueltas alrededor de un eje: la ortodoxia freudiana. Esa inversión surgió en un análisis y fue producto de esa experiencia, una inversión divertida por ciertos componentes picantes producidos por el embutido. Algo ya queda en claro: a Erich Fromm no se le puede “reprochar” falta de análisis: encaró en cuatro ocasiones la experiencia.
CUATRO: EL IMPOSIBLE SE FUNDA POR UNA FORCLUSIÓNDIVERTIDA
¿De dónde proviene la fuerza que esas inversiones tienen sobre E. Fromm? Viene de una experiencia sufrida por él bajo una forma divertida. Para avanzar algo sobre este imposible –el imposible, decía Lacan, es uno de los nombres del real- recurrimos a una proposición de Fromm escrita en su primer texto de psicoanálisis El dogma de Cristo (1930):
El método del psicoanálisis individual es por lo tanto un método “histórico”: la comprensión del desarrollo emocional sobre la base del conocimiento de la historia de la vida del individuo.[41]
Fromm se mantiene muy cerca del planteamiento freudiano; recordemos que para Freud el trauma jugó un papel importante; hecho traumático que servía de disparador, entro otros, del ataque histérico e incluso de las alucinaciones que presentaban algunas de sus pacientes. Para Freud y Fromm, a falta de una apreciación correcta de la trasferencia, los elementos de la historia reconducen al esquema de lo ocurrido con los padres y dejan de lado un hecho textual: se trata de una historia hablada dirigida al analista.
¿Qué ocurrió con Fromm y su “desarrollo emocional”? Encontramos un elemento histórico, quizás traumático, a los veintiséis años de edad, en 1926, año de la “adquisición del embutido de cerdo”. Uno de los componentes de la puesta en escena calificaba al episodio como “un acto”. ¿De qué acto se trataba? Sabemos de su relación con la “caída en pecado”, metáfora empleada en ocasiones para hablar de la iniciación sexual. Un acto ligado a una caída, ¿no sabemos de qué o de dónde o hacia dónde se caía? Sólo se caía y punto.
Hemos detallado la sincronía entre la ruptura con el Dr. Rabinkow, su maestro en el Talmud, y la escena de la compra del embutido. Allí se hizo el “acto de comprar”, ahora encaremos otra clase de acto. Se trata de un acto escrito pues se hace con él un acta: Erich Fromm se casa con su analista Frieda Reichman con quien se encontraba en “formación analítica”.[42]
Nos autorizamos a decir que se casa con su analista dado que el proyecto de casamiento fue discutido por ambos con un tercer analista, Karl Landauer; en esa discusión “decidieron continuar el análisis de E. Fromm con otro analista”.[43]La construcción del párrafo no deja claro a quienes comprende ese “decidieron continuar el análisis”, amén de que los involucrados por ese “quienes” continúan “el análisis de Fromm”, éste sólo queda como objeto no como un sujeto que quiere continuar su análisis. Esa extraña construcción gramatical ¿no es el índice de que algo difícil de ubicar, en sus consecuencias, sucedió en el transcurso del análisis de E. Fromm con Frieda Reichmann? El biógrafo se ve llevado a dar un contexto de este casamiento:
Erich Fromm conoció el psicoanálisis a través de Frieda Reichmann. Frieda Reichmann fue su primera analista, y así como Sandor Rado se casó con su paciente Emmy, y Wilhelm Reich con su paciente Annie Pink, así también la relación terapéutica de Frieda Reichman y Erich Fromm terminó en casamiento.[44]
En el contexto queda claro el lugar de Rado y Reich –los analistas- que se casaron con sus pacientes; cuando llega al caso de Fromm ubica el casamiento como término del mismo, y en efecto, la experiencia parece indicar que en esos casos el análisis no puede continuar. Sin embargo, en este caso, el psicoanálisis continuó pues Fromm lo conoció “a través de Frieda Reichmann” y allí decidió dedicarse a su práctica como psicoanalista, mientras continuaba su análisis con el Dr. Wilhelm Wittenberg, luego con Karl Landauer y por último con Hanns Sachs. Curas donde carecemos de datos para establecer si la decisión tomada, en su primer análisis, de instalarse como psicoanalista, haya sido un tema abordado y, si lo fue, tampoco hay elementos para establecer si Fromm asoció el casamiento con esa decisión.
Volvamos a Frieda Reichmann, psicoanalista egresada del Instituto de Berlín, donde tomó su análisis didáctico con Hanns Sachs, en 1923. En 1924 ella abrió un sanatorio en Heildelberg: “sanatorio que era una especie de pensionado y de hotel judeo-psicoanalítico”, de acuerdo a la imagen transmitida por los asistentes. Un lugar condensado: sanatorio-pensionado-consultorio-¿sinagoga?, allí regían de manera estricta las leyes de la alimentación de la ortodoxia…judía, o sea, kosher, sólo kosher y nada más que kosher; más allá, prohibido estaba el embutido de cerdo.
Los visitantes a ese sanatorio tenían como condición para ser aceptados “pasar por un psicoanálisis”; así, al acompañar a una paciente de Frieda, Golde Ginsburg –una anterior prometida de Erich-, Fromm comienza su análisis con Reichmann. La acción de mostrar –actuación de Fromm en el transcurso de su toranálisis o torapeuticum con Reichman- hace nudo con la ruptura con su maestro rabínico. Es necesario precisar entonces que el acto de casarse con su analista es un paso más allá. No es lo mismo mostrar que realizar un acto. Además, en la experiencia analítica nada obliga a interponer una muralla china entre el acting-out y el acto de casarse.
En el estado actual de nuestro trabajo se puede sostener que E. Fromm llega al acto de casamiento por la vía de su actuación (una trasferencia sin análisis); actuación que encuentra una mano que sale a su encuentro: su analista que hace ante la actuación un acto al casarse con él el 16 de junio de 1926. Esta respuesta de Reichman fue seguida por una disertación en público, sobre el ritual de las comidas judías, Das jüdische Speiseritual (Berlín, diciembre 1926, publicado en Imago, 13, 1927).
R. Funk informa que Erich y Frieda abandonaron juntos “la praxis religiosa orientada según la ortodoxia judía”; y luego subraya que en la primera publicación de Fromm, Der Sabbath, “testimonia tal como la contribución de su mujer sobre el ritual de comidas judío- sobre los ‘efectos’ del psicoanálisis”.[45]Funk escribe un “tal como”, y entonces, la contribución de la mujer de Fromm se limita al ritual de las comidas judías; el resto de la frase tiene uno ‘efectos’ entrecomillados que recaen sobre el psicoanálisis. Si se tratara sólo de atribuir esta escritura a la edición castellana –de una calidad pésima- hemos de recordar que en el sanatorio fundado por Frieda Reichmann: “antes de cada comida, se leían y discutían breves trozos de la Biblia y otros libros de la Sabiduría: después de las comidas se discutían los problemas y las dificultades surgidos en la vida comunitaria. El sabat se celebraba de modo especialmente festivo”, de acuerdo al texto de Angelika Schönhagen: Frieda Fromm-Reichmann, Leben und Werk(1980).[46]
Nuevamente los avatares del significante nos vuelven a sorprender. La práctica analítica de Reichman se presentó alejada de la ortodoxiay estaba caracterizada desde su inicio por el tratamiento de sujetos psicóticos, esquizofrénicos en particular. El lector tomará en cuenta su audacia en la clínica que fundó en Heildelberg; allí los analizantes tanto aquellos que recibían tratamiento ambulatorio como los internos formaban una comunidad. Ella establecía una diferencia entre los que deambulaban y los internos, sin embargo al mismo tiempo los reunía en una como unidad; E. Fromm, ¿a qué sector de la misma pertenecía? Quizás no sea necesario responder si acordamos con Lacan que “ser psicótico es creerse una neurosis”, y que “sólo los psicóticos con síntomas neuróticos tienen la audacia de hacer un psicoanálisis”, afirmaciones producidas luego de más de treinta años de experiencia.
Tenemos otro elemento a tomar en cuenta, de acuerdo a G. Reichmann, una alumna de Frieda, ésta era:
… amada a la vez que temida por sus alumnos. Era amada por su calidez, penetración y empatía respecto de todos, temida por sus agudas observaciones de las reacciones transferenciales neuróticas de los candidatos a psicoanalistas era su trabajo con los pacientes.
Funk, luego de darnos este testimonio, escribe: “la asociación de calidez y empatía por un lado, y de talento intelectual por otro vuelve comprensible el poder de atracción y deslumbramiento que tuvo sobre pacientes y alumnos y también sobre Fromm”. No podemos más que constatar otra vez el desconocimiento que su “comprensión” impone, dado que olvida que eso fue lo que produjo en Frieda su paciente Erich. Ella dio una respuesta poco ortodoxa a la trasferencia, una respuesta ¿salvaje? Por su carácter de apresurada, una respuesta ¿divertida? La topología del amor es como una mano que tendida hacia una flor ve salir de la flor una mano que viene a su encuentro. La respuesta de Reichman ante el apremio de su paciente arroja luz sobre un accidente amoroso en el transcurso de una cura, no podría ser de otro modo tratándose de una experiencia organizada por el amor de transferencia, pues proviniendo del amor, su adjetivo “de trasferencia” no le quita poder. Quién juega con fuego, como señaló Freud, está advertido que puede quemarse. Y en esta situación F. Reichman respondió con un valor agregado a la trasferencia (más-iva) de su paciente, valor que los condujo a la interrupción de ese análisis.
Algunos años después de la boda y consumado el divorcio legal, Frieda Fromm-Reichman hace otro pasaje al acto advertido, advertido de sus consecuencias. En mayo de 1939 presentó en la reunión anual de la American Psychoanalytic Association, en Chicago,[47]un trabajo titulado: Problemas de la trasferencia en los esquizofrénicos. La exposición comenzaba así:
La mayoría de los autores psicoanalíticos sostienen que no se puede tratar psicoanalíticamente a los pacientes esquizofrénicos, pues son demasiado narcisistas como para entablar con el psicoterapeuta una relación interpersonal que sea suficientemente confiable y consecuente para la tarea psicoanalítica. Freud, Fenichel y otros autores se han percatado de que para que los analistas puedan trabajar con psicóticos debe encontrarse una nueva técnica para aproximarse psicoanalíticamente a los pacientes. La técnica que utilizamos con los psicóticos es diferente de nuestro enfoque de los psiconeuróticos. Esto no es el resultado de la incapacidad del esquizofrénico para establecer una relación personal consistente con el terapeuta, sino que se debe a sus reacciones transferenciales extremadamente intensas y sensibles.[48]
Se trata de un acto advertido de sus consecuencias, de ahí que ella se apoya en Freud para exponer su nuevo abordaje a condición de minimizar las elaboraciones del profesor que impedían el tratamiento de esos mismos padecimientos.[49]Un deslizamiento que tiene un costo; Frieda Fromm-Reichman abandona el uso del término psicoanálisis para su práctica e introduce el término de psicoterapia, misma con el que será conocida su contribución al tratamiento de la psicosis. El hecho es paradójico: mientras abandona el nombre de “psicoanalítica” para su práctica, despliega una actividad con pacientes esquizofrénicos fundada con el núcleo mismo del psicoanálisis: la transferencia.
El acto desarrollado por Frieda Fromm-Reichmann dejó al descubierto las dificultades que afronta una salida de la ortodoxia; esa salida no es algo a esgrimir –por parte del analista- como una consigna: “Combatir la ortodoxia”, pues la ortodoxia –en este caso- es uno de los nombres del sujeto-supuesto-saber, piedra fundamental de la transferencia. Sin embargo convengamos que para ella el acto tuvo un valor resolutorio, a nivel subjetivo, a grado tal que luego no encontramos, hasta el momento, el término ortodoxia–salvo el artículo de 1927- en ningún otro texto firmado por ella. Además, el cambio producido en su apellido, pasaje de Frieda Reichmann a Frieda Fromm-Reichmann puede leerse como el impacto de esa subjetivación; pese al divorcio civil (1940) retiene ese apellido, y más aún, son pocas las personas que asocian el componente Fromm del apellido con Erich Fromm. En efecto, ella se quedó con algo de su paciente. Se produjo una inversión: fue la “psicoanalista” quien separó del paciente un objeto; un objeto, el apellido, cargado libidinalmente para ella. Del lado del paciente ¿qué efectos produjo esta inversión? ¿qué consecuencias resultaron de esto? Esta inversión ¿produjo algún efecto en E. Fromm como psicoanalista?
QUINTO: UN REAL EN BUSCA DE DESTINO
Entre los efectos del incidente sobre E. Fromm como psicoanalista pueden señalarse dos: 1.- Fromm decide durante su primer análisis –con ¿Frieda Reichman?/¿Frieda Fromm-Reichman?/¿con ambas?-[50]dedicarse al ejercicio del psicoanálisis; 2.- en sus escritos mantiene con elevada frecuencia la reiteración del significante ortodoxia, un tema que él no abandonó. Luego del incidente por las objeciones de K. Landauer, Fromm es “derivado” a otro analista: el Dr. Wilhelm Wittenberg; luego siguió un período con Karl Landauer, para llegar por último con Hanns Sachs. No conocemos el tenor de la intervención de K. Landauer, sólo sabemos de sus efectos: la pareja psicoanalista-paciente se separa. Fromm comienza su deriva. El “accidente” o la “resolución”[51]en su análisis con Frieda Reichmann dejó inconclusa la labor subjetiva de Fromm ante la ortodoxia; las articulaciones de ese significante para él comienzan con la ruptura con el Dr. Rabinkow, su maestro, rabino del judaísmo jasídico. Esa ruptura no es ajena al acting-out del embutido de cerdo.
El camino para esa subjetivación se presentó complicado para Fromm, pues a partir del casamiento con Frieda comienza su derivación¿Nos daremos cuenta de la enormidad de ese término “derivar”: algo que flota en la corriente sin arribar al puerto o a la playa en más de una ocasión? Aquí viene a la memoria la imagen de la botella en el mar conteniendo un mensaje que no regresa a su emisor pues no encuentra al receptor. Esa deriva parece detenerse, en forma provisoria, cuatro años después del casamiento, cuando acaba la convivencia armónica entre los miembros de la pareja, y Fromm inicia su última experiencia analítica con Hans Sachs. A Fromm sólo le quedó como camino el psicoanálisis para hablar de esa situación. Un caso particular de “analizante en extensión”. Y de eso habló desde su posición de analista, la disyunción entre verdad y saber quedó en souffrance, o mejor dicho, sufrida. Veamos.
A fines de los años cincuenta, Fromm es descubierto en San José Purúa por el Dr. González Enríquez, quien lo invita a dar un seminario en la ciudad de México. De acuerdo con Jorge Derbez el tema causaría conmoción entre los asistentes:
De El lenguaje olvidado expone ante nosotros –alborozados, sorprendidos- la reinterpretación del Edipo, mito matriarcal, conflicto de autoridad: el verdadero drama de Joseph K., el personaje de El proceso, de Kafka; el sentido de los mitos de la creación, las diversas maneras de interpretación de los sueños. El Dr. Fromm nos cautiva de inmediato por su calidad humana, por su espíritu científico, por su claridad didáctica.[52]
Notemos el impacto subjetivo, la seducción que ejerce sobre su público, y subrayemos uno de los temas: la reinterpretación del Edipo, mito matriarcal. El lector tomará en cuenta que Fromm tenía como guía las formulaciones de Bachofen en su libro Das Mutterrecht (El matriarcado) publicado en 1861. De esa guía Fromm obtiene algunos elementos para sus formulaciones; citaré dos relativas al seminario que desarrollaba en México.
Respecto de Edipo:
Analizando la trilogía de Edipo se ve que su tema principal es la lucha contra la autoridad paterna y que las raíces de esa lucha van hasta la antigua lidia entre los sistemas sociales del matriarcado y el patriarcado.
De allí extrae el lugar que ocupa Edipo:
Edipo, lo mismo que Hemón y Antígona, representa el principio del matriarcado; los tres atacan un orden social y religioso basado en el poder y los privilegios del padre, representado por Layo y Creón.[53]
En ese texto, El lenguaje olvidado, tenemos la posibilidad de leer, antes de la introducción, una frase del Talmud:
Un sueño que no ha sido comprendido es como una carta que no ha sido abierta (A dream which is not understood is like a letter which is not opened).
Luego, en la introducción, leemos la mismacita pero distinta:
Los sueños que no han sido interpretados son como cartas que no han sido abiertas (Dreams which are not interpreted are like letters which have not been opened).
Las diferencias entre ellas son dos: a.- Pasaje del singular al plural, en la primera es un sueño, en la segunda escribe los sueños; de una carta se pasa a las cartas; b.- La primera cita introduce el significante understood(comprendido), en la segunda aparece el significante interpreted (interpretados). Leamos ahora la consecuencia que saca Fromm del último de los párrafos citados:
Sueños y mitos son, verdaderamente, importantes mensajes que nos enviamos a nosotros mismos. Si no entendemos el lenguaje en el que están escritos, dejaremos de enterarnos de muchas cosas que sabemos y nos decimos en esas horas en las que no estamos ocupados manejando el mundo exterior.[54]
Dado que son sus conclusiones, tomamos las mismas al pie de la letra: No es que de ese “saber” Fromm no entendiera algo, sino que de ese saber no quería entender nada. El inconsciente es ese capítulo de la historia marcado por un blanco, un capítulo censurado[55]y que en ese caso la experiencia indica que algo de esa verdad puede ser reencontrado, proponemos leer sus conclusiones como la respuesta del autor al acto fallido, al error de escritura revelado por la diferencia entre las dos citas, diferencias que nos permite catalogar a ese error de acto fallido mayúsculo. El acento de mayúsculo está presente en el pasaje del singular al plural de las cartas -¿ortodoxia, acting-out, casamiento qué papel juegan en esa variación?-; el cambio de “comprendido” a “interpretado” o de “interpretado” a “comprendido”. Ese pasaje apunta a un lugar y a una manera donde aparece un fragmento de la verdad. Veamos de qué se trata.
IN SEXTO: LA ALUCINACIÓN NEGATIVA, UN ESTILO DE LECTURA
El fragmento de verdad subjetiva se revelará mediante un estilo discursivo que proponemos llamar: alucinación negativa, un estilo de lectura, descrito por Freud.
Unos días después de la muerte de su padre se llamó a un médico; ella lo ignoró absolutamente, como a todos los extraños, mientras yo le hacía demostración de todas sus rarezas…el médico procuraba meter basa, hacérsele notable; en vano. Era la verdadera “alucinación negativa”…en sus ausencias alucinatorias proliferaban figuras terroríficas.[56]
Y luego en otro texto, precisa:
…según la queja de la muchacha poseía el don de la ‘alucinación negativa’, o sea el arte de no ver ni reconocer a las personas aunque estuvieran presentes.[57]
La alucinación negativa –no carece de parentesco con el síndrome de Cotard-, abre las puertas para acercarnos a la posición subjetiva de Erich Fromm cuando leía a Freud. El estilo es el hombre, el hombre al que nos dirigimos. El estilo de la alucinación negativa se despliega en los textos doctrinarios del psicoanálisis “humanista”. En este punto un lector crítico tendría condiciones para hacer una objeción pues la alucinación negativa fue y es descripta como un fenómeno perceptivo, ¿cómo señalar su presencia en los escritos de Fromm? Tomo la crítica y sigo sus consecuencias. Si es así, por su estilo en un texto, es posible dar cuenta de fenómenos que se presentan como perceptivos, llamo en mi defensa al conjunto del saber acumulado en el terreno de la psiquiatría clásica: ensalada de palabras, esquizografías, esquizofasias, escritos inspirados,[58]lengua fundamental, escritura automática, estereotipos, lenguajes neológicos, etc.; allí tenemos un terreno para avanzar en el estudio de fenómenos que tienen una presentación del orden perceptivo, y sin embargo, una lectura orientada por el ternario lacaniano de real-simbólico e imaginario estaría en condiciones de subvertir su carácter perceptivo.[59]
Abordar ese fenómeno por el sesgo de la percepción es fallar en el blanco y al mismo tiempo se cierra el acceso al tema para el psicoanalista. Reconocemos el abordaje clásico de Esquirol, para él “la alucinación es una percepción sin objeto”. Sin embargo la obra de la psiquiatría clásica no se detuvo allí, así es posible localizar los textos de J. Seglas: Les troubles du langage chez les aliénés (1892); Pathogénie et physiologie pathologique de l’hallucination de l’ouïe (1897), así como su colaboración en el Traité de pathologie mentale (1903). Este autor reformuló el campo de estudio de las alucinaciones cuando desplazó el fenómeno del campo perceptivo al territorio del lenguaje, desplazamiento provocado por los avances de la neurología de su época sobre las afasias. Este cambio de ubicación le permite escribir lo siguiente sobre las experiencias vividas como perceptivas:
tan extraño como esto pueda parecer en un primer acercamiento, estos son en realidad, y estas alucinaciones en definitiva no son, como nosotros los hemos visto, más que alucinaciones verbales motrices…
G. Lanteri-Laura –por su trabajo nos hemos guiado en estas líneas- concluye lo siguiente: “Venimos de analizar en detalle, gracias al ejemplo proporcionado por los trabajos de J. Seglas, que a partir del momento donde el modelo de las afasias ha suplantado a otros y hace de las alucinaciones un grupo de fenómenos médicamente pensables por referencia a una importante adquisición de la neurología [el estudio de las afasias]…; se trataría ya no de una percepción sin objeto sino de la irrupción innegable del lenguaje viniendo de otro lado”. Seglas estudia la alucinación como un efecto de alienación –ajenidad- que sufre el enfermo frente al lenguaje, y entonces, escucha su voz como ajena, como exterior a él.[60]Lacan obtuvo enseñanzas de esa psiquiatría de la que fue contemporáneo y participó activamente. Él comenta una intervención de Jean Hyppolite, referida a la alucinación del “Hombre de los lobos”, por la vía la escritura acercando el fenómeno al palimpsesto imaginario cuando: “El texto interrumpiéndose deja al desnudo el soporte de la reminiscencia” (Escritos 1, p. 376). También es justo señalar que aún el psicoanálisis se enfrenta a un terreno sin explorar, una terra incognita, constituida por el amplio campo que las alucinaciones recubren.
Ahora vayamos al estilo de la alucinación negativa practicado por E. Fromm, en uno de sus textos doctrinarios, mismo que fue el tema de su primer seminario en México. En El lenguaje olvidado al exponer su posición ante el complejo de Edipo, comienza por poner en tela de juicio –invirtiendo-[61]los desarrollos de Freud –el hombre al que constantemente se dirige- de la siguiente forma:
Si la interpretación de Freud fuera correcta, el mito tendría que decirnos que Edipo conoce a Yocasta sin saber que es su madre, se enamora de ella y luego mata a su padre, también sin saber que lo es. Pero el mito no dice en ninguna parte que Edipo se sienta atraído por Yocasta o se enamore de ella. La única razón que nos dan del matrimonio de Edipo con Yocasta es la de que ésta forma parte del premio, junto con el trono.[62]
Esta es la lectura que hace Fromm del texto de Sófocles y de las interpretaciones de Freud, subrayo que su lectura se organiza a partir de exigirle al mito una formulación luego como no contiene la formulación que él le solicita deduce que la interpretación de Freud no es correcta. Dejaré de lado el problema de la corrección o no del trabajo de Freud sobre el complejo de Edipo –corrección que M. Klein, Lacan y otros analistas cuestionaron- sólo me interesa subrayar el método de las críticas lanzadas por Fromm. La lectura de Fromm se inspira en Sófocles y deja de lado la construcción[63]freudiana del mito, llamado después de cierto tiempo “complejo de edipo”. Esa equivalencia le juega una mala pasada, pues de Sófocles a Freud media la distancia signada por la invención del psicoanálisis, lo que hace de cada una de ellas no sólo versiones distintas sino que ocupan lugares en estructuras diferentes. Sin embargo, al leer a Sófocles, quizás suponiendo que leía a Freud, su método pasa por alto, no ve, mejor dicho, no lee un párrafo entero de la obra comentada. Se trata de la respuesta de Yocasta a un temor de Edipo:
Edipo: ¿Y cómo no temer al lecho de mi madre?
Yocasta: ¿Por qué ha de estar sujeto a miedo el hombre, que es gobernado por los casos del azar y no tiene presciencia clara de ninguna cosa? Mejor es vivir a la ventura, como cada uno pueda. Tu no temas a la boda con tu madre; son muchos los que en sueños se han unido a su madre…[64]
La convicción de Fromm no podía verse afectada pues su lectura de Sófocles leía de una manera negativa aquello que contradecía su hipótesis. Y al mismo tiempo, esto es el nudo del asunto, su método[65]de lectura es víctima de las condiciones que él critica. Fromm prosigue:
Pero estamos al menos en condiciones de formular una hipótesis, a saber, que el mito puede ser entendido no como un símbolo del amor incestuoso entre madre e hijo, sino en la rebelión del hijo contra la autoridad del padre en la familia patriarcal; que el matrimonio de Edipo y Yocasta no es más que un elemento secundario, uno de los símbolos de la victoria del hijo, que toma el lugar del padre y con él todas sus prerrogativas.[66]
El curso de su trabajo continúa con el análisis de Edipo rey, Edipo en Colona, Antígona y escribe lo siguiente:
Vemos que el tema común de las tres tragedias es el conflicto de padres e hijos. En Edipo rey Edipo mata a su padre Layo, que había tratado de eliminar al niño. En Edipo en Colona Edipo da rienda suelta a su intenso odio hacia sus hijos, y en Antígona encontramos el mismo odio entre Creón y Hemón. El problema del incesto no existe ni en las relaciones de los hijos de Edipo con su madre, ni en las Hermón con la suya, Eurídice. Interpretando Edipo rey a la luz de toda la trilogía, parece plausible suponer que también en Edipo rey el tema es el conflicto de padre e hijo, y no el problema del incesto.[67]
¿De qué habla esta alucinación negativa? En primer lugar, Fromm acepta el papel de la rivalidad entre el hijo y el padre; esa rivalidad constituye el núcleo imaginario del complejo de Edipo fabricado por Freud; en segundo lugar Fromm invierte los postulados de Freud, así Jorge Derbez afirma que en el seminario de San José Purúa se presentaba una “reinterpretación del Edipo, mito matriarcal”. La inversión no lo saca de la estructura donde está inserto; en tercer lugar excluye el incesto (“El problema del incesto no existe”) y con ello el real de la sexualidad. Fromm se guía por Bachofen y sin embargo deja de lado una observación del etnólogo alemán.
En efecto, por su trabajo, Bachofen descubre, por lo menos, tres figuras de la dominación asociadas con las mujeres y la madre: a) el estado hetáirico, gestado por el caos de las marismas lujuriosas, hecho de relaciones múltiples y caprichosas entre la mujer y los hombres, donde el principio femenino domina y el padre es nadie; b) el estado demeteriano originado en las sociedades de las amazonas, que instaura un régimen ginecocrático, allí el padre y el marido están bajo el dominio de la mujer; c) y por último, el estado patriarcal o apolíneo, donde se corrompe el matriarcado en formas amazónicas o dionisíacas.[68]¿A cuál de estos estados corresponde “el Edipo, mito matriarcal” que Fromm abordaba en su seminario?
El texto de Fromm (El lenguaje olvidado) deja ver fragmentos de una verdad, en souffrance, sobre los efectos de un cercenamiento de su relación con la ortodoxia, un cercenamiento producido por el cruce de un elemento real –la ruptura con el rabino Rabinkow- y un elemento simbólico, el significante ortodoxia. Ese cruce no incluyó el elemento imaginario –la escena del embutido; esa carencia emergió sin que Fromm estuviese en condiciones de verlo, por el sesgo de la transferencia –ahí se produce el pasaje al acto de su analista- y quizás subjetivar un elemento de la suposición que jugaba allí. Se trata de un lenguaje olvidado demasiado presente. Un real que, parece, no fue puesto en juego en sus otras curas analíticas, sin lograr con él constituir un saber. Luego de su análisis con H. Sachs, Fromm quien ya ejercía el psicoanálisis, abandona públicamente la teoría de la libido de Freud y la práctica del diván, pasa al cara a cara.[69]
SÉPTIMO: ¡OTRA VEZ! PROBLEMAS EN LA TRASFERENCIA
El abandono de la “teoría de la libido” le cuesta a Fromm el alejamiento de la Escuela de Frankfurt, misma donde había obtenido una cordial bienvenida como representante del psicoanálisis. Al respecto resulta interesante leer las críticas de Horkheimer, en 1942, y luego de Adorno, en 1946.[70]Críticas que las articulaciones frommianas no encontraron, de manera tan razonada, en el campo del psicoanálisis freudiano. Señalemos que los componentes risueños de la energética freudiana no tienen más fundamento que eso, su carácter risueño, sin embargo, Fromm pasa de la risa al registro trágico: nos ofrece una vía de amor vaciada del deseo. El deseo es uno de los nombres que la libido sólo encontrará en Lacan.
Ese abandono está anudado a otros abandonos: el diván y la trasferencia. Comencemos por el diván ¿cuáles son sus razones para abandonar el uso del diván? En 1979, al escribir sobre la trasferencia, nos relata una experiencia:
Toda la constelación del analista silencioso, pretendidamente desconocido, que ni siquiera se supone que debe contestar a una pregunta, y su posición, sentado detrás del analizado (el volver la cabeza para echar una mirada de frente al analista es algo que prácticamente se considera tabú), en realidad da por resultado que durante la hora el analizado se sienta como un niñito. Ya que ¿acaso hay otra parte donde la persona adulta se halle en tal postura de pasividad, en la que todas las prerrogativas se hallan del lado del analista, y al analizado se le obliga a expresarle a un fantasma, sus pensamientos y sentimientos más íntimos, y esto no como acto voluntario, sino como una obligación moral que éste acepta no bien conviene en ser un paciente analítico? Desde el punto de vista de Freud, esta infantilización del analizado es perfectamente conveniente, puesto que la intención principal radica en descubrir o reconstruir su niñez temprana.[71]
Aquí Fromm pega en el blanco; en efecto, es pertinente su mofa de esa imagen de la práctica analítica. Su agudeza crítica cobra más valor pues pone de relieve un elemento ausente en esa imagen (imagen que goza de prestigio en los manuales de psicoanálisis y en los mass-media). El gran ausente es la práctica del análisis; basta recorrer algunos testimonios de los pacientes de Freud para encontrar una soltura y una movilidad del psicoanalista que ofrece otra imagen. Así Freud en la puerta de su consultorio, de pie, cara a cara con un paciente, T. Reik, que terminaba su última sesión, antes de partir a los EEUU, le dice: “No me imaginaba que su yo fuese tan débil”. Por otro lado Fromm incluye un elemento que no se sostiene, salvo para él: “Desde el punto de vista de Freud, esta infantilización”. Esa afirmación carece de sostén textual, es supuesta a un texto. Basta recorrer la obra de Freud para constatar la ausencia del término “infantilización” articulado con el término “transferencia”. Sin embargo, Fromm junto con otros analistas freudianos, suponen ese saber a Freud. Esa suposición permite una formulación del a trasferencia, en términos de estrategia de poder: “¿acaso hay otra parte donde la persona adulta se halle en tal postura de pasividad, en la que todas las prerrogativas se hallan del lado del analista, y al analizado se le obliga a expresarle a un fantasma sus pensamientos y sentimientos más íntimos”. Esta posición se sostiene a partir de conservar intacto al sujeto supuesto saber: Freud en la ocasión. Si el analista reduce la transferencia a una estrategia de poder, ¿cómo explicar que haya analizantes cuyas transformaciones subjetivas culminan en la terminación de su cura?
Es en este texto crítico donde Fromm –en una cita a pie de página- informa de su abandono del diván y el pasaje al cara a cara, junto con ello da sus razones para tener dificultades ante las manifestaciones del amor de transferencia:
Algunos de mis maestros del Instituto de Berlín se echaban pequeñas siestas durante el análisis y hablaban de ellos sin tapujos. Otros pretendían que durante la siestecita habían tenido un sueño acerca del analizado que les daba mayor discernimiento que si hubieran escuchado…Estos adormilamientos eran harto naturales. Por experiencia propia durante los años en que analicé según la técnica de Freud, sé lo terriblemente fatigoso que me era estar sentado detrás del analizado, sin ningún contacto con el o la paciente y escuchando a la voz monótona e incesante, que por nada debía interrumpir. De hecho, fue ese aburrimiento el que convirtió en tan insoportable la situación, que comencé a cambiar la técnica.[72]
El testimonio es su experiencia en el Instituto de Berlín, allí se comenzó a estandarizar la formación del analista en un análisis didáctico. Compartimos con Fromm un punto de una de sus conclusiones .debía ser toda una ardua tarea –para el paciente- estar sosteniendo un diálogo cinco o seis días por semana, durante cuarenta y cinco o cincuenta minutos. También debía ser bastante molesto, arduo y fastidioso, -para el analista- estar obligado a tener que sostener ese estándar en todos los casos, o en todas las sesiones de un mismo caso. La “misma” tarea para todos sin distingos; “misma”, pues analizante y analista son elementos del procedimiento analítico, sin embargo pese a estar juntos, por suerte para el analizante, no están revueltos, al menos eso es lo que se espera del analista. La posición de Fromm hace surgir preguntas. ¿Basta con hacer eso cara a cara para que la situación cambie? Si los pacientes hacían tamaño esfuerzo, ¿qué nos impide tomar ese esfuerzo como la medida fuera de patrón que puede adquirir en tal o cual caso la trasferencia?
Fromm, como psicoanalista sólo extrae una consecuencia de “su” aburrimiento: se aburre con todos. Notemos que la escena no deja de ser chusca: si a un niño se le narra de manera reiterada, continua y monótona un cuento, se duerme; incluso es un método que ellos, en ocasiones, buscan obtener de sus padres. Fromm no aceptaba esos “adormitamientos harto naturales”, aceptarlo sería tanto como localizar la “infantilización” del lado de él: su lugar de analista. Por último, de nuevo la ortodoxia le juega una mala pasada, ¿cuál es el motivo para descartar que una “siestecita” no sea una forma –como tantas otras- de intervención del analista en tal o cual caso? Más aún, ¿por qué deberíamos descartar de entrada que el analista se duerma y sueñe durante el transcurso de una sesión? Ese sueño podría tener una indicación del caso en curso, o aún más, el caso podría suscitarlo. Para aceptar esto es necesario dejar de lado la “ortodoxia” freudiana, e incluso la indicación de Freud en La interpretación de los sueños, pues él no admitía la producción de elementos nuevos en el sueño, para Freud siempre traen el mensaje de un deseo sexual del pasado. Incluso en ese mismo texto Freud dice que los sueños protegen el dormir, mientras se sueña el soñante sigue durmiendo, a decir verdad, esa fue su experiencia del sueño y el dormir, la clínica nos enseña muchos casos, Lacan entre otros, donde el sueño hace despertar al soñante.
OCTAVO: LOS LÍMITES DE UNA EXPERIENCIA
La posición en que lo dejó el acting-outes una posición de ceguera donde él no podía verse pues no tenía a su alcance una imagen, recordemos que un actor puede estar bajo la mirada de alguien y sin embargo no se ve en la escena, es el público quien lo ve. Esa actuación en el real de su análisis le provocó un sueño incomprensible, y lo sumió en un estado de duermevela, entre el sueño y la vigilia, sin posibilidad de abrir una carta durante toda su vida. En esa experiencia Fromm se encontró sometido a un límite que no encontró subjetivación en ninguno de sus intentos de análisis posteriores, al menos en los testimonios que él nos dejó. Conviene remarcar que Fromm no se resistía al análisis, al contrario, lo buscaba y lo siguió buscando en sus posiciones como psicoanalista. Se veía obligado a escribir como analizantes en intensión cuando ocupaba el lugar de analista en extensión. La combinación del acting-out con el acto de casarse, tomado por el lado de Fromm –en ese momento era un analizante de F. Reichmann- parece decirnos que no era eso –casarse- de lo que se trataba sino de otra cosa, la ortodoxia: una opinión recta, que en teología subraya la conformidad con el dogma de una religión.
En efecto, en esas posiciones se seguía dirigiendo a alguien, que en ese momento sólo podía reiterar una dificultad: Fromm se dirigía a Freud, en efigie, dado que la muerte del profesor cerró todo camino a la presencia.[73]A partir de allí el único camino que le quedó fue la crítica, el reproche y el amor hacia los postulados de aquellos elementos que en la obra freudiana revelaban a la persona de Freud.
La pasión amorosa no careció de consecuencias en la cogida que el público brindó y brinda a las posiciones de Fromm. Si el teatro de Shakespeare se mantiene por los fragmentos de verdad contenidos en él, ¿quién puede poner en tela de juicio que algo de la verdad es trasmitida por la obra frommiana? El impacto de la obra de Fromm trascendió con creces las fronteras de México. Mientras ella carece de importancia doctrinaria para los analistas, su aceptación por el gran público se revela cuando la principal casa editora de textos psicoanalíticos de Argentina, edita y reedita de manera constante sus obras. En México se sostiene que se trata de un fenómeno “típico del D.F.”[74]Una breve investigación demostró la importancia como vía de acceso al psicoanálisis que juegan los textos de Fromm, amén de un hecho insólito, más específico de nuestras tierras: no pocos psicoanalistas ortodoxos de la Asociación Psicoanalítica mexicana o de sus filiales locales hablan del psicoanálisis siguiendo el estilo de Fromm.
Estos elementos corroboran una hipótesis: Erich Fromm, hoy día es uno de los nombres de un síntoma que aqueja al psicoanálisis. Ese síntoma está asentado en el lugar del analista y seguirá allí si seguimos sosteniendo ciertos postulados de Freud que están en el origen del mismo: la trasferencia como repetición y el autoanálisis como desembocadura de la cura. El autoanálisis es una de las fuentes mayores de la crisis de fundamentos de nuestra práctica, pues convengamos que hacer un análisis para luego continuarlo de por vida en un autoanálisis sólo puede fomentar el alejamiento del psicoanálisis.
La experiencia de Erich Fromm nos transmite elementos de la práctica y de la experiencia freudiana del psicoanálisis. Esos fragmentos nos permiten ilustran algunos de los componentes originarios del psicoanálisis. Esa experiencia de Fromm permite precisar el hilo organizador de las enseñanzas de Lacan: desplazar los problemas en la cura del analizante a las posiciones ante la transferencia del analista. ¿Cuáles son las razones de ese desplazamiento?
En primer lugar, la obra de invención del psicoanálisis y muchos otros avances de la doctrina analítica se deben a la actividad del analizante: “El psicoanálisis depende de aquel que debe ser llamado psicoanalizante: Freud el primero en la ocasión, demostrando que pueden concentrar en él la totalidad de la experiencia.”[75]En segundo lugar, la definición del analista por el costado del analizante permite el procedimiento de la cura pero obscurece las razones del analista para producir tal o cual intervención cuando está concernido por el lugar que ocupa. Y en tercer lugar, dado que los análisis, en más de una ocasión, tienen una conclusión donde el analista queda como resto y es destituido, Lacan retoma el interrogante sobre la función del analista y el hecho de que haya sujetos dispuestos a ejercerla pese a que ella implica “que…a él [al psicoanalista] le corresponde perder allí el agalma”.[76]
La experiencia de Erich Fromm nos revela una situación donde ese hallazgo de Lacan –la pérdida del agalma del costado del analista- se constata pero invertido dado que durante su primera experiencia analítica a Fromm, su analista –Frieda Reichmann- le toma el nombre y se lo queda ella –Frieda Fromm-Reichmann-. Hemos llegado al fin de nuestro recorrido, no es posible encontrar en el psicoanálisis lo mejor, pues como lo informa el refrán “Lo mejor es enemigo de lo bueno”. Tanto lo “bueno” como lo “mejor” ante una experiencia concreta presionan para dejar de lado las enseñanzas que de ella se obtienen. En psicoanálisis no hay necesidad de defender ninguna verdad última. Cada verdad sólo se encuentra con el límite del no-todo es posible. Algunas de las precisiones efectuadas por Lacan, algunos fundamentos que él nos transmitió no resuelven el problema, a veces sólo logran demostrar la compleja estructura que interviene en tal o cual suceso analítico. En este caso hemos recorrido los avatares de una no-efectuación de la destitución subjetiva.
El recorrido por estos avatares revela que los fines de análisis se producen de una forma distinta de lo que se esperaba, cada fin tiene la forma que el analizante encuentra, en ese punto “Los de afuera son de palo”. ¿Acaso esas formas ponen en tela de juicio algunos de esos fines? Cada experiencia responde diciendo que se trató de otra cosa, allí se abre la vía para abordar una cuestión que está más allá de ese fin: el a punto de acto que puede alcanzar un acto advertido donde el analizante pasa a la posición de analista dotado de sus razones necesarias y suficientes.
Tlalpan, febrero, 1995.
[1]Claude Lévi-Strauss, “Estados alterados”, Cultura, El Nacional, México, DF., 13/11/1993. Es la traducción de un texto publicado en Il corriere de la Sera, tanto el título como los encabezados están promovidos por la falta de consistencia de las argumentaciones expuestas; una ausencia que contrasta con la solidez de los trabajos de C. Lévi-Strauss.
[2]Tres reglas fundamentales para Freud: la “asociación libre”, la “atención flotante”, y el “someterse al procedimiento analítico”, esta última dirigida en exclusiva al “psicoanalista”.
[3]CFR. Antoine Compagnon, La seconde main ou le travail de la citation, Seuil, Paris, 1979.
[4]De este texto hay dos versiones, la primera tal cual fue enunciada por Lacan publicada en Ornicar?, 1 Petrel, Madrid, y otra, la 2da. publicada en Scilicet, 1, Paris, Seuil, 1968.
[6]Jacques Lacan, Psicoanálisis, Radiofonía y Televisión, Anagrama, Barcelona, 1977, pp. 97-98. El subrayado es de Lacan. Notemos que se define la función a partir del analizante.
[7]Cf.: Octavio Paz, Un más allá erótico: Sade, Ed. Vuelta, México, 1993, pp. 36-37.
[8]Martín Jay, La imaginación dialéctica –una historia de la Escuela de Frankfurt-, Taurus, Madrid, 1989, pp. 156-157. De aquí en adelante, cuando no se cite un texto en su lengua original, el lector tendrá en cuenta que se trata de traducciones publicadas en nuestra lengua.
[9]Phyllis Grosskurth, Melanie Klein, son monde et son oeuvre, PUF, Paris, 1990, p. 454.
[10]Sigmund Freud, “De la historia de una neurosis infantil (el “Hombre de los Lobos”)”, en Obras completas, Amorrortu, Bs.As., 1979, Vol. XVI, p. 4.
[11]S. Freud, en “Conferencias de introducción al psicoanálisis” (1916-17 [1915-17]) escribió: “No puedo anticiparles, desde luego, lo que ustedes obtendrán de mis comunicaciones en cuanto a comprensión del psicoanálisis, pero algo puede asegurarles: oyéndolas no habrán aprendido a realizar una indagación psicoanalítica, ni a ejecutar un tratamiento de esa índole”.
[12]S. Freud, Ibid., agregaba: “Siempre hay bastantes personas que, a pesar de tales incomodidades, se sienten atraídas por algo que puede constituirse en un nuevo fragmento del saber”.
[13]Remito al reciente libro de V. Saavedra La promesa incumplida de E. Fromm, Siglo XXI, México, 1994.
[14]E. Fromm en Del tener al ser, Paidós, Barcelona, 1991. Es su obra póstuma y la edición la hizo Rainer Funk. Allí leemos: “El único objetivo realista es la liberación total. Objetivo que bien podríamos llamar humanismo radical (o revolucionario).” p. 23. El subrayado es del autor.
[15]Citado por Ernest Jones, en Vida y obra de Sigmund Freud, Vol. II, Hormé, Bs.As. 1981, p. 100.
[16]J. Lacan, Escritos 1, Siglo XXI, México., 1984, p. 386.
[17]P. Soury, Cadenas, nudos y superficies en la obra de Jacques Lacan, Xavier Boveda, Bs.As., 1984
[18]Jesper Svenbro, prhasikleia, anthropologie de la lectura en grèce ancienne, E. de la découverte, París, 1988. Para este caso ver el cap. 5 titulado: “La fille du scripteur Kallirhoè et les trente prétendants”.
[19]J. Allouch, “Gel”, en Le transfert dans tous ses errata, E.P.E.L., Paris, 1991.
[20]Cfr.: James Strachey en el “Prólogo General”, edición en castellano de Amorrortu Editores de Sigmund Freud, Obras Completas.
[21]Cfr.: Erik Porge, Clínica del psicoanalista, El mono de la tinta, Bs.As., 1991. Agreguemos que autoanálisis es un término ausente en las proposiciones sobre el fin del análisis avanzadas tanto por Melanie Klein, M. Balint y J. Lacan.
[22]J. Allouch, “Sinceridades libertinas”, en Artefacto 4, EPEELE, México, 1994.
[23]Abram Karkiner, Mi análisis con Freud-reminiscencias-, Joaquín Mortiz, México, 1979, pp.67-68. El subrayado es mío.
[24]Ibíd.
[25]Sigmund Freud, “El psicoanálisis ‘silvestre’”, 1910. Esto no fue obstáculo para las respuestas “salvajes” de Freud ante el caso de la “joven homosexual”, el caso “Dora”; y el cado del “Hombre de los lobos”.
[26]Cfr. Miguel F. Sosa, “El control: una dificultad de nominación”, en Puntuación y estilo en psicoanálisis, Libros de artefacto, Sitesa, México, 1989.
[27]Como muestra tomemos el caso de Psicoanálisis de la sociedad contemporánea, FCE. México, sólo en castellano lleva 16 reediciones. Desde 1956 a la fecha lleva una reedición cada dos años.
[28]Cfr.: François Davoine, La locura Wittgenstein, Libros de artefacto, Epeele, México, 1994. Es un texto donde quizás por primera vez, en lengua francesa, aparecen los nombres y enseñanzas de Harry S. Sullivan y Frieda Fromm-Reichman.
[29] Hanns Sachs Freud, mon maître et mona mi, Denoël, Paris, 1977, pp. 135-136.
[30]Hanns Sachs, Ibíd, p. 8. Nótese que una mujer fatal no es tan peligrosa, al menos así resultó para la vida de Sachs.
[31]S. Freud, op.cit., vol. XXIII. El traductor da elementos para sostener que el título del artículo puede pasarse al castellano como “Análisis finito e infinito”.
[32]Cfr.: Alberto Sladogna, “Recorrido del nudo locura-psicosis”, Artefacto, 4 Epeele, México, 1994.
[33]Hanns Sachs, op.cit., p. 16.
[34]Póstuma pues Freud ya estaba muerto cuando Sachs la hizo, y por ende Freud no podía invitarlo a pasar al diván; póstuma pues fue hecha meses antes de que la muerte alcanzaría al propio Sachs.
[35]R. Funk, Fromm, vida y obra, Paidós, Bs.As., 1987, pp. 57-58.
[36]En Derecho comercial la compra es un acto.
[37]Rainer Funk, op.cit., p. 74-75.
[39]Jacques Lacan, Escritos 1, Siglo XXI, México, 1984, p. 371.
[40]J. Lacan, Ibíd., p. 377.
[41]Erich Fromm en El dogma de Cristo, Paidós, México, 1991, pp. 12-13.
[42]Rainer Funk, op.cit., p. 58. El subrayado es mío.
[46]Citado por R. Funk, op.cit., p. 64. Si algún lector de Artefactoestá en condiciones de obtener un ejemplar le agradeceré hacer llegar la comunicación a la redacción de la revista.
[47] Ciudad donde emigró por invitación de Henry S. Sullivan, y a la cual llegó en compañía de Erich Fromm.
[48]Frieda Fromm-Reichman, en Psicoterapia intensiva en la esquizofrenia, Hormé, 3ra. edic., 1978. La edición advierte que el título original en inglés era Psychoanalysis and Psychotherapy.
[49]Cfr.: Alberto Sladogna, “Recorrido del nudo locura-psicosis”, en Artefacto, 4, Epeele, México, 1994.
[50]Sólo una investigación y lectura de documentos que hoy no están a nuestro alcance, quizás, posibilitan responder a estos interrogantes.
[51]Entrecomillamos dado que todavía quedan algunas zonas sombras que impiden tener una aproximación a los efectos de ese episodio del lado de Fromm.
[52]Cf. Salvador Millan et al., Erich Fromm y el psicoanálisis humanista, Siglo XXI, México, 1981, p. 29.
[53]E. Fromm, El lenguaje olvidado, Hachette, Bs.As., 1980, 8va. ed., pp.153-154.
[54]Erich Fromm, The forgotten language, Rinehart Co., N. York, 1951, pp. 2-10.
[55]J. Lacan, Escritos 1, p. 249.
[56]Sigmund Freud, Estudios sobre la histeria, op.cit., Amorrortu, Bs.As., 1980, v.II, p. 52.
[57]Sigmund Freud, El delirio y los sueños en la ‘Gradiva’ de W. Jensen,op.cit., Amorrortu, Bs.As., 1979, Vol. IX.
[58]Jacques Lacan: De la psychose paranoïaque dans ses rapports avec la personnalité, suivi de Premiers écrits sur la paranoia, Seuil, Paris, 1975, crf: “Écrits “inspirés”: Schizographie”, pp. 365-382 [Hasta este momento por razones desconocidas este texto no está incluido en la edición castellana de la tesis de Lacan].
[59]Écrits inspirés et langue fondamentale, dossier editado por la revista L’Unebévue, febrero de 1994.
[60]G. Lanteri-Laura, Les hallucinations, Masson, Paris, 1991, pp. 53-72 [Hay edición castellana: FCE, México, 1994]. El lector de la obra de Lacan encontrará elementos de suma importancia no sólo sobre el tema de la alucinación sino para localizar el terreno desde el cual Lacan comenzó a proponer sus profundas modificaciones al psicoanálisis.
[61]La inversión de algo no cambia la estructura, por ejemplo, si los de arriba pasan a estar abajo y los de abajo pasan a estar arriba, se conserva la estructura al pasar de una posición a otra, en fin, águila y sol perteneces a ambos lados de la misma moneda.
[62]Erich Fromm, op.cit., en castellano, p. 151.
[63]Cfr.: el trabajo de Miguel F. Sola, sobre los caminos desarrollados por Freud para arribar a “su formulación pública –exotérica-“ del complejo de Edipo como núcleo de toda neurosis. También, véase el artículo de C. Dormer “El Deseo de la Madre, la razón del Complejo de Edipo”, ambos en este número.
[64]Sófocles, Edipo rey, traducción del griego de Francisco Rodríguez Adrados, Aguilar, Madrid, 1973, p. 96.
[65]Sobre la cuestión del método cfr., el artículo de Manuel Hernández G., en este número.
[66]Erich Fromm, op.cit., en castellano, pp. 151-52.
[67]Erich Fromm, op.ciu., p. 153. El subrayado es mío.
[68]Cfr. Giles Deleuze, Presentation de Sacher-Masoch, Editions de Miniut, 1967. [Hay edición castellana].
[69]El lector tomará en cuenta que dejamos en suspenso el papel de la sexualidad en el pasaje al acto, sin mayor documentación sería agregar por el momento un exceso interpretativo que no daría luz a las zonas de sombras que el caso nos revela.
[70]Cfr. Martín Jay, op.cit., pp. 173-183.
[71]E. Fromm, Grandeza y limitaciones del pensamiento de Freud, Siglo XXI, México, 6ra.ed., 1986, pp. 56-57.
[72]Erich Fromm, op.cit., pp. 56-56.
[73]Sobre los “motivos” de Fromm para dirigirse al psicoanálisis y a Freud consúltese al artículo de María C. Jauregui L. en este número de Artefacto.
[74]Se trata de una intervención efectuada en las jornadas sobre La peste freudiana.
[75]J. Lacan, Proposición del 9 de octubre de 1967, Ornicar?, 1, Madrid, Petrel, p. 15.
[76]J. Lacan, op.cit., p. 23.
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Análisis / cibernética/ análisis
¿Por qué presentar este reportaje sobre la hipótesis cibernética? El tema toca a la práctica, a la transmisión de la doctrina del análisis, solo basta con recordar que Norbert Wiener fue citado por Lacan en sus seminarios orales, Los escritos técnicos de Freud (1953/1954) y en El Yo en la teoría de Freud (1954/1955). Los despliegues de Lacan son hoy valorados por los investigadores cibernéticos, lo hacen a pesar de que ellos, como los analistas reconocemos que Lacan trató de emplear los textos de Norbert Wiener y a la cibernética para sobredimensionar lo que en esa época titulaba como el "orden simbólico" que debía "dominar" o "sobredeterminar" a los otros registros. Esta es una conversación que los miembros de Clinamen, vía La Tribu, rafio fm, de Buenos Aires, Argentina sostuvieron con Pablo "Manolo" Rodriguez, doctor en Ciencias Sociales, docente, ensayista y apasionado estudioso de la sociedad de control. La hipótesis cibernética y el neoliberalismo. El algoritmo como mecanismo de gestión del deseo. La transparencia como ideal y la potencia o no de la opacidad. ¿Que hacer cuando somos ya parte de este mundo de la información?
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César González: Hacer rompe división practica/teoría
¿Por qué se le teme al realismo en cine?
El día de ayer (30/11/2016) asistí a la proyección de "Exomologesis", filme realizado por César González, mi cuerpo quedo tomado, atravesado por el filme, a mi lego entender la película presenta las formas en las que opera en cada uno la barbarie civilizada del neoliberalismo. Esa forma de dirigir la conciencia, por primera vez en la historia humana se presenta como siendo ya parte de nuestro interior; se la toma con libertad para defender eso que nos somete. Los agentes que conducen y/o se ofrecen para dirigir esa pastoral son demasiados desde los curas, los pastores de alamas, los diversos profesionales "psi...", incluyendo allí la llamada "psicopatología psicoanalítica", no es casual que las instituciones psicoanalíticas empleen el término "formación y/o habilitación" para quienes tratan de de sostenerse como analistas.
El filme muestra no "representa". La forma en que Alan Garvey se mueve en la película revela una performance, es difícil acusarlo de actuar un personaje, él lo muestra, se limita a presentarlo, ni más ni menos. Aquí se reproduce una conversación (8/11/2016) que los miembros de Clinamen, radio La Tribu, mantuvieron con César González, poeta y director de cine, que está estrenando su última película "Exomologesis". ¿Cómo se habla de la marginalidad en las películas? La moral del cine progresista. ¿Cómo filmar contra los estereotipos? La prudencia en el arte. La filosofía como cantera para la vida.
El filme muestra no "representa". La forma en que Alan Garvey se mueve en la película revela una performance, es difícil acusarlo de actuar un personaje, él lo muestra, se limita a presentarlo, ni más ni menos. Aquí se reproduce una conversación (8/11/2016) que los miembros de Clinamen, radio La Tribu, mantuvieron con César González, poeta y director de cine, que está estrenando su última película "Exomologesis". ¿Cómo se habla de la marginalidad en las películas? La moral del cine progresista. ¿Cómo filmar contra los estereotipos? La prudencia en el arte. La filosofía como cantera para la vida.
"Exomologesis" : ¿Qué determina que unos sujetos sean directores de la conciencia de otros? ¿En qué confines del espíritu se esconde la necesidad del individuo por amontonar confesiones? ¿Qué imágenes reinan al día después de la normalidad? ¿En qué cuevas del alma se bloquea el fluir del impulso afectivo? ¿Qué hacer con la alteridad? ¿Cómo pensar para existir?
Foucault estudia la "exomologesis" en sus clases de 1980 editadas en castellano bajo el título "Del gobierno de los vivos", encontramos en la clase del 5 de marzo de 1980 lo siguiente: la exomologesis no es una confesión, más bien se ubica en los bordes de la misma, ella consiste en presentar, mostrar al pecador y no a sus pecados "manifestar lo que este es". Lo hace mediante rituales, las suplicaciones, los cilicios, las cenizas, los gritos, las prosternaciones, era una forma de suplicar para luego ser integrado a la comunidad.
Cesar González no hace inventa un Foucault en una locación de no más de 12 metros, en blanco y negro presenta sin representar como cada uno es tomado por el capitalismo neoliberal como condición necesaria para estar en esa forma de sociedad y sostenerla en libertad pese a que ella le producirá diversas formas del sufrimiento y explotación.
Foucault estudia la "exomologesis" en sus clases de 1980 editadas en castellano bajo el título "Del gobierno de los vivos", encontramos en la clase del 5 de marzo de 1980 lo siguiente: la exomologesis no es una confesión, más bien se ubica en los bordes de la misma, ella consiste en presentar, mostrar al pecador y no a sus pecados "manifestar lo que este es". Lo hace mediante rituales, las suplicaciones, los cilicios, las cenizas, los gritos, las prosternaciones, era una forma de suplicar para luego ser integrado a la comunidad.
Cesar González no hace inventa un Foucault en una locación de no más de 12 metros, en blanco y negro presenta sin representar como cada uno es tomado por el capitalismo neoliberal como condición necesaria para estar en esa forma de sociedad y sostenerla en libertad pese a que ella le producirá diversas formas del sufrimiento y explotación.
¿Por qué se le teme al realismo en cine?
reportaje de Clinamen, radio La Tribu, 8/11/2016
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El poder ¿Será o no un tema del análisis?
Presentamos aquí un vídeo -final de estos dos párrafos- donde se muestra un interesante diálogo entre un supuesto hombre del poder y un niño.
El tema del poder no deja de atravesar las diversas practicas de las sociedades humanas, comprende en su empleo, en sus efectos, en sus concepciones desde las ciencias duras hasta el terreno de las artes (teatro, pintura, literatura, poesía, escultura,...)
El análisis ¿Queda fuera de estas circunstancias? Si solo tomamos al pie de la letra que Jacques Lacan escribió La dirección de la cura y los principios de su poder (Escritos II, redactado en 1958 a solicitud de la Sociedad francesa de psicoanálisis, sociedad que no fue reconocida como integrante por parte de la IPA), a lo cual corresponde añadir que en cerca de 77 ocasiones en sus seminarios desde 1955 hasta la sesión del 11 de enero de 1977 del seminario oral, El fracaso del Un desliz es el amor, sesión en que proponía lo siguiente:
¿Qué es lo que regula el contagio de ciertas formulas? (suspira)... Decir la verdad sobre qué, sobre el saber, eso es en lo que yo he creído poder fundar el psicoanálisis, puesto que al fin de cuentas todo lo que dije se sostiene, decir la verdad sobre el saber no era forzosamente suponer el saber al psicoanalista...¡pff! eso no quiere decir que....que no sea una ilusión...Queda pues esto de que el saber y la verdad no tienen entre ellos como lo digo en Radiofonia del número 2/3 de Scilicet, que el saber y la verdad no tienen ninguna relación entre ellos.
Esta frase Lacan retira el poder al saber, deja sola a la verdad. Entonces para quienes gustamos de la estética de Lacan ¿Cómo es posible que se sostenga la supuesta existencia de una "formación del analista" peor la "habilitación del analista"? ¿Cuál es el componente de impostura que guarda esa posición? Recordemos que para Lacan el psicoanálisis es una estafa con consecuencias. La estafa del amor es una de las formas de la impostura, escuchemos el diálogo que propone este niño a un supuesto poderoso:
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De formación del analista
* A cargo de Alberto Sladogna
¿Qué es lo que me autoriza a recibir a alguien, hacerlo hablar sobre él mismo de un cierto modo, de un modo asociativo, de sus sueños, de su infancia, de sus proyectos? No estoy autorizado. Para retomar la expresión de Lacan, “El analista no se autoriza más que por él mismo”. De hecho, esto no es verdad. No se autoriza por él mismo. Se autoriza por una teoría, por una identificación con sus colegas, por una pertenencia a una escuela. Es lo que llamo una seudo-garantía ontológica. Y lo que me interesa es refundar esta práctica, no directamente sobre las modelizaciones existentes, las de psicoterapias y psicoanálisis, sino de refundarla sobre eso que llamo una “meta-modelización” […]. José Attal
Tomaremos un fragmento escrito por Guy Le Gaufey:
“¿Qué incita a pensar que el análisis sería una iniciación?...Si se afirma tal cerco la cosa queda resuelta: sí, el análisis es efectivamente una iniciación. La obligación de llevar acabo un análisis con alguien que haya hecho ya ese recorrido (…elevado al rango de “segunda regla fundamental”),…el secreto que rodea el encuentro analítico…todo está pronto para sostener la idea de una práctica esotérica, reservada a un pequeño número de personas que se reconocerían, al punto de despedazarse entre ellos…” Veamos la cuestiones en términos práctica de la vida cotidiana “… ¿Cómo se vuelve uno psicoanalista?”, o “¿En qué lugar se forma un psicoanalista?” o “¿Es necesario analizarse para ser psicoanalista?” o “¿Qué es un psicoanalista?”, sino más bien G. Le Gaufey encuentra una pregunta de la vida cotidiana de quienes son capturados, atrapados, suscitados, alienados,…, por el análisis: “¿Cómo se hace para tener analizantes?”. Aquí opera una posible metamodelización: propuesta que opera a partir de no darse un modelo ni previo ni posterior.
Cuando el analista sostiene una forma de practicar, así como una teoría del análisis, solo confiesa que realizó una opción estética. La única razón que tengo para leer, discutir, problematizar las propuestas de Jacques Lacan es simple: sus formulaciones son un foco estético que impactan cuerpo y le dan movimiento en el análisis. Se trata de opción estética buena, mala, regular o todo lo contrario, no es “mejor” o “superior” a otras, solo hice una opción estética. La pintura de Remedios Varo me concierne, con otras pintoras no me ocurre eso. Este taller de lectura no tiene un horizonte institucional “psicoanalítico” –sea de la estética que sea-; las instituciones para ser tales tienen un principio: no interrogar sus pilares a los que presentan como siendo prescripciones admitidas, normales, naturales. Tampoco será tema los ordenamientos estatales respecto de los “títulos profesionales”.
¿De qué tratará el taller? Abordar los interrogantes que están en el primer párrafo anterior, preguntas que se escuchan en diversos medios, incluido el diván. En las ciencias duras y en las artes, no hay ninguna forma de “prescripción obligatoria” de un procedimiento iniciático para acceder al lugar de científico o de artista. Los títulos universitarios no resuelven ese acceso. ¿Cómo se accede a esos lugares que no descansan en apoyos institucionales?
¿Qué lugar de comando tiene el objeto del deseo para fabricar un analista? ¿Acaso opera el deseo ante los objetos estéticos que le proponen las diversas orientaciones para acceder a la práctica y/o para leer la teoría analítica? Leer la teoría es una actividad analítica semejante a lo que ocurre en una sesión con un analizante. En las diversas formas de la impostura, desde el amor a la estafa, funciona un objeto erótico que impacta al estafado junto al estafador.
Freud tomado por su concepción médica prescribía que el analista debía volver a analizarse cada cinco años, se trataba de una “protección” del psicoanálisis de los puntos ciegos del psicoanalista (¿Sabemos los alcances subjetivos de esa propuesta?); a Lacan se le “atribuye” que el analista “se autoriza por si mismo” (el capricho sería ley) Corresponde estudiar situaciones que alejadas de la pareja de la protección con el capricho.
Las preguntas de inicio convocan a recorrer las articulaciones que comparten formaciones de la vida subjetiva que presentes en ellas ¿Cuáles? El objeto estético, el amor, la estafa, la impostura y la ilusión.
Fecha: Viernes 27 de enero del 2016. Lugar: salón de internet
Horario: Argentina de 20,30 horas a 22,30; México de 17,30 horas a 19,30
Contribución en los gastos: U$A 10. Interesados escribir a: sladogna@gmail.com
Bibliografía:
José Attal: El pase...La tercera proposición de octubre de Jacques Lacan (2012), los inscriptos recibirán, si lo solicitan, una versión en pdf
Georges Bataille: La parte maldita (1967) en particular apartado: La noción de gasto, hay edición en internet
Guy Le Gaufey: El psicoanálisis debatiéndose con la iniciación, edición en internet, Revista “Ñacate, número 0, 2007
Claude Lévi-Strauss, El hechizero y su magia en Antropología estructural, (1958), hay versión en internet.
Vasíli Kandinsky: De lo espiritual en el arte (1910) hay versión en internet
Immanuel Kant: Lo bello y lo sublime: ensayo de estética y moral (1919), hay versión en internet
Pascal Quignard: El odio de la música, 1996. Circula una versión que titulan: “El odio a la música”, un contrasentido, hay versión en Internet
Arnold Van Gennep, Los ritos de paso (2008), hay versión internet.
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Gadget ¿un objeto erótico?
"Dron ¿Un objeto erótico?"*, taller de lecturas
*a cargo de Alberto sladogna, un miembro de la elp
Viernes 17 y sábado 18 de febrero del 2017, a las 20,30 horas de Argentina/ 17,30 horas de México, Contribución U$A 25, interesados escribir a : sladogna@gmail.com
Si llevan pues allí la guerra, sepan por lo menos sus principios y que se desconocen sus límites si no se la comprende con un Clausewitz como un caso particular del comercio humano. Jacques Lacan
Lacan habló de los gadgets, no lo hizo para despreciarlos como se pretende, esos artefactos son una producción de los humanos, en consecuencia, están dotados de una singular erótica desatada por ese objeto. Entre los empleos del dron, por el momento, el más destacado es su empleo para matar humanos dándoles, valga la paradoja, una forma de muerte humana: “matan humanamente”; al mismo tiempo el dron está al servicio de los vida, la tribu sioux en EEUU los empleó para impedir la perforación de sus tierras sagradas, enfrentaban esa forma de muerte; en algunas favelas de Brasil se emplean drones para organizar la vida comunitaria; en algunos hogares se trata de nuevo juguete para los infantes y no tan infantes.
Se advierte en el dron militar un deseo antiguo que anima a la balística: ampliar su poder para alcanzar al enemigo; se trata de proyectar poder sin proyectar o exponer vulnerabilidad. Eso transformó la guerra en una caza...de humanos. Grégoire Chamayou, Teoría del dron, se interroga: las teorías críticas clásicas tomaban muy en serio a los estrategas militares. Si como lo pensaba Clausewitz, toda sociedad tiene una manera de hacer la guerra que le es propia, Chamayou revela con maestría el interés por las cuestiones estratégicas y la doctrina militar contemporánea. ¿Cómo definir a un combatiente sin combate? ¿Dónde está el campo de batalla? ¿Podemos hablar de guerra si el riesgo no es recíproco y ciertos grupos humanos son reducidos al estado de blanco potenciales a la espera de devenir legítimos para aniquilarlos? Recordemos al kamikaze, o al autor de un atentado suicida, ambos se inmolan de una vez por todas en una única explosión, del otro lado el dron lanza sus misiles a repetición como si no ocurriera nada.
Walter Benjamín reflexionó sobre los aviones radio-comandados imaginados por los pensadores militares en los años de 1930. Este ejemplo le servía para ilustrar la diferencia entre “segunda técnica”, característica de las industrias modernas, y la “primera técnica”, que se remonta al arte de la prehistoria. En la primera señala que: “implica al hombre todo lo posible; la segunda, lo menos posible”. El éxito de la primera, si se puede decir, supone el sacrificio humano, el de la segunda anunciaría el avión sin piloto dirigido a distancias por orden por ondas hertzianas. El kamikaze, el atentado suicida, implica la fusión completa el cuerpo del combatiente con su arma, el dron asegura su separación radical. Kamikaze: mi cuerpo es un arma. Dron: mi arma no tiene cuerpo. El atentado suicida realiza el título de una novela de Dostoievski, Crimen y castigo, (1866) Chamayou subraya un hecho: “El dron nace, parcialmente en Hollywood. Forzosamente, entonces, bajo el signo del falso-semblante” El dron está en el cielo su “falso-semblante” parece materializar el ojo de Dios: “todo lo ve…” lo falso no le quita su triste eficacia material.
¿Qué articulación hay del dron con el análisis de la vida subjetiva? La pregunta ya separa lo que va junto, como decía Canguilhem " es una reflexión para lo cual toda materia extranjera es buena, y nosotros diremos voluntariamente que toda buena materia debe ser extranjera" No estará demás recorrer lo formulado por Freud y Lacan respecto de la caza, de la guerra y del canalla: el dron surge como arma del cobarde y sus defensores, dicen que es un arma de alto valor ético. Estudiemos este gadget
Fecha: viernes 17 y sábado 18 de febrero a las 20,30 horas de Argentina/ 17,30 horas de México,
Lugar: salón virtual
Contribución U$A 25, interesados escribir a: sladogna@gmail.com
Bibliografía:
Grégoire Chamayou, Teoría del dron (2016)
Videografía: Sin ver el filme es más que delicado participar de la lectura.
Enemigo invisible ( Eye in the Sky)(2015), existe en YouTube una versión con subtítulos en castellano; existen otras versiones en negocios de vídeos.
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Claude Lévi-Strauss, su "pase"
En un reportaje a Claude Lévi-Strauss da cuenta de su paso hacia el lugar de etnólogo, lo hace sin hacer una convocatoria a ritos iniciáticos -institucionales o no. Este reportaje es cercano a las preguntas que se formulan respecto del analista“¿Cómo se vuelve uno psicoanalista?”, o “¿En qué lugar se forma un psicoanalista?”o “¿Es necesario analizarse para ser psicoanalista?“ Lacan en su perspectiva, divergente a la Freud, indico que se trataba del pasaje al lugar de analista, eliminó el prefijo "psico..."¿...? Claude Lévi- Strauss se aleja de las formas iniciáticas para mostrar cómo accedió al lugar de etnólogo, subrayamos un hecho, su licenciatura académica era de sociólogo. en el reportaje da testimonio de su paso al lugar de etnólogo.
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Pertenencia/ Inclusión por Guy Le Gaufey
Pertenencia/Inclusión, Guy le Gaufey.
Traducido del inglés por Verónica Martínez, publicado en http://www.revistanacate.com/articulos/
Si deseas aprender algo sobre la lógica, desde las primeras páginas del manual al que acudas, vas a estar presionado a estar de acuerdo con una diferencia inicial. Luego, se te dirá que aceptes, sin demostración alguna, que "pertenecer" es diferente de "estar incluido".¿De qué se trata esto?
Esta diferencia significa que se debe concebir un "elemento" como diferente de la clase compuesta únicamente por este elemento, denominado en esta situación la "clase unitaria" de este elemento. Efectivamente, de ahora en adelante se te invitará a decir y considerar que este elemento "pertenece" a su clase unitaria, mientras que esta clase unitaria (y sólo este) puede "estar incluido" en cualquier tipo de clase de manera indefinida. Por lo tanto, el elemento "a" puede "pertenecer" al conjunto (a, b, c), por ejemplo, incluso aunque la clase unitaria "(a)" no pertenezca a este conjunto. Aparecerá únicamente si hago una lista de las subclases de (a, b, c), es decir: ((a,b), (a,c), (b,c), (a), (b), (c), ()). ¿De acuerdo? Más vale que digas que sí, dado que, de otra forma, no habrá manera de continuar, y quedarás, indudablemente, perdido entre los "elementos" y las "clases", es decir, perdido en la lógica.
No obstante, ¿cuál es la diferencia entre "a" y "(a)"? Es claro como el agua: la diferencia es "(" y ")", "( )", los paréntesis que aíslan la letra en sí misma. David Lewis[1]lo denomina "lazo"; hace alusión a este tipo de papa que los maestros dibujan en el pizarrón cuando quieren mostrar que los elementos que señalan deben considerarse unidos en un conjunto, y que "pertenecen" ahora a una nueva unidad, algo que no existía cuando sólo estaban dispersos.
¿Qué es este lazo, representado en la tipografía por unos paréntesis? Al examinar la lista de subclases del conjunto (a, b, c) anterior, descubrimos algo de esto. Por cierto, incluí en esta lista, de manera silenciosa, un aparente nuevo integrante que no era visible en (a, b, c), porque no le presté atención a los paréntesis; este “” es la marca de la llamada "clase vacía", una clase que no incluye nada, ningún “elemento”. Cuando desgloso una clase de este tipo compuesta por varios elementos en sus subclases, descubro entonces que, al incluir mis elementos con los paréntesis/lazo, en realidad ya había utilizado esta clase vacía que aparece como tal solamente al final de mi lista, pero esta está claramente activa en lo que enmarca cada subclase que creé con todos los elementos o toda unión de algunos de ellos.
Gracias a esta clase vacía, de ahora en adelante puedo evitar confundir la misma naturaleza del "elemento" y el tipo de unidad de una "clase" (o de un "conjunto", aquí no me molestan estas denominaciones diferentes). A pesar del artículo definido "el", que ubico delante de "elemento", cuando digo que considero únicamente a este, no sé si posee algún tipo de unidad por sí mismo. Cuando digo "unelemento", "esteelemento", simplemente significa que no señalo dos, cinco, 1428, ni una infinidad de elementos. Le otorgo el número uno porque lo considero aparte de otros posibles, pero esta no es ninguna de sus propias características; es una característica relativa que hace referencia, también, sobre los "otros" (no son a lo que hago referencia en este momento), una "cualidad secundaria", como hubiera dicho Descartes[2].
Por el contrario, "(a)" posee su propia unidad, visible en los "( )", una unidad que le permite estar incluido como una unidad en una serie indefinida de unidades mayores que aún no existen, una unidad que será evidente sólo si desglosamos la clase final en sus subclases.
"Pertenencia" es ahora el nombre del misterio según el cual la infinita e incontrolable multiplicidad de un elemento se reduce a la unidad de su clase unitaria al "agregarle" esta extraña "no-cosa[3]" que es la clase vacía. Al agregar esta nueva y extraña "no-cosa", paso de la naturaleza indefinida e infinita del "elemento" a la unidad sostenida de la clase compuesta únicamente por este elemento, es decir, su "clase unitaria". Este último puede luego ser fácilmente parte de un cálculo, mientras que el primero, el cual sí existe, es mucho más difícil de integrar a cualquier cálculo, debido al silencio sobre su relación con la unidad antes de "pertenecer" a su clase unitaria.
Suficiente. Ahora dejemos de lado estas cosas de lógica, y dediquémonos a otro tipo de "lazo", al que el infante se enfrenta entre, digamos, los seis meses y dos años de edad, cuando se da cuenta de que la imagen en el espejo frente a sí es la de él mismo. Por lo tanto, refiero a lo que Lacan llamó el "estadio del espejo", lo que se convirtió para él, más allá del nacimiento del ego (en el sentido que él le otorgó a la palabra), en una especie de acontecimiento metafísico - si bien para Wallon (el psicólogo francés que lo descubrió) el mismo acontecimiento no es más que una manifestación psicológica y neurológica que atestigua un momento importante de integración neuromuscular, y nada más. Lacan concibió este encuentro con la imagen especular como la misma base de la unidad imaginaria que luego describió como "unien", lo que es justamente algo de la naturaleza de la "clase unitaria" que recién encontramos. Esto es lo que llamo "metafísico" para Lacan. La oración crucial en su breve texto de 1949 es la siguiente:
Es que la forma total del cuerpo, gracias a la cual el sujeto se adelanta en un espejismo a la maduración de su poder, no le es dada sino como Gestalt, es decir, en una exterioridad donde sin duda esa forma es más constituyente que constituida, pero donde sobre todo le aparece un relieve de estatura que la coagula y bajo una simetría que la invierte, en oposición a la turbulencia de movimientos con que se experimenta a sí mismo animándola.[4]
C’est que la forme totale du corps par quoi le sujet devance dans un mirage la maturation de sa puissance, ne lui est donnée que comme Gestalt, c’est-à-dire dans une extériorité où certes cette forme est-elle plus constituante que constituée, mais où surtout elle lui apparaît dans un relief de stature qui la fige et sous une symétrie qui l’inverse, en opposition à la turbulence de mouvements dont il s’éprouve l’animer.[5]
“Un relief de stature[6]”… La expresión es extraña incluso en francés y es imposible acceder a un significado preciso y rápido. "Relieve" es seguramente común en escultura ("bajo relieve", "alto relieve", etc.) o en geografía, pero, ¿de qué forma puede una "estatura" tener un "relieve"? ¡Sobre todo en el mero plano de un espejo! Así que el único sentido disponible es entender esta palabra como una manera de destacar esta Gestalt como perfectamente visible, algo que se destaca del marco del espejo como algo que posee un nuevo tipo de unidad.
Por lo tanto, tenemos ahora dos líneas cerradas: aquella que pasa desapercibida en el borde del espejo (nunca hay un espejo infinito), y aquella en el borde de esta "estatura" que puede moverse cuando el "sujeto"7 desea moverse. Un marco fijo y, dentro de este, un estilo de marco móvil, un "lazo" en movimiento que se define por su movilidad, permitiéndole aparecer como una unidad a pesar de las numerosas características que lo componen, porque todas se mueven en conjunto y en respuesta a movimientos corporales.
Pero no hay reflexividad alguna previa a la identificación (la anterioridad del agente del acto no es más que un prejuicio metafísico). En el texto de Lacan, este acontecimiento identificatorio ocurre al final de la primera cita: “dont il s’éprouve l’animer.” La elipsis del francés reduce al pronombre a simples letras: "s'" hace referencia a lo que se encuentra frente al espejo, "l'" a la imagen en este. Son estrictamente contemporáneos.[7]
Por lo tanto, el punto de vista "metafísico" es considerar el marco móvil de la imagen especular como la fundición de cualquier conjunto de unidad a futuro.
Lo que está frente al espejo, cualquiera sea su nombre, justo antes de la identificación imaginaria, no es, no obstante, un cuerpo "fragmentado" desde el punto de vista de Lacan. Hay una lectura muy común del estadio del espejo Lacaniano atrapado en un entendimiento Kleiniano: el niño podría sentir su cuerpo como fragmentado, y luego, gracias a la imagen del espejo, podría descubrir, finalmente, su cuerpo como una unidad. O sea, luego de la fase esquizoparanoide y su fragmentación, la fase depresiva aportaría una unidad reconfortante gracias a una especie de duelo, en el sentido de un progreso de desarrollo natural del caos al orden[8]. La concepción de Lacan no es de ese tipo: parte de la idea de que no podemos decir nada de la manera en que "lo que está frente al espejo" capta su cuerpo antes de su identificación imaginaria; sería una simple invención decir algo sobre eso.
Un "cuerpo fragmentado" debería ciertamente estar compuesto de "partes" y, en tal caso, cada una de ellas debería ser, como nuestras subclases previas, "una", atrapada en el tipo de unidad imaginaria producida por la identificación imaginaria y trasmitida a cada "parte". Por el contrario, Lacan considera que, antes de dicha unidad, no hay ningún tipo de unidad, y que, por lo tanto, no hay "partes" ni "fragmentos"; quizás un increíble enjambre, quizás sólo sensación y no percepción -pero no sabemos qué tipo de sensación general experimenta este ser preidentificado; aquí, no puedo utilizar el adjetivo "propio" para calificar su cuerpo, porque esta reflexividad todavía está en el punto de surgir. Lo único que podemos decir en ese momento es que la anticipación de unidad otorgada por la imagen del espejo produce, como resultado, la sensación de un cuerpo fragmentado, cuyas partes son capaces de aparecer como un componente del ego que se creó con la imagen del espejo. Lacan dice:
El estadio del espejo es un drama cuyo empuje interno se precipita de la insuficiencia a la anticipación; y que para el sujeto, presa de la ilusión de la identificación espacial, maquina las fantasías que se suceden desde una imagen fragmentada del cuerpo hasta una forma que llamaremos ortopédica de su totalidad - hasta la armadura por fin asumida de una identidad alienante que va a marcar con su estructura rígida todo su desarrollo mental.[9]
Le stade du miroir est un drame dont la poussée interne se précipite de l’insuffisance à l’anticipation – et qui pour le sujet, pris au leurre de l’identification spatiale, machine les fantasmes qui se succèdent d’une image morcelée du corps à une forme que nous appellerons orthopédique de sa totalité – et à l’armure enfin assumée d’une identité aliénante, qui va marquer de sa structure rigide tout son développement mental.
Una vez que el sujeto es "presa de la ilusión de la identificación espacial" es que el cuerpo fragmentado puede aparecer, intentando encontrar su camino a una forma "ortopédica" de totalidad.
Por consiguiente, no podemos decir o pensar mucho sobre este extraño "sujeto" que identificaría la imagen del espejo a la que "pertenecerá" de ahí en adelante, por lo tanto, con esta "identifidad alienante" que describe Lacan. Este llamado "sujeto" no es ni uno ni muchos; no está "unificado" ni "fragmentado"; no es ni "esto" ni "aquello". Este debe concebirse como el "elemento" de nuestro conjunto lógico anterior: hablamos de él como "uno" para diferenciarlo de "otros" posibles, pero debemos atenernos al hecho de que no sabemos cómo se siente "él mismo" porque no existe dicha reflexividad, incluso si para los otros este bebé es obviamente un único ser, afectado por diferentes sensaciones, y ya muy activo en su comprensión de la realidad externa.
Esta ignorancia sobre la esencia de lo que está frente al espejo antes de la identificación es crucial en la práctica analítica: lo que identifica la imagen en el espejo y sus características innumerables merece ser calificado como "sujeto" porque debemos suponer a un agente capaz de soportar una relación cercana y estable (aunque difícil por momentos) con su imagen, pero no sabemos nada sobre este sujeto -- ni sus cualidades ni su destino.
La nueva definición de este sujeto como "representado por un significante para otro significante" en la primera sesión del seminario La Identificación[10]mantiene una ausencia idéntica del conocimiento sobre dicha entidad "en sí misma". Nos enseñan que no es más que el vínculo entre dos significantes, un efecto de la cadena significante (según un nuevo significado de la palabra "significante"), y nada más.
Este doble desvío de la lógica elemental y la reconsideración del estadio del espejo Lacaniano nos permite considerar lo que "pertenece" a algo, como sujeto; es decir, un ser de un tipo muy especial, muy cercano a lo que Charles Sanders Peirce denominó "primeridad":
El Primero debe, por lo tanto, estar presente y ser inmediato, para así no estar en segundo lugar a una representación. Debe ser nuevo, porque si es viejo, es secundario a su estado anterior. Debe ser inicial, original, espontáneo y libre; de lo contrario, es secundario a una causa determinante. También es algo vívido y consciente, solamente para evitar ser el objeto de alguna sensación. Precede toda síntesis y determinación; no tiene unidad ni partes. No puede ser una idea expresada; asevéralo, y ya perdió su inocencia característica, ya que la aseveración siempre implica una negación de otra cosa. Para a pensarlo, ¡y ya voló! Eso es primero: nuevo, inicial, original, espontáneo, libre, vívido, consciente y efímero. Sólo recuerda que cada descripción de él debe ser falsa para él.[11]
Una vez que este elemento "pertenece" a su clase unitaria, cuando logra identificarse con el conjunto de características de las que siente que está compuesto, entonces esta nueva unidad puede incluirse en cualquier combinación porque posee ahora una unidad cerrada que nos permite contarlo como "uno". Los psicopatólogos pueden insertarlo cuanto quieran en su clasificación, pero sería bueno que no olvidaran la imposibilidad de "describir" todo lo que incluye el elemento, estando este destinado a concebirse como una entidad privada de todo tipo de reflexividad;[12]por lo tanto, según Peirce y también Lacan, imposible de conocerlo como tal.
Por lo tanto, podrás "incluirte" a ti mismo en cualquier tipo de asociación, banda, agrupación, rebaño, grupo, bando, categoría, círculo, clase, hermandad, compañía, congregación, facción, formación, pandilla, reunión, organización, manada, partido, séquito o tropa, pero recuerda que, en un pasado remoto, tuviste que agregar esta clase vacía efímera para reunir realmente las innumerables características que te componen (muchas de ellas a futuro, en ese momento), y que a cada una de ellas le falta esta clase vacía que solamente tú eres capaz de agregar. Recuerda también que el poeta francés Charles Baudelaire consideraba que a la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano francesa le faltaban dos derechos: el derecho al desorden y el derecho a marcharse.
Resumen: "Pertenencia" tiene también un significado importante en la lógica elemental. ¿Puede ser de utilidad este significado para concebir la relación entre el sujeto Lacaniano y su imagen especular considerada como la base misma de su ego?
[1]Más información en David Lewis, Parts of Classes, Basil Blackwell, Cambridge, Mass., USA, 1991, p. 29.
[2] Si digo que la lava se encuentra alrededor de los 700 °C y 1100 °C, describo una cualidad física que refiere a la escala física, que habla de la velocidad de las moléculas, y así sucesivamente. Si agrego que "es muy caliente", hago referencia entonces a los seres vivos, los cuales no pueden soportar tales temperaturas. "Caliente" es una "cualidad secundaria"; "1100 °C" es una "cualidad primaria".
[3] El autor utiliza el término “no-thing”: “thing” hace referencia a cosa, pero el autor quizás haga, al mismo tiempo, una referencia al término inglés “nothing” que significa nada, debido a que “una cosa que no es”, es decir, una “no-cosa” es, quizás, lo mismo que nada. No obstante, este juego de palabras en español es imposible de realizar. [N. del T.]
[4] Jacques Lacan, Escritos 1, traducción de Tomás Segovia y Armando Suárez, México, Siglo XXI, 2009, p. 101.
[5] Jacques Lacan, Écrits, Paris, Seuil, 1966, 94-95.
[6] El traductor al inglés de los Escritos de Lacan, Fink, tradujo: « the contour of his stature » (un relieve de estatura), a lo que Le Gaufey comenta: "lo que es mucho, la "estatura" en cuestión no es, por el momento, "suya" (his). Está muy cerca de serlo, pero no aún, solamente luego de la identificación imaginaria". [N. del T.] 7 Aquí encontramos otra palabra extraña y Lacan utiliza varias palabras distintas en este texto corto para referirse a lo que se encuentra frente al espejo: "el niño humano", "un lactante", "el sujeto" (varias veces), "el pequeño hombre en el estadio infans", "el Yo".
[7] Por supuesto, no para nosotros, que miramos la imagen en el espejo como un fenómeno físico mucho antes de que el "sujeto" se percate de él.
[8] Hace varios años, en su libro La imaginación científica: estudios casuísticos (Nueva York, Universidad de Cambridge, 1978), Gerald Holton mostró de manera espléndida que, en la historia de la física, la idea de que lo que viene primero en la realidad física -caos u orden- no era nada más que un prejuicio al que llamó "themata", sin consecuencia alguna sobre la investigación misma, pero dando lugar a la fundación de diferentes familias de pensamiento entre los científicos. Aquí nos encontramos atrapados en el mismo problema.
[9]J. Lacan, Escritos, trad. Tomás Segovia y Armando Suárez, op. cit., p. 102. Versión francesa, p. 97
[10]En diciembre de 1962, doce años antes del texto de estadio del espejo de los Escritos, de 1949, luego de un texto previo en 1936 en el congreso IPA en Marienbad.
[11] Charles Sanders Peirce, Collected Papers, 1.357.
[12]Esta falta de reflexividad es una característica fundamental del sujeto Lacaniano, pero del objeto (a) también - una cualidad muy extraña para cualquier objeto.
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Efecto analítico del arte ¿...?
Gritaba Jacques Lacan “No soy inducido, soy producido”. La importancia
de la noción de homología, “eso que talla en la madera misma madera”, decía, no se debe descuidar. Y adelanta entonces que es más bien con el Arte que hay que considerar las cosas (todo no se escribe como por ejemplo “a” en las
fórmulas de la sexuación). “Es del Arte de donde hay que tomar la semilla”. Pues “Hay una cierta homología entre la obra de arte y lo que recogemos de la experiencia analítica” Lacan insistió en varias ocasiones respecto de la homología del análisis con el arte, del arte con el análisis. José Attal precisa la homología: Conviene tomar “homología” en sus dos sentidos: como lo que es equivalente, correspondiente; pero también como en matemáticas, como un modo de transformación de figuras..."
Esta producción de alteridad es entonces una heterogénesis que sobre todo no hay que plantear en términos de programa sino en términos de diagrama, es decir, en términos de desarrollo de heterogeneidad de las posiciones. Trabajar en términos de diagrama es un nuevo paradigma. Salimos así, como nos incita Lacan (en sus frecuentes recordatorios y en su referencia a la física cuántica) de las coordenadas habituales del espacio y del tiempo...Lo que es “pedagógico” en la cuestión de la creación estética, es que ahí siempre se está retomando la alteridad a partir de cero. […] Los movimientos razonan en términos de programa - los programas de formación de analistas ofrecidos por diversas instituciones desde la IPA hasta instituciones lacanianas- y por tanto con el acuerdo de diferentes posiciones.Mientras que lo que estaría en cuestión con este nuevo paradigma sería trabajar en términos de diagrama, es decir, en términos de desarrollo de heterogeneidad de posiciones. El objeto cobra su consistencia cuando escapa a la redundancia subjetiva, cuando escapa al yo, cuando el
yo es llevado por, atraído por el proceso, cuando el proceso se torna autopoiético, autoconsistente..."
EFECTO ANALÍTICO DEL ARTE
La otra arte...¿diagramática?
Distintas voces desde la Red Argentina de Arte y Salud Mental explican la manera en la que el arte, en sus múltiples manifestaciones, puede operar en las subjetividades lastimadas de las personas con padecimientos mentales. Un cruce que incluye lo institucional, los derechos humanos y el cuestionamiento al poder médico.
Liliana Cobe, presidenta de la Red Argentina de Arte y Salud Mental.
Por Oscar Ranzani
El arte en sus distintas manifestaciones funciona como elemento de subjetivación en las personas con padecimientos mentales. Para conocer cómo puede entenderse su potencial efecto terapéutico y cómo se lo piensa en relación a las instituciones, PáginaI12 consultó a distintos integrantes de la Red Argentina de Arte y Salud Mental. Esta nació por impulso e iniciativa del Frente de Artistas del Borda (FAB), cuando su fundador, el psicólogo Alberto Sava, propuso en 1988, en una Asamblea en el Hospital Borda, realizar una “Convención de Artistas locos en Buenos Aires”, teniendo en cuenta la convocatoria y repercusión pública que había alcanzado la experiencia artística del FAB. De esa histórica asamblea surgió el primer Festival Latinoamericano de Artistas Internados en Hospitales Psiquiátricos, que se realizó en 1989 en la entonces Capital Federal. Luego de debatir intensa y extensamente, las delegaciones provinciales concurrentes firmaron una declaración de principios: “El arte es un verdadero vehículo de integración y reinserción social”, “Es nocivo el encierro de las personas en los hospitales psiquiátricos” por lo que “cuestionamos la existencia de los hospicios tal cual son”, “Nos oponemos a cualquier método de maltrato, sean estos físicos, químicos y mentales, y consideramos a estos violatorios de los derechos humanos”.
“Este primer festival tuvo la virtud de inaugurar un espacio de encuentro, intercambio y discusión que continúa hasta nuestros días. La Red se conformó orgánicamente durante los días 19 y 20 de mayo de 1995 y adquirió su personería jurídica en el año 1999, bajo el nombre de Red Argentina de Arte y Salud Mental”, cuenta su actual presidenta, Liliana Cobe. Está conformada por una comisión directiva y por cinco regionales nacionales (Patagonia, Litoral, Norte, Centro, Córdoba y Cuyo).
Entre sus principales objetivos se destacan el de convocar y reunir a todas las instituciones, grupos e individuos que tengan como dirección fundamental de su pensamiento y su práctica el proceso de desmanicomialización, y la defensa del hospital y la salud pública y gratuita, en el marco de una sociedad más justa; que tengan al arte y la creatividad como sostén ineludible de su práctica, “entendiéndolos como instrumentos válidos en el abordaje de las problemáticas en salud mental, y también la inserción en la comunidad de esta problemática para una resolución en conjunto con la misma”, detalla Cobe.
A la hora de conocer cómo puede entenderse el efecto terapéutico del arte (no sólo desde lo que en la clínica se conoce como arteterapia porque la postura de la Red es mucho más abarcativa), Cobe señala: “La Red reconoce en el arte un enorme potencial, como transmisor de mensajes hacia el afuera y hacia adentro del sujeto. El arte nos interpela y promueve la participación y la provocación. El arte es síntesis, es metáfora, es símbolo, es imagen y emoción y desde esa alquimia transmite lo que la palabra no puede expresar y los hechos tratan de ocultar. Su poder simbólico genera una implicación política en lo institucional, lo social y cultural”. Desde su óptica personal, Cobe aporta al tema: “El arte abre los canales de expresión, desarrolla la imaginación y la observación. Armoniza los hemisferios cerebrales. El arte integra y desaliena. Es estar en el aquí y ahora. El arte es juego. Es abrir puertas. Es estimular respuestas no rutinarias y re-descubrirse. Es dar permiso en una sociedad dominante que uniforma y normatiza una sola forma de percibir y de actuar en el mundo. Es compartir y aprender a formar parte de un colectivo”. Y luego compara: “Si la enfermedad es la expresión de algún desequilibrio físico, mental, psíquico, emocional, social o espiritual, el síntoma es el mensaje del inconsciente en nuestro cuerpo. El arte se desenvuelve con el mismo lenguaje del inconsciente con que se expresa la enfermedad. En algún lugar, estos discursos se encuentran, se interpelan y entremezclan en un devenir provocador de actitudes saludables”.
Ana Laisa es psicomotricista, integra la red, trabaja con el elenco Buon Giorno, con que actualmente están presentando El enfermo imaginario, de Molière, que ensayan en el Hospital Posadas. “Nuestra decisión de funcionar independientemente de una institución médica –como lo es el Hospital Posadas, lugar donde nacimos como elenco– es un acto de militancia en pos de la desmanicomialización y en contra de las prácticas cronificadoras y alienantes que no tengan en cuenta un sujeto activo en su curación. A su vez, tratamos un tema crucial en la medicina de hoy: el arrasamiento capitalista neoliberal que sufre la práctica médica, llamada a ordenarse dentro de los parámetros del consumo desmedido”, cuenta Laisa. Las obras que eligen son comedias y también clásicos porque hablan de temas que atañen a todos los seres humanos de todos los tiempos. “Eso le quita un viso persecutorio y, a la vez, produce lazo social. También los clásicos permiten ser revisados, deconstruidos y analizados en cualquier época”, reconoce Laisa.
“La obra analiza la relación médico paciente, los métodos de la práctica médica, el lugar del paciente como ser arrasado por una práctica versus el lugar activo de un paciente quien también tiene algo para decir acerca de su proceso de cura. Coincide con el momento en el que hemos decidido conformarnos como un elenco que produce sus obras en el marco de un proyecto autogestivo sociocomunitario”. Mediante el humor, el elenco Buon Giorno cuenta su posición frente a la salud mental y el arte. Las funciones se llevan a cabo en diferentes festivales de arte y salud. También fueron invitados a universidades donde se dictan las carreras de Psicología, Medicina, Trabajo Social y también en escuelas secundarias.
Laisa entiende que el arte produce un efecto de subjetivación porque propicia el encuentro de algún rasgo propio. “A veces, trabajamos con pacientes graves que no han podido constituir su corporeidad, mucho menos encontrarse con un saber hacer; pacientes que han sido arrasados en los tiempos instituyentes (primeros años de vida). Los tiempos de creación de un producto artístico invitan al encuentro de un gesto propio. Aquello que, a veces, es leído como del orden de la patología desde el discurso médico, es tomado por mí como tallerista y reentramado en una disciplina (por ejemplo, un paciente que pegaba literalmente palabras diferentes y armaba palabras nuevas)”. Laisa entiende que desde la psiquiatría puede ser leído “como un síntoma patológico del lenguaje y el pensamiento”. Desde la literatura puede ser visto como “chistes literales”. “Muchos de sus chistes están en nuestras obras de teatro enlazados de modo que produzcan un efecto cómico para el público”, sostiene.
El psicomotricista trabaja con una gran herramienta: el juego. “El juego permite que despleguemos nuestro modo de ser y estar en el mundo. En el trabajo con patologías graves de la salud mental podemos crear una realidad intermedia que permita introyectar el concepto de ficción mediante un distanciamiento que propicia un como sí. En este espacio ficcional en el que aparecen descargas tónicas, se investiga el gesto y la postura mientras se internalizan reglas de las disciplinas artísticas que permiten ir armando un cuerpo propio. Las patologías mentales graves no reconocen su cuerpo como propio y viven una imagen corporal fragmentada; es decir no disponen de su cuerpo para distintas acciones, aquello del orden de lo biológico no ha devenido en funcionamiento, por ejemplo el órgano ojo ve, pero no mira, ni significa, esa persona no posee un ‘punto de vista propio’, tal es la alienación producida por el arrasamiento subjetivo en los tiempos instituyentes”.
En el caso de adultos, algunos funcionamientos, reconoce, se han puesto en marcha de manera fallida y, entonces, el trabajo del psicomotricista consiste en producir una reapropiación de su cuerpo vía resignificación de esas variables espaciales, temporales y corporales que les permita una circulación por la sociedad. “El teatro provee esas herramientas y es antes que nada juego. Para trabajar con patologías graves tenemos que estar dispuestos a rescatar un gesto, una mirada, un rasgo por más pequeño e insignificante que parezca. Ninguna producción corporal se descarta, todas las producciones corporales nacidas en este espacio ficcional en el que se juega son rescatadas y valoradas para ser reentramadas en una obra artística que las potencia y las resignifica”, detalla Laisa.
En cuanto al método de trabajo tiene que ver con los aspectos más extrovertidos y distanciados del actor. “Al tratarse de patologías mentales graves no podemos apelar a una propiocepción, un sensorio y un sistema simbólico y emocional ya que está adquirido de manera fallida. El método de las acciones físicas de Raúl Serrano ha resultado eficaz porque apunta a que la acción se construya aquí y ahora, con un otro con el cual me involucro de manera dialéctica (entre las acciones entramadas de a dos se construye la escena). Los paradigmas dialécticos nos han permitido también explicar esos encuentros primarios entre el otro donador de cultura que cumple una función materna y el niño que está deviniendo sujeto. Esos intercambios donan lenguaje y cuerpo. El teatro pensado desde la dialéctica del trabajo creador del actor nos permite construir un producto en la medida que nos construimos a nosotros mismos, sin apelar a una memoria y totalmente conectados con el afuera”, explica la psicomotricista.
La psicóloga, con formación en psicodrama, Claudia Chiessi es también integrante de la Red Argentina de Arte y Salud Mental y actualmente participa con el Colectivo Entrelazarte todos los sábados de 14 a 18 en el teatro Terrafirme, de Paso del Rey (partido de Moreno), donde presentan la obra Historias para ser contadas. Terrafirme es una ONG, y les prestan el espacio para juntarse. El elenco está formado por pacientes, familiares, vecinos de la comunidad, estudiantes de trabajo social, psicólogos sociales y acompañantes comunitarios en salud mental. Pero Chiessi también tiene amplia experiencia en la materia porque trabajó como psicóloga en la Dirección de Salud Mental del municipio de Moreno desde 2004 hasta junio de este año. “La esencia de hacer lazo social sólo puede entenderse desde un modelo de intervención comunitaria teniendo en cuenta que la desmanicomialización implica, entre otras cosas, crear dispositivos en la comunidad y debe realizarse en la comunidad, en el medio natural del sujeto; el uso de los recursos comunitarios es la mejor estrategia para favorecer su integración social”, afirma Chiessi.
La especialista recuerda que el teatro como instrumento terapéutico ya estaba presente en Aristóteles cuando decía que en los teatros griegos se producía una catarsis que purificaba a los pacientes. “Moreno, el padre del psicodrama, establece esta forma de actuación como una forma de psicoterapia. Plantea algo muy importante en las relaciones humanas y que consiste en la capacidad de los seres humanos para poder reconciliarnos con las personas de nuestro entorno. Según Moreno, el teatro busca que el hombre se concilie con sus semejantes. Los actores a los que me refiero, en algunos casos, por sí mismos y por sus historias de vida, tienen grandes dificultades para expresar y transmitir sus experiencias, emociones y sentimientos. La interpretación les permite expresarse más libremente sin temor a ser juzgados, criticados o rechazados. Dejan de ser lo que son para ser otra persona. Aunque la actuación dramática es ficticia, la experiencia vivida en la representación es real y les permite expresar emociones temidas, cambiar patrones de conducta o exhibir nuevos rasgos. Una vez que las han vivenciado, aunque en modo ficticio, estas nuevas experiencias pueden formar parte del repertorio de la vida real”, explica la psicóloga.
Para Moreno, la espontaneidad era el eje de sus obras y pretendía que el paciente adquiriese un mayor abanico de conductas y rompiera con sus limitaciones utilizando la técnica de inversión de roles (experimentar distintas emociones y puntos de vista de cada rol). “Trabajar la espontaneidad favorece la conexión con el cuerpo, mejorando la expresión corporal, la capacidad de comunicación y, en general, la relación consigo mismo. La expresión corporal pobre y la capacidad de comunicación limitada son facetas de las personas con trastorno mental severo”, analiza Chiessi, para quien el teatro ayuda al crecimiento personal y es una vía para superarse. Las funciones terapéuticas del teatro deben su protagonismo fundamentalmente a los espectadores, más que al propio trabajo de los actores. “Aunque unos sin los otros no existirían, es la presencia del público la que con sus aplausos, admiración y reconocimiento va a dar sentido a lo que hacen los actores. Muchos de ellos, por primera vez, se sienten interlocutores válidos al ser valorada y reforzada su actividad y reconocida su competencia personal. A lo largo de su existencia, con una historia de vida de fracasos, han oído muchas veces: `no servís para nada’ o `nos has destrozado la vida’. En esa comunicación circular e interactiva, el paciente se nutre y reconstruye una nueva percepción de sí mismo”, relata Chiessi. Es que el paciente fomenta la autoafirmación y la autoestima y sobre todo, cubre su necesidad básica de comunicarse, dejando de ser invisible para ser humanamente significativo. “La imagen corporal está íntimamente relacionada con las emociones y sentimientos. El uso del teatro como instrumento terapéutico supuso un enfoque mucho más profundo. Los actores y actrices comenzaron a relacionarse con el entorno, de otra manera, siendo participantes activos. Y además, comenzaron a desplegar distintos roles o formas de ser, tanto exterior como interiormente. No sólo representaban un papel en apariencia, sino que tenían que hacer uso de habilidades, estrategias y motivaciones que caracterizan a su personaje, aprendiendo de ellos, mejorado su calidad de vida al cubrir, con esta actividad”, comenta la psicóloga.
La red defiende los derechos humanos de los pacientes desde el arte porque los que forman parte de los talleres artísticos que se nuclean en la misma, por lo general padecen de una doble vulnerabilidad: la de la pobreza y la del padecimiento mental. Ambas se realimentan y tienen graves efectos en su subjetividad. “Si a esto le sumamos la estructuración hegemónica de algunas prácticas médicas, dentro de un sistema social que invisibiliza y excluye a los `perdedores’, ya tenemos un combo interesante para hablar de derechos humanos. Hacemos arte para denunciar el avasallamiento de esos derechos, de sus propios derechos”, entiende la presidenta de la Red, Liliana Cobe. “Los usuarios del rol pasivo, `paciente’ y sumiso, pasan a ser `actores’ y protagonistas de esta su lucha. El arte les da voz como sujetos de derecho. Este participar, este decir, tiene efectos importantes en su subjetividad lastimada, que no sólo sufre por su patología psíquica o mental, también por los abandonos, discriminaciones, por ese estigma social que no les permite soñarse en salud y prosperidad”, agrega Cobe.
El psicólogo social Valerio Cocco es miembro de la Red y director de la compañía teatral Barquitos de Papel, que está conformada por usuarios de servicios de salud mental, en su mayoría pacientes psiquiátricos, con quienes presentó el espectáculo Psssikiatry en Espacio Sísmico (Lavalleja 960). Cocco profundiza el cruce entre arte y derechos humanos: “Históricamente, la psiquiatría se adueñó de todo el área, tanto desde el diagnóstico como de la supuesta cura que ofrece. El único paradigma que tenemos es el médico. La psiquiatría es una ciencia médica, pero seguramente podemos afirmar que no alcanza porque es una única visión. Hay muchas otras”, sostiene Cocco. Por ejemplo, denuncia que la psiquiatría “no hace nada o hace muy poco para resolver los problemas efectivos de las personas que tienen padecimientos mentales y que son institucionalizadas”. Se refiere a problemas concretos como la vivienda, el trabajo, las relaciones afectivas. “Son áreas que vienen muy comprometidas porque la persona que está bajo un tratamiento psiquiátrico y tiene un diagnóstico de psicosis grave, como esquizofrenia, es algo que la marca de por vida. Es muy difícil conseguir un trabajo. ¿Quién quiere a un esquizofrénico en un trabajo? Es muy difícil. Si no tiene un trabajo, no tiene un sueldo. El Estado se hace cargo de darle una pensión social mínima, que no llega a los 4 mil pesos, con lo cual, no puede hacer mucho o hacer muy poco”, ejemplifica Cocco.
Otro problema importante es el de la vivienda. “Si tiene 40 o 50 años vive con su familia porque no tiene la plata para hacerlo por fuera de ese entorno”, agrega Cocco. Es que muchas veces las familias son los primeros núcleos conflictivos y, entonces, el entorno más cercano termina siendo un lugar del cual debería irse la persona, pero no puede. “Si no tenés la familia, la alternativa es la calle”, explica Cocco, de manera cruda. Por eso, para este psicólogo social la pobreza y la salud mental también están muy cercanas. “El mundo relacional también está muy comprometido: es muy difícil tener amigos, las relaciones sexuales son muy comprometidas por el uso de los fármacos. Entonces, es una vida denigrada”.
Frente a ese panorama, Cocco explica su postura: “Nosotros proponemos aplicar otro tipo de herramientas hacia la cura de la persona. El arte es una herramienta poderosísima en este sentido, que te permite reconstruirte como persona para poder volver a empoderarte, identificarte como una persona capaz, y no como discapacitada, como una persona activa, que se puede subir a un escenario si tiene la voluntad y es capaz de generar emociones y sentimientos en el otro. Es posible ganar dinero de esa manera, cosa que hacemos nosotros como compañía teatral porque las entradas las cobramos y las repartimos. Con ese dinero que se genera, también se puede generar una vivienda y se generan nuevas relaciones sanas”, concluye Cocco.
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Jacques Lacan: "Jamás hable de formación analítica...no hay formación..." 3/11/1973
Jacques Lacan "Sobre la experiencia del pase" 3/11/1973 ( Agradezco la ayuda de Carlos Faig para localizar versiones de esta intervención, así como al blog de Pablo Peusner para emplear su versión, a la introduje un párrafo en francés)
La experiencia del pase es una experiencia en curso. El modo con el cual la produje fue la proposición, toda ella impregnada de prudencia, una prudencia quizás humana, demasiado humana: no veo cómo habría podido ser yo más prudente.
Mi prudencia se hallaba impuesta por el estado de cosas existente: éste es el principio mismo de la prudencia. Así fue que no quise poner en manos de otros, que no fueran los que ya poseían un título correspondiente, en efecto, a una selección, el de Analista de la Escuela, la tarea de conglomerar personas cuya sola presencia entre ellos cambiaba por completo el alcance de ese título. Esto es lo que se produce en todo conglomerado humano cuando los seres reclutados se sitúan en ese real en nombre de principios muy diferentes de los que anteriormente permitieron constituir una clase. El hecho de que esa clase, conservando el mismo nombre esté habitada por una especie muy diferente de individuos, es susceptible de transformar enteramente, no ciertas estructuras fundamentales, sino la naturaleza del discurso.
No fue ése ciertamente, por mi parte, un acto de autoridad, un acto de amo * , ya que el primer resultado que me ocasionó fue la huida alocada de cierta cantidad de personas cuyo sostén y fidelidad yo estimaba. La fidelidad no es noción de amo: si leen ustedes un poquito mis escritos, aquellos que pueden concernir al orden de la política, verán que la fidelidad no constituye su valor principal. No diré que no vacilé al arriesgar esta salida, porque conscientemente no asumí ningún riesgo, pensando que los persuadiría.
En efecto, a esto me consagré en reuniones restringidas; y fue en cierto modo sin aviso, después de haberse puesto ellos de acuerdo entre sí, cuando durante una reunión llamada "Congreso de la Escuela" recibí de ellos -eran tres personas a las que todo el mundo conoce-el anuncio colectivo y firmado de su renuncia. No se puede decir que si yo hubiera apostado sobre lo que podemos llamar mi prestigio, habría alcanzado el éxito. Sin embargo, la cosa me pareció ligera, sumamente ligera, como también sucedería en el futuro con cualquier persona que quisiese seguirlos. El problema no es ése.
El problema es saber cómo funcionó efectivamente hasta ahora la sociedad analítica, cuyos primeros lineamientos trazó Freud y que después fue cobrando una forma cada vez más precisa. Estas sociedades acabaron siendo demasiado prudentes, pues funcionan según las leyes ordinarias el grupo, donde siempre, en efecto, es absolutamente necesario que se manifieste el amo, como creí poder decir en ocasión del gran revoltijo de mayo del 68. Lo que ustedes quieren-decía yo a los que, por el hecho de estar en Vincennes, donde yo simplemente había aceptado ir, se imaginaban que estaba allí por delegación de los poderes superiores y creían necesario armar jaleo, mientras que por lo general cuando hablo esto no sucede-, lo que ustedes quieren, es un amo. Lo cual quedó bien demostrado después, al no haber tenido la crisis del 68 otras consecuencias que un máximo fortalecimiento de lo que yo había definido, ¡gracias a Dios, antes de esa crisis!, como "el mercado del saber"; quiero decir que el saber es reducido a convertirse en mercancía. Y después de mayo del 68 la Universidad presenció cómo su prestigio hacía, literalmente, un "boom", hasta tal punto que no hay forma alguna de meterse en ella que no sea objeto de codicia y luchas salvajes.
Justamente, hice la proposición con la finalidad de aislar lo que concierne al discurso analítico. Consideré que la delegación, por reconocimiento común, de una autoridad -por qué no decir, "de un poder"-, iba a resultar mas adecuada a lo que tendría que ser un reclutamiento verdadero si instaurábamos ese modo de testimoniar que constituye el pase. En efecto, el pase permite a alguien que piensa que puede ser analista, a alguien que se autoriza él mismo a ello, o que está a punto de hacerlo, dar a conocer qué fue lo que lo decidió, e introducirse en un discurso del cual pienso que por cierto no es fácil ser el soporte.
¿Que sucedió entonces? Al incorporar a este nuevo miembro, el jurado de confirmación tuvo que hacer cambiar de sentido el término "Analista de la Escuela". Siempre me pareció que la manera con que nuestras sociedades juzgaban a los individuos seleccionados participaba, por qué no decirlo, de esas leyes de la competencia que permiten funcionar a la mayoría de los grupos humanos. Yo deseé otro modo de reclutamiento: el pase. A mi entender, era el primer escalón de un reclutamiento de estilo diferente, de un orden modelado muy precisamente sobre lo que entonces consideré que daba especificidad al discurso analítico.
Hace un momento se hizo alusión a mis llamados "cuatrípodos". Si por estos cuatrípodos y su rotación pude especificar el discurso del amo, como también otros discursos, en particular el discurso universitario en cuanto distinto del discurso científico, esto sólo fue a partir del discurso analítico. Si no existiera discurso analítico, nunca habría pensado yo el discurso del amo como, simplemente un determinado tipo, un determinado modo de cristalización de lo que constituye, en resumidas cuentas, el fondo de nuestra experiencia, a saber: la estructura misma del inconsciente; antes que yo, nadie había pensado en referir a eso el discurso del amo. Es notable, y a mí mismo me sorprendió, que se di era allí como necesario, bajo el término del "plus-de-gozar", lo que en el discurso capitalista Marx supo detectar como la plusvalía. El llamado discurso capitalista es una cierta variedad del discurso del amo, y se distingue de él tan sólo por un pequeñísimo cambio en el orden de las letras. Es un hecho que al detectar, en el sentido del discurso capitalista, la plusvalía como su resorte esencial, Marx confirió de pronto al discurso del amo una consistencia y un poder cuyos resultados no han terminado ustedes de percibir. Es absolutamente seguro que el capitalismo de estado reinante en la U.R.S.S. nos habrá de mostrar que más vale que el discurso del amo sepa lo que hace. No carece de interés, en mi opinión, el que, en cuanto le concierne, el discurso psicoanalítico no sólo tome cuerpo sino que haya tomado cuerpo desde ahora, lo quieran ustedes o no. Y este Congreso es testigo del hecho de que finalmente hay interés, un interés poderoso y universal, en que ese discurso se mantenga: para que esto funcione o no es forzoso que los propios psicoanalistas hayan tomado conciencia de ello. Además, ahí esta, precisamente, su drama: ellos responden a una demanda, pero si tal demanda no ve más allá de sus narices, no será otra cosa que demanda de un lisiado, cuando podría ser algo muy diferente.
Lo que viene a ocupar el lugar de la plusvalía, y que denominé "plus-de-gozar", es una función mucho más radical que la de la plusvalía en el discurso capitalista. Es una función de fundamento, ligada a la dependencia del hombre con respecto al lenguaje. El discurso analítico permite advertir que por ese lenguaje se ve el hombre separado, taponado respecto a todo lo referente a la relación sexual, y que por ahí hace su entrada en el real; para ser más exactos, por ahí resulta faltar a ese real. Por ahí tiene una pequeña posibilidad, en la medida en que quedan abiertas para él algunas vías hacia un cierto número de puntos, que atestiguan la presencia misma del real en el origen de su. discurso.
Lo que, en el llamado discurso del amo, viene a ocupar el lugar del plus-de-gozar es algo que hace ya largo tiempo denominé "objeto a". A fin de cuentas, este objeto no representa otra cosa que un cierro número de enigmas polarizados, que para los que hablan se presentifican en estas grandes funciones que no dejan de estar ligadas al cuerpo: el seno nutricio, el residuo, el desecho, la mierda, para llamarla por su nombre, o incluso cosas que, no por tener un aspecto más noble, dejan de ser estrictamente del mismo nivel: la mirada y la voz.
Ahora bien: sucede que el objetoa puede trocar su lugar con el significante-amo, puede sustituirlo en el lugar seudo-rector, y desde allí funcionar como debe funcionar el analista. El analista funciona en el análisis como representante del objeto a; a fin de cuentas no es seguro que yo mismo capte incluso todo el sentido de esta formula, pero estoy convencido de que tal es, efectivamente la manera en que eso tiene que escribirse, y esto es lo que expresan exactamente los cuatrípodos que designan el discurso del amo y el discurso analítico.
Entonces, aun suponiendo-recurso demasiado conocido-que simplemente con poner un analista estamos otra vez frente a una de esas viejas sociedades asentadas en el discurso del amo, aun desde ese punto de vista no veo qué cosa impediría a alguien que estuviese colocado en la posición rectora del S1, la del amo, discernir algo de las relaciones entre este S1 y lo que forma parte del mismo discurso, pero en otro lugar, el objeto a, y en particular apreciar, en ese momento que yo llamo el pase, por qué alguien asume el riesgo loco de convertirse en aquello que el objeto aes.
Se trata de una experiencia radicalmente nueva que nosotros hemos establecido, pues el pase no tiene nada que hacer con análisis. Y es perfectamente comprensible que del jurado de confirmación, dado su reclutamiento hasta el presente, sólo puedan llegar a ustedes testimonios de perplejidad y confusión; pero también es cierto que algunos de los pasantes nunca podrán olvidar lo que fue para ellos, que se hallaban, digamos en principio, en un final de análisis, la experiencia del pase. En esta reunión lo que falta es su testimonio. Utilizando una palabra que tomé de una persona a la que oí en una de estas salas, diré que el pase era algo así como el relámpago.
Esto despertó inevitablemente en mí el eco de una célebre frase de Heráclito comentada por Heidegger en un libro publicado hace poco en francés, y que dice:ta panta oizeiqueraunos. Lo cual significa: El trueno rige ta panta, esto es intraducible. Diels, quien reunió los fragmentos de Heráclito y formó con ellos la recopilación en cierto modo definitiva, autentificada, traduce esto como "el universo", y con ello lo falsea todo. Ta panta es algo así como "los todos", "los todos" en cuanto diversos, en cuanto que hay un montón de todos. Hay un montón de todos que son radicalmente distintos. "A todos los rige el relámpago" Quizá los lance un poquito hacia el universo, pero ciertamente demuestra que no lo hay. Como lo manda nuestra posición subjetiva, sin duda estamos forzados a pensar el mundo como un universo, entre el empuje de los seres vivos y las condiciones más o menos estelares en las que imperiosamente tienen que habitar . El origen de la vida: con esto todavía no terminó nadie. Nos empeñamos en destapar ese agujero, pero ¿lo conseguiremos?: no se sabe. Digamos, para no decir nada mas, que la enunciación de los ta panta procede de la idea verdaderamente capital de una heterogeneidad entre las cosas.
¿Puede el pase poner efectivamente de relieve ante quien se ofrece a él, como es capaz de hacerlo un relámpago, con una luz totalmente distinta, un cierto sector de sombras de su análisis? Es una cosa que incumbe al pasante. Puedo asegurarles, y creo que en el jurado de confirmación nadie, ni siquiera Leclaire, me desmentirá, que el pase fue para algunos una experiencia absolutamente conmocionante.
He aquí, pues, lo que obtengo tras haber propuesto esa experiencia. Obtengo algo que en modo alguno pertenece al orden del discurso del amo, y mucho menos del dómine **. Habría que saber reparar en las cosas de las que no hablo: nunca hablé de formación analítica, hablé de formaciones del inconsciente. No hay formación analítica. Del análisis se desprende una experiencia, a la que es completamente errado calificar de didáctica. La experiencia no es didáctica. ¿Por qué creen, si no, que procuré borrar por completo el término "didáctico", y que hablé de psicoanálisis puro?
El año pasado les di una lección sobre lo que está en juego en la experiencia pretendidamente interrogativa con respecto al animal. (Transcribo el párrafo en francés, tal como fue publicado en Lettres de l'école, el 3/11/1973: Voilà ce que j’obtiens après avoir proposé cette expérience. J’obtiens quelque chose, qui n’est justement absolument pas de l’ordre du discours du maître ni du magister, encore bien moins, quelque chose qui partirait de l’idée de formation, j’ai parlé des formations de l’inconscient, mais il faudrait savoir remarquer les choses dont je ne parle pas, dont je n’ai jamais même laissé une trace : je n’ai jamais parlé de formation analytique. J’ai parlé de formations de l’inconscient. Il n’y a pas de formation analytique, mais de l’analyse se dégage une expérience, dont c’est tout à fait à tort, qu’on la qualifie de didactique. Ce n’est pas l’expérience qui est didactique, je dis ça parce que tout à l’heure on parlait de la psychanalyse didactique ; pourquoi croyez vous que j’ai essayé d’effacer tout à fait ce terme de didactique, et que j’ai parlé de psychanalyse pure ? Cela avait bien quand même une certaine direction, n’est-ce pas ? Ça n’empêche pas une psychanalyse d’être didactique, mais le didactisme de la chose, voici comment nous le situerons au mieux : je vous ai fait une leçon l’année dernière, dans un des tout derniers séminaires, sur ce qui est en jeu dans l’expérience prétendue interrogative à l’égard de l’animal.)
Se pone a diversos animales en pequeños laberintos, donde quedan entrampados ***, como ratas precisamente, y se intenta enseñarles a aprender ****. No es para nada evidente que eso esté de acuerdo con su temperamento ni que sean capaces de ello, como sucede entre nosotros. Pues bien: si vemos las cosas desde este ángulo, un análisis implica por cierto la conquista de.un saber que está ahí, antes de que lo sepamos, esto es, el inconsciente, y desde luego que el sujeto puede aprender allí cómo es que eso se produjo. En este sentido, y sólo en este sentido, un análisis es didáctico. Pero si el sujeto no ha hecho más que aprender a aprender a pulsar los botones adecuados para que eso se abra en el inconsciente, y bien, permítanme decirlo, no ha aprendido gran cosa. No aprendió que de ese saber que yo defino como articulado -ésta es la esencia de aquello en lo que insisto cuando digo que el inconsciente esta estructurado como un lenguaje- cada cual, a su manera, y en un punto exclusivamente local, es el efecto. La pura y simple dependencia. Si se limitó a aprender como hacer para que otros se den cuenta, esto es poco frente a lo que se reveló ante él en la experiencia analítica. Piense el analista lo que piense, el sujeto no lo aprendió en absoluto, pero eso se reveló ante él. Es una dimensión muy diferente del aprender. Su primer movimiento es no saber por que punta asirla.
Esto explica que, en definitiva, el pase sólo podrá ser juzgado, como ha dicho alguien esta mañana, por el esfuerzo de aprehensión de quienes, al haberse expuesto a ese pase, vivieron de él la experiencia y quizá, por una vez, el diálogo. Esto, por ahora, manifiestamente a ustedes les tiene que faltar, va que después de todo no es tan viejo. Los que encuentran que se han ofrecido a esa experiencia no son viejos, y cabe preguntarse si es ahora cuando se hace preciso que ofrezcan de ella vaya a saber qué inscripción, dibujo, caricatura, o si tienen que dejarlo madurar.
Lo indudable es que, si me atreví a introducir esta experiencia, no fue para que yo mismo interviniera en ella. Ustedes podrán pensar lo que fuere, pero a nivel del jurado de confirmación no opero sino con la discreción más extremada. Me dirán ustedes que como la discreción también quiere decir discernimiento, yo tal vez opere más de lo que confieso, ¿por qué no? Por mi parte, tengo la sensación de estar esperando. Si de lo que produce esa experiencia no tenemos resultados más luminosos para ofrecerles, es a causa de esta discreción, que va mucho más allá de la discreción, que pertenece al orden de la espera. Por mi parte, y pido disculpas, me limito a esperar lo que de eso resultará efectivamente, incluido un modo muy distinto de recoger el testimonio.
Pero que, sencillamente, alguien me proponga aquí otra forma de recogerlo. Quise evitar el retorno a las viejas usanzas, el carácter magistral que siempre se desprende del hecho de que alguien esté allí como candidato. Consiento en que al passant se lo llame candidato o cándido ***** qué importa; lo importante es que el que lo oye no se muestre altanero. Por eso pedí expresamente que los passeurs se eligieran sólo entre los más nuevos, y que los eligiese su analista, independientemente, lo subrayé, de su consentimiento. En algunos casos los que ocuparon la posición de passeur se las dieron de analistas, y esto no es, en absoluto, lo que esperamos de ellos. Lo que esperamos de ellos es un testimonio, una transmisión, la transmisión de una experiencia en cuanto precisamente no se dirige a un viejo de la vieja guardia, a un mayor.
Con respecto al pasadizo, la fisura por la cual intenté hacer pasar mi pase, habría podido inventar yo uno más sutil; pero era preciso no complicar demasiado las cosas, y sí permanecer en el orden de lo que se hace. Habría podido demandarles que se hicieran prestidigitadores, por ejemplo, ¡pero se dan ustedes cuenta del cansancio que eso habría producido! El resultado es algo enteramente nuevo, y en ninguno de los que a él se presentaron careció el pase de efecto. Estos efectos tal vez sean deterioros y, después de todo, ¿por qué no? Cualquiera sabe que a nosotros, los de la especie humana, fabricados como estamos, el deterioro es lo mejor que nos puede suceder.
Pues bien, aquí estoy, con los deterioros a cuestas. No es más inútil por eso, pues como se me hizo notar, si hay alguien que se lo pasa pasando el pase, ése soy yo.
Texto establecido por J.A. Miller
El original estenografiado se publicó en las "Lettres de l'Ecole freudienne", nº 15, junio de 1975 (pp. 185-193).
Traducción: Irene Agoff
NOTAS
* En el original, "acte de maître". Maître es vocablo cuya polisemia facilita a Lacan en este texto-y en tantos otros-la promoción de unas vías asociativas que la traducción al castellano anula. Por ejemplo, la acepción de maître como "maestro", capital para la comprensión de la parte del articulo en que se alude, lo mencionamos en otra nota, al Seminario Encore (N. de T.)
** Juego intraducible entre maître (amo-maestro) y magister (dómine, pedante). (N. de T.)
*** Así optamos por traducir "où ils sont faits comme des rats", forma dada a la locución francesa "être fait comme un rat", que significa poco más o menos, "caer en la trampa". Pero téngase en cuenta que los animales mencionados en la lección aludida al comienzo del párrafo (Cap. XI de Le Séminaire-Livre XX, Encore) son, precisamente, ratas (N. de T.)
**** En el original, "leur apprendre à apprendre". Apprendre posee ambos sentidos, "enseñar" y "aprender", y consideramos que en el texto unas veces se trata de "enseñar a aprender", como en este caso, y otras, del "aprender a aprender"; esto sin perjuicio de tener en cuenta, para su inteligencia, la homofonía con à-prendre, "a tomar" (véase Encore, pp. 127 y 128). (N. de T.)
***** Juego con la homofonía entre candidat, "candidato", y candide-a, que traducimos por "cándido" (N. de T.)
Versión tomada del blog de Pablo Peusner: http://elpsicoanalistalector.blogspot.com.ar/2008/05/jacques-lacan-sobre-la-experiencia-del.html
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"No sos vos, soy"...
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